One-Shots Stan X Kyle (reescribiendo)

Miedo.

Sus labios se separaron, sus respiraciones estaban agitadas y sus miradas se conectaban.
Un par de ojos azules y otros verdes, brillaban con cariño.

Estaban detrás de la escuela, escondidos, preferían que nadie les viese... en realidad sólo lo prefería Stan.

Los brazos de Kyle se colocaron en cuello de Stan, mientras que las manos de Stan se movieron a las caderas del pelirrojo.

Iban a volver a unir sus labios cuando unas voces se escucharon a la vuelta.

Stan se separó rápidamente de Kyle empujándolo en el proceso, se arregló y salió corriendo de ahí.

Dejando a Kyle confundido, en el suelo y molesto.

Sabía que Stan tenía miedo de mostrar su relación, incluso había aceptado salir con él a escondidas con tal de estar a su lado.
Pero eso de que Stan lo empujase y dejara solo en cualquier lugar comenzaba a molestarlo.

Kyle aún conservaba algo de orgullo, de hecho, mucho.
Pero él no era un cobarde, al menos no de la manera de la que lo decía el idiota de Cartman.

—Maldita sea.— Susurró para él mismo, se levantó del suelo, se sacudió en un intento de arreglar un poco su ropa, se quitó el gorro para arreglar sus rizos y después se lo colocó nuevamente.

—Incluso yo comienzo a decepcionarme de mí mismo.— Se dijo para sus adentros.— Tan malo es que te guste alguien de tú mismo sexo?, no es que le diga al corazón que no se enamore de alguien. Además el corazón es un órgano que hace que vivas, es absurdo.—

Bufó.

Stan parecía tan horrorizado por el hecho de que su relación se diese a conocer qué comenzaba a pensar que realmente estaba mal.

Lo único que está mal es que te haga dudar sobre ti mismo.

Una voz sonó en su cabeza, extrañamente se parecía a la de su hermano menor, Ike. Aún así decidió ignorarla.

Ellos se aman, así que está bien, ¿no?-

Si te ama, por qué el miedo a que sepan que lo hace?

Porque la gente no acepta que la gente ame sin importar el género, no acepta el amor.
Se respondió.

Qué mierda le importa a la gente tu vida y lo qué haces con ella, importa más que te gusta, idiota.
A nadie le importaba tu vida en absoluto hasta que descubrieron tus gustos, y eso no es de su incumbencia.

Debe admitir que eso sonó más a algo que él diría, pero aún así ahuyentó esas palabras.

—Cállate maldita voz.—

Sus pasos se hicieron más pesados y casi podría sacar humo de la cabeza. Siempre fue alguien que se enojaba con facilidad, más no sabía que él mismo podría hacerse enojar tanto.

Tal vez porque sabes que digo la verdad.

—¡Cállate, maldita sea!—

Se gritó a sus adentros.

Ahora corría a su casa, al diablo con la voz de su cabeza que le decía tener la razón.

Nada le importaba, mientras él fuera feliz estaba bien!, qué importaba lo demás?! Qué importaba esconderse?, se sentía bien junto a Stan.

Y por qué a Stan sí?, no que "qué importa lo demás mientras sea feliz?" Creo que eres el único que piensa así, pelirrojo.