"Not that nerdy..." Drabble

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Tranquilos amiwis que aunque parezca que sí, no habrá escenas explícitas en este drabble. Yo les aviso cuando escriba algo que las contenga.

Jackson suspira agotado por séptima vez, observando como su amor platónico es halagada una y otra vez por el imbécil de Hans Westergard. Un pelirrojo de tono altanero irritante, que últimamente ha desarrollado un encaprichamiento con Elsa.

Su Elsa.

De todas formas, no podía hacer mucho.

Digamos que Jackson en sus épocas escolares, formaba de alguna forma parte del grupo renegado por todos, más por envidia que por otra cosa. Utilizaba lentes, sabía de historia y más de la mitad de los libros de la biblioteca eran prestados por él. Gracias al cielo que sí tenía amigos y era bastante bien parecido, de lo contrario el cliché estaría completo.

Digamos que su retracción social se debía más a una elección propia que de terceros, de hecho, en un principio se vió frente varias oportunidades que le darían el pase de oro directo a la vida "popular", pero siendo un minimalista de primera, escogió ignorarlas todas y tomar una ruta social más.... ordinaria, por no decir mediocre. Siempre fue alguien bastante cerrado, por consecuencia, no le fue muy difícil adaptarse a su realidad.

Una realidad donde simplemente pasaba desapercibido, lo tomaban por un niño bueno, que no mataba ni a una mosca y seguía las normas del manual al pie de la letra. Siempre con el uniforme limpio y prolijo, y un récord académico impecable.

Ese era Jackson Frost, Jack, para los amigos.

Por otro lado estaba gente como Hans, imbeciles a los que le regalaron el diploma de la primaria en una caja de leche. Incapaces de factorizar o siquiera sumar correctamente. De esos que piensan que el mundo les pertenece, hijo de padres adinerados con la misma mentalidad imbécil que él.

Hans era únicamente popular por mera y simple hipocresía... ¡ah! Y también por su hermano. Aster Westergard, egresado de hace dos años, era de los más queridos en la escuela, siempre amable y servicial, era genuino, un poco tonto, pero mucho más agradable que su hermano menor, quien solo heredó su popularidad cuando este se graduó y nadie se ha atrevido a bajarlo de ahí.

—¿Vas a quedarte ahí, suspirando todo el día por tu amor imposible o me vas a acompañar a mi casa?— intervino Rapunzel, trayéndolo nuevamente a la realidad en segundos.

Parpadeó un par de veces antes de abrir la boca para gesticular una respuesta medianamente coherente a su mejor amiga.

—Yo...— se detuvo al escuchar la risa de Elsa, ocasionada por cualquier idiotez que haya dicho el pelirrojo que rodeaba sus hombros con el brazo derecho. Le hirvió la sangre.

La de ojos aceituna agitó la cabeza levemente, incitándolo a continuar con su oración.

—¿Sabes qué?, no puedo, acabo de recordar que tengo asuntos que atender y realmente no puedo faltar. Lo lamento— murmuró, sacando del bolsillo de su pantalón el teléfono que llevaba sin uso desde esa mañana.

—¿Y se puede saber que son esos "asuntos"?— hizo comillas en lo que observaba a su amigo teclear algo en la pantalla del celular.

—Nada grave, solo, un par de libros que olvidé retornar y cosas de Emma que me pidió para esta tarde— respondió, aún inmerso en lo que fuese que hiciera en ese aparato. Rapunzel asintió no muy convencida.

—Como quieras, me voy de una si no quiero un regaño de mi madre. Te veo mañana.— ajustó la correa del bolso al hombro. —¡Te quiero, cuídate!

—¡Yo también! ¡Llámame cuando llegues a casa!— alcanzó a responder, aún escribiendo en su celular.

—¡Lo haré!— y desapareció en los pasillos directos a la salida.

Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora