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En estos dos últimos meses que habían transcurrido, Hoseok pudo percatarse de los malos humores de su progenitora, también presenció las múltiples peleas que ella tenía con su padre.

En su hogar no eran comunes los conflictos, francamente la familia Jung nunca se había visto afectada por un problema, el cual ahora surgía, pero no era tan grande para los ojos de dos personas.

Esta mañana como todas las otras Hoseok se estaba haciendo presente en el comedor, para poder desayunar en compañía de sus padres.

Demasiado tranquilo y sin preocupación alguna se sienta en una de las sillas que rodean la mesa de gran tamaño, para después observar con detenimiento a su madre.

Ella se encontraba desayunando, la expresión que mostraba en su rostro era fría, parecía que todo lo que surgiera a su alrededor no le importaba en absoluto.
Hoseok podía decir que ya se estaba acostumbrado a esa emoción detestable que su progenitora demandaba, ya que ese gesto facial la acompañaba las veinti cuatro horas del día, y no sabía exactamente cuando eso terminaría.

Oprimiendo sus labios suelta un pequeño suspiro sin despegarle la mirada.

— Buenos días. — dice el pelinegro con voz cálida esperando a que contesten o presten atención a su llamado.

La señora Jung hace caso omiso a las palabras que emite su hijo.

Cerrando sus ojos con fuerza Hoseok da una negación y decide comer los alimentos que tiene enfrente. No tenía ganas de hacerle insistencia a su progenitora, si ella estaba dispuesta a ignorarle ¿por qué no pagarle con la misma moneda?.

Al cabo de unos minutos el pelinegro siente como su padre posa su mano por unos segundos en su hombro, dando un apretón en seña de saludo.

— Hola papá, buenos días. — se dirige hacia el con el mismo tono que utilizó anteriormente con su madre.

El señor Jung solo sonrie y se sienta al costado de su hijo.

Con la mirada cansada opta por sacar el móvil de la bolsa de su pantalón, relamiendo sus labios se percata que tiene dos mensajes de Jimin, el cual le deseaba los buenos días y preguntaba por su estado de ánimo.

Sintiendo una leve alegría sonrie ampliamente sin dejar de mirar aquel texto que su novio le había escrito. A pesar de que era algo que quizás no importaba tanto, para el esas palabras se le hacían significativas.

Por estar un poco despistado y embobado por las publicaciones que hacen sus amigos en la red social que tanto utiliza, no se percata en el momento exacto donde su madre comienza a conversar con su padre.

— Olvide decírtelo, la semana pasada llegaron unas facturas del banco. — menciona la mujer apretando por dentro las muelas de su boca.

El mayor chasquea sus labios involuntariamente y detiene los movimientos que está haciendo al comer.

Por su parte Hoseok aprieta y baja el celular de sus manos, observando la expresión que su progenitor tiene ahora, su rostro se miraba asustado, y una pizca de temor lo invadía.

Dispuesta a seguir con sus palabras, la madre del pelinegro alza una ceja y mira con confusión a su esposo.

— ¿En qué gastaste tanto dinero? ¿Qué compraste?. —pregunta inclinando su cabeza.

El señor Jung gruñe por lo bajo y no tarda en hacer presente su mentira.

— Lleve el automóvil a arreglar, el motor se estaba calentando mas de lo normal. — dice tratando de expresar que el tema no le importa demasiado.

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⏰ Última actualización: Jul 16, 2020 ⏰

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Amorette ➸ HopeMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora