Compromiso.

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-¿Cómo?

-Pues eso. Que tengo miedo a tener miedo.

Me masajea la espalda con la crema solar. Mete un poco la mano en la braguita para extenderlo bien, alterando mi ritmo cardíaco.

-Explica.

-Mmm... Siempre tengo las cosas bajo control. Eso me hace no tener miedo. Pero tengo miedo de que en algún momento ese control desaparezca y... Sienta miedo por perder lo que más quiero.

Extiende crema por mis piernas, acariciándolas. Dios mío...

-¿Y qué es lo que más quieres?

-No lo sé. Mi familia, amigos... No hay nada definido.

Vuelve a mi espalda y me dice que pegue los brazos al cuerpo. Me desata la parte de arriba y acaricia esa zona también. ¡Me está volviendo loca!

-Date la vuelta.

-¡Sí, bueno! ¡Abróchame el bikini idiota!- Se ríe y se agacha, acercando su boca a mi cuello.

-Mmm...-me besa.- Porque soy bueno que sino...-Ríe y me besa en el hombro. Abrocha el bikini y me doy la vuelta. Pero él sigue agachado y le beso en los labios.- Debería ser malo, ladrona de besos.

-¡Encima! -Empiezo a reírme y el coge más crema y me la extiende por la tripa. Por las piernas, por los hombros... Por los brazos... Me coge de las muñecas y las sujeta, inclinándose sobre mí. Recorre del hombro hacia la mandíbula con un riego de besos. Me hace cosquillas con la nariz y empiezo a reír y a retorcerme.

-¡Quita bicho! ¡Quítame las manos de encima! ¡Ignacio!-Río como una niña pequeña. Para, y sonriente me besa despacio, dulce.

-Kira... Gracias. Te...

-¿Te...?- sonrío. ¡Qué lo diga ya!

-Te quiero.

-Y yo a ti.

Nos besamos y me quita las manos de las muñecas, para pasarlas a mi costado. Me abrazo a su cuello y continuamos el beso entre risas y caricias. Paso las manos por su torso y él las baja a mi cadera. Deja caer la cabeza al lado de la mía.

-Eres la primera chica a la que se lo digo Kira. A la primera a la que le cuento mis miedos, mis sentimientos, mis dones. Kira, te has vuelto muy importante para mí, ¿lo sabes,no?

-Y tú para mí, enano.

-Kira, ¿querrías...? -titubea confuso.

-Sí, quiero. Quería ayer, quiero hoy y querré mañana.

-¡Bien! ¡Bien, Kira bien!-Se sienta y me coge de la cintura, levantándome y abrazándome. Le noto aferrarse a mí, como si fuese su última esperanza, su salvación. Necesitaba esto. Y yo le necesito a él. Me parece justo. Muy justo.

Pero, ¿cuál es tu historia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora