Only for You [Eunhae] [Yewook] (Mpreg)

Capítulo 30

—Tienes visita —El hombre con armadura anunció al prisionero abriendo la celda

Leeteuk ingresó a la celda del calabozo donde se encontraba Kangin, el rubio giró su cabeza para encontrarse con la mirada melancólica de su esposo. El guardia lo reverenció antes de dejarlos solos. El rubio miró a su esposo con algo de pena, puesto que el castaño había descubierto sus planes y los delitos que cometió hace tiempo, cosas que había pensado bajo un momento de terrible ansiedad por adquirir poder

—Supongo que has de estar molesto —Balbuceó el prisionero, el castaño rió sarcásticamente

¿Cómo quieres que esté? ¡Estuviste a punto de matar a nuestro hijo enfrente de los invitados! —Bramó empezando a derramar lágrimas —Dime, ¿Hasta dónde eras capaz de llegar con tal de saciar tu maldita ambición? ¿Cuánto tiempo más planeabas ocultar tus intensiones de mí?

—Mi ambición —Rió de lado —Ya veo que no valoran lo que hice por esta maldita familia —Le dio la espalda a Leeteuk —Quería darles una mejor vida y ve cómo me reprochas

—Tú no has hecho nada bueno más que pensar en lo que tú quieres —Masculló el mayor molesto —Jamás me dejaste tomar decisiones a tu lado, minimizaste mi papel como tu esposo y gobernaste el condado tú solo, ¿Dónde quedé yo en todo este tiempo? —Limpió su rostro —Me prometiste que me tomarías en cuenta —Tomó asiento a su lado y recargó una mano en su hombro —Si tú me hubieras consultado qué era lo que quería, te habrías dado cuenta que solamente te necesitaba a ti para tener una familia feliz

—Dime, ¿Fuiste feliz cuando pasaste de ser un miembro de la realeza a ser un simple conde? ¿Desde un principio estuviste feliz con lo único que te pude ofrecer? —Cuestionó

—Así hubiéramos vivido en la calle, yo estaría feliz, ¿Acaso es tan difícil darte a entender que solo te necesitaba a ti y a nuestros hijos para ser feliz? Nosotros solo te queríamos a ti, no lo que pudieras darnos —Suspiró para levantarse —Mira nada más, tus ideas estúpidas te tienen aquí, todo por querer asesinar a nuestro hijo... Y al príncipe Miller...

Kangin quiso seguir hablando, pero las palabras no fluían de su boca, solamente se limitó a quedarse callado. Giró para encontrarse cara a cara con su esposo, el castaño le dio la espalda empezando a caminar hacia la entrada, no tenía fuerzas para seguir hablando con Kangin, estaba tan decepcionado de él que no quería seguir viéndolo

—¿Sabes? —Se detuvo cerca de la puerta —Pese a todo, admito que te amo y seguiré amando hasta el final de mis días, sin embargo, mi vida debe continuar con o sin ti —Suspiró de nuevo —No te preocupes, no cometiste ningún homicidio, así que pasarás el resto de tu día en este calabozo apestoso, aunque debo admitir, no es suficiente para pagar por todo lo que hiciste, a Heechul, Shindong, Hae, Ryeowook y Yesung —Tomó más aire para continuar —¿Sabes algo? No tendrás que cargar con el peso de la muerte del príncipe Donghae, él se acaba de reunir con su padre. Me supongo que ya lo sabías, por eso te empeñaste en tratar de que encerraran a Hae, ¿Cierto? —Sonrió de lado al sentir la tensión en su esposo —Lo sabías, o por lo menos, lo sospechabas —Abrió la puerta sin quitarle la mirada —Te tengo dos buenas noticias, serás abuelo, Ryeowook está esperando un hijo... Y lo mejor, a final de cuentas se convertirá en rey... se va a casar con el hijo mayor del rey Miller—Sin permitirle a Kangin una despedida, salió del calabozo dejándolo solo

Hyukjae ayudó a su novio a subir a la banquilla del globo aerostático, Jongwoon y Ryeowook ya se encontraban sobre el suyo. Las familias reales y los Fleming partían esa misma tarde hacia Londres, donde en dos semanas se llevaría a cabo la boda real entre el príncipe Miller  y el heredero menor de los Fleming. Leeteuk abrazó por última vez a su hijo antes de que su globo despegara. Donghae abrazaba fuertemente a su papá antes de que el globo donde estaban montados siguiera al de su hermano y futuro cuñado. Los reyes Heechul y Siwon le daban la bendición al rubio y a su futuro yerno antes de emprender la marcha