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Lee Hoon no se consideraba una persona homosexual

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Lee Hoon no se consideraba una persona homosexual. Nunca en su corta vida de diesciete años pensó que iba a tener una atracción por alguien de su mismo sexo.

Una de sus razones era que estaba enamorado de una chica de su escuela, específicamente la ayudante de la biblioteca. Aún no sabía su nombre pero no le importaba, le gustaba. Ella siempre trataba a todos por igual y siempre fue amable con él todo el tiempo. Todo aquello hizo que su corazón latiera cada vez con fuerza al verla y siempre deseara su felicidad. Pero todo llegó a su fin al darse cuenta de que no podía estar con ella; pensaba que podría arruinar su buena reputación por él y que su perfecta vida iba a empeorar si estuviera a su lado.

Y eso era lo que menos quería, así que suprimió sus sentimientos para que ella no se viera afectada.

Estaba bien, aún podía verla en la biblioteca y seguía siendo amable con él. Y así, poco a poco su amor por ella empezó a desvanecerse, viéndose en la posición de sólo verla como amiga o compañera, nada más. Porque sabe que si sigue con ese enamoramiento iba a seguir lastimado. Y no desea tener más razones para quitarse la vida, con las deudas de su padre acarreando sobre sus hombros y su horrible ansiedad social ya era suficiente.

Se supone que debía ser así, que no podría darse el lujo de enamorarse ni de fijar su mirada mínimamente en alguien. Pero parece que sus deseos siempre eran arruinados, para variar.

Todo empezó cuando no tuvo de su lado a su compañero Jaehoon esa tarde, ese día él se fue directo a la biblioteca a estudiar para los exámenes, le dijo que luego comería para recuperar energías y seguir con sus estudios. Él no podía retenerlo así que solamente asintió y se dispuso a colocarse en la fila para recibir su almuerzo.

Estaba bien, esa tarde comería Tonkatsu, una de sus limitadas comidas favoritas por ser unas de las que le compraba su madre. Pero su suerte no duró mucho tiempo al ser empujado hasta la parte de atrás de todos en la fila por los matones, quienes siempre buscaban la manera de frustrar aún más su existencia. Solamente rezaba a sus adentros a que no se repitiera por segunda vez lo que le sucedió la vez pasada, no obstante todo fue en vano al recibir solamente arroz con un poco de ensalada del día anterior, puesto que el Tonkatsu se había acabado.

Quería llorar, él de verdad quería comerlo.

Aguantó sus lágrimas y se sentó en una de las mesas de la cafetería, siendo aislado de los demás. Miró su bandeja con su comida, suspiró al no tener lo que quería desde un principio. Luego de unos segundos había tomado su tenedor para degustar su almuerzo hasta que se dio cuenta de una figura frente suyo.

Sudó frío, temblando en su lugar, sin tener la valentía de alzar su mirada para ver quien era, ¿tan mala suerte tenía para que le sacaran esta comida también? Igualmente no le sorprendía, no es como si fuera la primera vez que le sucedía.

Dio un pequeño salto y grito al verse sorprendido por un golpe seco hacia la mesa, tragó duramente para finalmente mirar hacia arriba.

Solamente recuerda ver la linda cara del chico; su desordenado cabello de un color castaño oscuro, siendo dividido por los costados para darse ver su frente, mostrando su lunar en una esquina. Tenía unas cuantas pecas esparcidas por sus mejillas y su mirada reflejaba una amabilidad inexplicable. Su rostro mostraba desinterés pero eso no quitaba el hecho de sus expresivos ojos opacos y de su bella apariencia.

© I Like You [ Lee Hooni ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora