𝑺𝒆𝒙 𝒔𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕 - Lucialex (Adaptación)

Capitulo 14

Me giré desanimada y aún con lagrimas resbalando de mis ojos.

—Isaac, ahora no—murmuré, apenas, él no dijo nada, solo se acerco a mi y me abrazo. Estaba tan débil, que lo único que necesitaba era el calor y apoyo de alguien. Y ese alguien era Isaac, que en toda la semana en la cual Alex estuvo ausente, se porto como todo un caballero conmigo.

Comencé a llorar en el abrazo. Y lo abracé más fuerte, como si no quisiera dejarlo ir, y en realidad no quería. Por que él era un buen amigo.

—Tranquila, Lucía. Todo estará bien lo prometo.

—¿Haz visto como me trató?—pregunté sin dejar de llorar.

—Si, es todo un hijo de puta...

—Isaac, yo, yo, no merecía esto, no después de lo que pasó entre nosotros. Me entregué a él... Y mira, mira como me trata.

Mis lagrimas no paraban, era un llanto, que parecía no acabar nunca. Isaac volvió a tomarme en sus brazos. Luego escuché la voz de Sol, luego de varios segundos no volví a escucharla, pero sentí como otros brazos me abrazaban demasiado fuerte. Ahora tenía a dos buenos amigos conmigo.

Sol había traído consigo mis cosas, y a Daniel, el cual después también me había estrechado en sus brazos diciéndome que Alejandro era un "completo hijo de puta". No habíamos decidido entrar a las clases, así que nos habíamos montado en el carro de Isaac, y nos habíamos ido de "Pinta", las clases.

El día con los chicos había sido divertido, un poco. Por que cada cosa me recordaba a Alex, y me hacía romper en llanto. Así que había sido una batalla difícil para mis amigos.

Habíamos ido por mi BMW al estacionamiento de la preparatoria, y cada quien había tomado su auto, así que nos habíamos separado. Al llegar a casa, hablé con mi madre diciéndole que me ausentaría por una semana de clases. Ella había aceptado, sin tomarle mucha atención a lo que le decía, ya que estaba en el teléfono. Mi padre se había encerrado en su despacho, después de una pelea con mamá. En fin, mi vida se estaba volviendo un completo asco.

La semana de mi "ausencia", llamémosle así, había pasado lenta. Sol me tenía al tanto de todo lo que sucedía en la preparatoria. Según lo que platicaba, Alex estrenaba novia. Una chica flacucha, de segundo grado, que acababa de entrar. Lo cual me dolía en el corazón como si me hubiesen encajado una espada. Daniel se había peleado con Alex, por nuestra situación y se habían dejado de hablar. Y ahora en cafetería, en nuestra banca se sentaban Sol, Daniel y Isaac.

Isaac contaba que Daniel y Sol estaban muy cariñosos últimamente. Según él había hablado con Daniel, y le había dicho que si le gustaba Sol, pero que tenía 'miedo' a no ser correspondido. También había dicho, que las porristas habían corrido todo el rumor sobre lo que había sucedido entre Alex y yo. Me dijo que el lunes, había tenido una pequeña pelea de "palabras" con Alex y que habían recibido detención los dos.

En fin, era domingo por la noche cuando mis 3 únicos amigos, habían ido a visitarme a mi casa, con pizza y regalos.

—Me alegro que ya estés mejor, Lucía— Me dijo Daniel

—Si, no mentiré. He estado llorando toda la santa semana, pero seguro que la herida sanara y será una..

—Cicatriz—dijimos al unisono Isaac y yo. Lo miré sorprendida y sonriente—Si, eso—asentí.

—Bien—Sol miró a Daniel, algo nerviosa—Vamos por la coca-cola y la película. Regresamos al rato chicos.

—De acuerdo, no tarden tanto. Y Daniel, cuida a esta morena ¡eh!—dijo Isaac, Daniel asintió sonriendo y minutos después salieron de la casa.

—Me encanta tu sonrisa—dijo Isaac, mientras se hacía un espacio en el sillón.

—Gracias, nunca te lo había dicho, pero tu mirada me encanta.

—Gracias, señorita—hizo una voz aguda, lo cual me hizo reír. Luego tomó mi mano, lo que me hizo mirarlo—Lucía, debo decirte algo—suspiré y asentí sonriendo—Yo, eh...

El teléfono comenzó a sonar, miré a Isaac y él asintió. Me paré y contesté.

—¿Hola?—pregunté pero nadie respondió, solo escuchaba su respiración—¿Hay alguien ahí?—pregunté y luego de esto colgaron. Miré el identificador de llamadas y el número se me hacía conocido, rápido tomé mi celular y busqué el número de Alex. Me estremecí al ver que era el mismo número, y nuevamente las ganas de llorar se apoderaron. Mis manos comenzaron a temblar. ¿Le devolvía la llamada? "Devuélvela Lucía ¿para algo te llamo no?" me estremecí, y comencé a teclear los números de vuelta.