Me coloco los audifonos y hago mi mundo desaparecer con la voz de Sam Smith. Estiro mi cuerpo antes de subirme a la trotadora y ponerla a funcionar.
Una semana...
Suelto un suspiro, la ciudad luce verdaderamente hermosa ante mis ojos, con sus luces comenzando a encenderse y el crepusculo iluminando el cielo con naranja, rosado y lila.
Diecinueve años...
Zayn...
Aumento la velocidad de la trotadora como si pudiera desquitarme de alguna forma u otra, en realidad estoy haciendo mucho esfuerzo físico y luego estaré tomándome unas Advil para aliviar el dolor muscular, aún así no me importa, tal vez llegue a la torre, tome un baño y duerma hasta mañana... O tal vez no lo logre, no lo he podido hacer desde hace un par de días, cuando me mudé a mi habitación porque Zayn decidió aplcarme la ley del hielo y solo contestar con monosílabos.
"Si, no, tal vez, está bien."
En realidad, no solo son monosílabos pero solo esas son sus palabras cuando intento entablar una convrsación con él desde hace unos ocho días. Claro, también solo dice lo que tiene que decir pero solo eso y realmente hace que me sienta estúpida. Estúpida porque le busqué la vuelta, estúpida por continuar pensando en él y atormentarme, y estúpida porque luego de ocho días sigo imaginando en que él se dirigiria a mi como si fuese una persona normal solo porque hoy es mi cumpleaños.
"¿Sabes quien cumple hoy?"
"¿Tengo por qué saberlo?"
"Es mi cumpleaños"
"Entonces, feliz cumpleaños."
A su lado soy una mierda, aunque en todo caso, soy menos que la mierda. Para él todo parece ser más importante que yo en este momento. Lo más increíble es que patéticamente una parte de mi continúa pensando en que cuando llegue a la torre él me recibirá con un pastel tres leches de vainilla y fresa, un globo de feliz cumpleaños y una noche pasional... Necesito dejar de leer tantos libros.
-¡Oh, si!- una voz femenina de alguna manera llega a mis oidos aún teniendo los audiculares.- ¡Eres un tigre! ¡Más fuerte!- abro mis ojos como platos e intento mirar a mi alrededor, no había nadie en el gimnasio cuando decidi venir, tampoco he visto a nadie entar.
La puerta del baño de caballeros queda abierta haciendo un gran estruendo cuando choca con la pared y logro divisar dos cuerpos completamente desnudos y una melena rubia antes de caer de la trotadora y rodar por la cinta en movimeto.
Joder.
Puta.
Y mi día de mierda va de mal en peor. ¡Woohoo! ¡Feliz cumpleaños, Jane!
- ¡Por Dios! Me habias dicho que esto estaba completamente cerrado.- la mujer se queja al percatarse de mi presencia intentando cubrir su cuerpo con lo primero que tomó, en este caso, una toalla. La reconozco, es una de las entrenadoras personales de este gimnasio. Intento acomodar mi portura y me quejo al estirar mis brazos y piernas. Todo el peso de mi cuerpo ha caido sobre mi brazo izquierdo, ¡oh!, y para colmo de males, mi rodilla sangra por la forma en la que la cinta me quemó.
-No es mi culpa, pensé que eras la encargada de cerrar el gimnasio.- el castaño le recalca.
-¡Pues si, pero te encargué que aseguraras la ceradurra, no puedo cerrar el gimnasio porque me despedirán en menos de un parpadeo!
-Ese no es mi problema.- el hombre lleno de tatuajes se encoge de hombros y se acerca a mi sonrendo. ¡Oh, mi! Se pone en pone en cuclillas y ahora tengo practicamente su cuerpo desnudo en forma 3-D frente a mi.
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Keepsake |One Shot Series|
Ficção GeralFue él quien perdió su propio juego de muerte, y cayó enredado en el demonio de los hombres; el amor.