Capitulo IV

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Junio, 2000

Valia

Joey se ha mantenido llamandome todos los días en todo el mes, nuestras platicas telefónicas terminan en cuestión de horas, siempre hay un tema interesante del cual hablar, algunas veces el llega a sorprenderme para llevarme al colegio, otras él llega a recogerme, en un mínimo de ocasiones no ha venido ya que él dice que han ocurrido problemas en su familia que le impiden venir, no importa, siempre se disculpa pero evita hablar de aquellos temas. Sobre la chica, aún no tengo conocimiento de ella, no revela su nombre solo habla de lo fantástica que es y cómo llena de color su mundo.

Junio inicia bien, el instituto está por terminar y después de las vacaciones de verano deberé marcharme de la ciudad para ir a la universidad, no quiero irme, no volveré a ver a Joey en mucho tiempo.

Llegué al colegio, Joey no pudo venir, pero no importa porque después él vendrá a recogerme e iremos a tomar un helado. Entré al aula de Francés, es la primera clase de este día, en mi banca yace una sorpresa que me alegra el día, ¡Rossy ha regresado!

—¡Rossy!— exclamó y corrí hasta ella para abrazarla.

—Val, te extrañe muchísimo— dice Rossy, ella me abraza más fuerte.

—Pensé que no volverías— dije mientras nos separabamos.

—Pensé lo mismo, mi padre tuvo que acceder a la orden de los Madonia y finalmente nos dejaron en paz. Pero cuéntame qué ha pasado en este mes.

—¡Rossy tengo tantas cosas que platicarte!— exclamé emocionada y tomando a mi mejor amiga de su mano para llevarla hasta nuestra banca— conocí a un chico.

—Asi que un nuevo chico eh— respondió Rossy— ¿Qué tiene de especial? No me digas que lo conociste hace una semana y ya te has "enamorado de él"

—No, está vez es en serio. Joey es...

—Valia si yo fuera tú tendría cuidado con ese tal Joey— me interrumpió Maryna antes de poder hablar más de él.

—Oye, Joey no es malo. Lamento mucho haber rechazado a tu hermano, pero Joey es mucho más caballero— lo defendí inmediatamente.

—Ya te enterarás por ti sola— respondió por último Maryna.

—Amiga no la tomes en cuenta, Maryna siempre ha sido así— dice Rossy— mejor continúa hablando de él, me encanta la manera en que tus ojos brillaron al mencionarlo.

—Si lo conocieras. Joey, me he enamorado de él, pero ya ama a alguien más. "La que hace su vida más hermosa"

—¿Estás segura?

—Él mismo me lo reveló. Pero te confieso que aunque trato de ocultar e ignorar mis sentimientos, cada que estamos juntos él lo enciende de nuevo.

—¿Te reveló el nombre de la chica?— indagó Rossy, yo solo negué con la cabeza— ¡Cómo puedes ser tan ciega!

—¿Qué?— pregunte confundida.

—¿Han salido no?

—Casi todo un mes.

—Valia Julie, eres la persona más ciega del mundo, ¡Tú eres la mujer a la que él ama! Piénsalo un poco, ¿acaso crees que si él amara a alguien más pasaría tanto tiempo contigo?

¿Será que Rossy tiene razón? Si Joey me ama en realidad yo me convertiría en la mujer más afortunada del mundo por tener a un hombre como él conmigo.

Por la tarde, cuando venga por mí y vayamos por aquel helado entonces intentaré besarlo, no puedo esperar más y ahora todo estará decidido, si él corresponde a mi beso entonces no me habré equivocado pero si no lo hace, deberé aceptar mi error y me alejaré de él para evitar este enamoramiento, después de todo, en unos meses me marcharé y espero no volver a verlo. Un momento, ¿Qué pasará si él en realidad me corresponde? No quiero dejarlo en un momento como este.

Joey

Ya no quiero seguir huyendo de Valia, ella me ha dicho que se irá de la ciudad, lo mejor será separarnos ahora. Se lo diré, le diré lo que verdaderamente soy "Un criminal, un mafioso, el próximo más poderoso" no me siento cómodo con esa etiqueta de mi vida. Crecí entre ataques y  muertes, es de lo más normal para mí, pero sé que no está bien, cuando mi padre logro asesinar al capo más poderoso del país junto con su esposa y su hermano, supe que todo había cambiado para nosotros. Recuerdo el día en que reclutaron a los hijos del capo, los dos mayores fueron asesinados para evitar que ocuparán su lugar, fueron amenazados, tres mujeres en su familia, ellas fueron dejadas libres y huyeron lejos de aquí y los hijos empezaron a trabajar con nosotros. ¿Qué pasará si un día me asesinan? No puedo darle esta clase de vida a Valia, por supuesto que no lo merece y no puedo parar de repetirmelo, pero ojalá que todo fuera diferente, si yo no tuviera está vida todo sería más fácil, aquí fue donde tuve que nacer, este era mi destino.

—Joey— habla mi hermana detrás de mí— ¿Vas con esa chica?

—Esta es la última vez— respondí.

—Solo debes protegerla y podrá estar a tu lado.

—No quiero pasar el resto de mi vida protegiéndola de la muerte, no quiero que Valia pase el resto se su vida temiendo por una muerte que ella no buscaba, no es justo para nadie.

—Nunca te había visto tan feliz desde el día en que la conociste, ella se irá lejos.

—Mejor que lo haga, si ella vuelve entonces no la dejaré ir.

Subí a mi auto y salí de la mansión de mi padre, el trayecto tan corto que no pude pensar en lo correcto. Joey debes decidirlo ahora mismo, lo quieres hacer o no. No quiero pero debo hacerlo. Valia, tú eres el amor de mi vida, no estoy seguro de que me quieras como yo te quiero, sin embargo desde que paso tiempo contigo he deseado que sepas mis sentimientos, miedo y amor mezclados, dos sentimientos opuesto, como nuestras vidas, como lo nuestro,  ¿Por qué me gusta tanto recordarme lo diferentes que somos?

Espere diez minutos y ella por fin apareció, bajé del auto, como siempre todos la observan sorprendida y a mi con miedo. Valia sonríe al verme, corre hasta mí, abrí mis brazos y ella me abrazó, olí su cabello, que perfume tan dulce como la persona que lo utiliza. La abracé muy fuerte, puede que esta sea la última vez, voy a conservar este sentimiento para siempre.

Partimos hasta una heladería, los mejores helados están aquí y a Valia le encantan, su favorito es el de extra chocolate, helado de chocolate sobre una galleta de chocolate, bañado en chocolate, son chispas de chocolate y barquillos de chocolate, ya lo sé, es mucho chocolate.

Nos sentamos en una mesa redonda a fuera del establecimiento, una sombrilla blanca gigante nos cubría, el momento de decir la verdad ha llegado.

—Valia, necesito hablar contigo— dije seriamente.

—Lo sé, yo también lo necesito— respondió.

—Adelante, dilo tú primero.

Valia se quedó en silencio, se puso de pie y se acercó a mí, rápidamente acercó sus labios a los míos, me besó, no puede ser, no tenías que morder la manzana envenenada. No puedo evitarlo, no puedo evitar terminar con esto, me besa de una forma tan tierna que me envuelve y no me deja separarme de ella.

Dos mundos opuestos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora