-... Yo digo que Gordo está bien. - Responde por sexta vez Scott. Llevan varios minutos sentados en la sala discutiendo nombres para los gatos desde que Vlad proclamo que no se irían hasta que los gatitos tuvieran nombres. Y claro, Scott se había quedado argumentado que no quería perderse de una reunión importante. A veces no entendía a sus hermanos. Eso era seguro.
-¡No, gordo no! Le pueden llamar así por un apodo, pero no es apropiado para el gato. - Discutió Lukas.
-¿Desde cuándo hay parámetros de lo apropiado o no en nombres para gatos?- Pregunto Scott incrédulo.
-Desde que pisamos esta casa. - Contesto Vlad.
-¿Por qué no solo les ponemos Martes y Miércoles?- Opinas después de que te quedaras en silencio viendo como discutían nombres.
-¡No!- Respondieron ellos a coro. Incluido Peter.
-Arthur, la parte donde está tu imaginación debe ser un lugar muy triste. – La afirmación de Peter solo provoco burlas contra ti.
-Buena esa, Pet.- Scott le ofreció el puño y Peter lo choco con él, encantado de ser halagado por el mayor de sus hermanos.
Pero esto no estaba yendo bien para Arthur.
-Pues decidan un nombre rápido, ya me aburrí. - Te desparramas en tu asiento y murmuras maldiciones por lo bajo contra ellos. Pues que se jodan. - No es triste. - Te quejas.
-Eh, ¿Buenas tardes? - Voltean a la entrada y notan a Richard en la entrada, en una mano carga su maletín y en el otro una bolsa de papel que expide olor a pan fresco.
-Hola, papá. - Saludan Scott, Peter y tú.
-Buenas tardes, señor. - Contestan Lukas y Vlad.
-¿Qué hacen?- El deja su maletín en el piso junto al sillón y le entrega la bolsa de papel a Peter, para que lo lleve a la cocina.
-Eligiendo nombres para los gatos. - Contestas. Tu padre los mira con las cejas alzadas y se sienta junto a ti en el sillón.
-¿Y que han pensado?
-Nada realmente. – El asiente y se estira para poder levantar al gatito gris. El gato maulla y se agita para soltarse, pero él no lo deja, lo mira de frente con los ojos entrecerrados analizando su cara y asiente decidido.
-Él tiene cara de Jaime.- Él se encoje de hombros ante sus miradas incrédulas.- No es tan difícil nombrarlos, solo mírenlos, él tiene cara de Jaime.-
-Jaime "El Gordo"- Reflexiona Scott con una mano bajo su barbilla. - No suena mal. - ¿Por qué no te sorprende que Scott este de acuerdo con papá? No era suficiente para Scott parecerse a papá con su cabello rojo y su piel ligeramente mas bronceada que ustedes, por lo general también tenía ideas similares a Richard, a veces ya no sabías si era por lame botas o porque realmente el primogénito estaba destinado a parecerse más al padre.
-Bueno, entonces Jaime ya tiene nombre, ¿pero que pasa con la gatita?- Pregunta Vlad, atrayendo la atención a gato nombrado.
-Es un gato muy elegante como para tener un nombre común. - Señala Lukas.
Todos asienten de acuerdo.
Y es que la gatita estaba cubierta con pelaje negro que simulaba un abrigo, en su espalda y cola, dejando las patas descubiertas. Eso contando con las manchas en sus ojos y orejas, que simulaban un antifaz.
-La enana es toda una señorita, ¿no? - Comenta papá con cariño.
-Sí, lo es. - Respondes con el mismo afecto en tus palabras.
-Curie.- La voz femenina de tu madre los sobre salta.
-¿Perdón, Eli?- Tu madre los observa desde atrás del sillón y se toma su tiempo para responder a papá.
-Que se llame Curie
-Curie.- Todos susurran, probando el nombre.
-¿Por qué Curie?- Pregunta Peter, mirando con concentración a la gatita.
-Es el nombre de una mujer importante. -
-¿Y eso amerita que se usemos en un gato?- Mamá frunce el ceño ante la voz divertida de tu padre y se da la media vuelta para irse.
-Hagan lo que quiera.
Ella se retira y papá ríe.
-Parece que Curie será-
Todos ríen y observan a los gatos interactuar entre ellos un rato antes de que Vlad y Lukas tengan que irse.
Más tarde, después de la cena, estás en tu habitación (que ahora también es la habitación de los gato) y rememoras los nombres.
Lunes, Jaime y Curie.
Sonríes en la oscuridad.
Que nombres, más curiosos para unos gatitos.
Y, sin embargo, son perfectos.
Estas tranquilo hasta que sientes un peso que cae repentinamente en tu estómago, lastimándote.
-¡Lunes!-
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La vida de adolescente de Arthur Kirkland. Hetalia
FanfictionEmociones que suben y bajan como en una montaña rusa, un joven en la flor de su juventud con la actitud de mierda típica de un adolescente. Ese era exactamente Arthur Kirkland. Un chico mas en la "bendita" etapa de la adolescencia.