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Para muchos, el comienzo de un nuevo ciclo lectivo significa comenzar otra vez, y más si es en una ciudad turística como lo es la mía. Personas nuevas vienen cada año, alumnos y maestros que se presentan y sin que te lo digan ya sabes que son extranjeros.

Muchas personas creen que lo tengo todo servido, por ser hija única de padres ricos, pero no es así. Ambos son empresarios por lo que no los veo mucho, pero disfruto ese pequeño tiempo juntos y sé que ellos también.

Hasta la gente más felices tiene sus razones para odiar el mundo, que se preguntan ¿Por qué esto es así? ¿Por qué no puede ser más simple? O esas pequeñas cosas que queres cambiar, y sabes que no podes.

Hoy es el primer día de clases, así que me vestí con el uniforme del colegio, que consistía en una camisa blanca, corbata bordo, pollera gris, suéter bordo y zapatos negros, y partí hacia allá

Al llegar, Madison me recibió con un abrazo, la considero mi única amiga, ya que el resto me quiere por mi plata, hablamos de lo que hicimos en nuestras vacaciones y entramos. Recibimos muchas miradas, a mi me incomodaban, o sea, no soy la más linda del colegio, tampoco soy fea, soy normal, no soy ni muy alta ni muy baja, tengo el pelo negro, y el cuerpo voluminoso pero no para tanto. Madison era otra cosa, alta, rubia y simpática.

Nos despedimos y partimos cada una a nuestra clase. Me tocaba historia y a ella Literatura.

-Disculpa, perdón- me di vuelta, vi a un chico alto, rubio de ojos cafés, me regalo una sonrisa y se le marcaron los hoyuelos- ¿Sabes dónde queda el salón 311 de Historia?

-Sí, yo voy para allá, ¿te acompaño?

-Dale, por cierto, me llamo Evan- extendió su mano hacia mí, y se la estreche.

-Zoe, Zoe Bridge.

Muchas mujeres caerían rendidas ante su sonrisa, pero yo no, es decir era lindo, pero no para tanto.

-Así que, Evan, ¿sos nuevo acá?

-Si, a mi padre lo transfirieron acá por trabajo así que no tuve más remedio que venir. Parece una ciudad muy calmada- No paraba de sonreír, y debo admitir que tenía una sonrisa muy linda.

-Y así es, o por lo menos la mayor parte del tiempo.

-¿Sabes de alguien que venda droga?- Y ahí todo lo bueno se fue.

-¿QUE? ¿TENGO CARA DE DROGADICTA? NO SE DONDE VENDEN DROGA.

-Perdón, yo pensé que como era un pueblo chico…

-No- lo corte- no pensaste nada, no estoy metida en nada ilegal y no pienso hacerlo.

-Ay perdón señorita perfecta.

Y esa fue la gota que colmo el vaso, empecé a correr lo mas lejos de él, obvio muy lejos no fui porque íbamos al mismo salón pero por lo menos me aleje de Evan durante un tiempo.

Sabía que personas como solo traían malas cosas.

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2014 ⏰

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Razones para odiar el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora