Sergei.
Tiro la colilla del tercer cigarrillo en veinte minutos, extraigo otro de la cajetilla, llevándolo a mi boca, dándole vida con el encendedor.
Necesito de la nicotina, si bien nada puede ayudarme con este dolor.
Era mi hermano, es imposible no sentirme desolado.
La lágrima que vuelve a salir sin permiso, se pierde salada en la comisura de mi boca, me sabe amargo una vez al tragar.
Soy quien busca refugio en un buen tabaco y botella de ron, hoy nada puede darme confort.
He ignorado las constantes llamadas de Marie, no quiero hablar con nadie, quiero matar, eso quiero.
No hay otros responsables que tres bastardos.
A Vladimir lo tratamos con respeto, tenía un maldito sueldo que da para alimentar a mil niños o más, ¿Qué diablos hizo? A la primera oportunidad quiso matar al hijo del Pakhan.
Con enojo llevo más profunda la calada.
Si algo en mata antes que una bala será el cigarrillo.
Dmitry no está para botarlos, llamarme a la atención por lo mismo.
Estoy negado a dejarlo ir, a asumir su descenso, su final.
Dmitry es más que esto.
El dolor de la pérdida me está cegando por completo, obligo a todo lo que soy no creer que está muerto muy a pesar de todo, pronósticos, relatos, pocas probabilidades.
No creo en nada en esta vida, no después de toda la mierda que nos pasó.
Es injusto que él muera después de sufrir tanto durante años y ahora que tiene una familia, una hermosa y gran familia, solo le arrebatan esa pizca de felicidad que bajo su tacto y abrigo tenía.
¿Qué porquería es esta vida? Los que realmente merecen estar muertos no lo están.
No somos unos santos, yo mismo no puedo contar las vidas que he quitado, distribuimos drogas, una más pesada que otra, pero no obligamos a nadie a comprarlas, no ponemos una pistola en tu cabeza para consumirla, nadie te manda a meterte donde no te llaman, aplico el viejo dicho de que la curiosidad mató al gato, murió sabiendo, aún así no pudo contarle a nadie, de nada le sirvió andar de mirón.
Consciente, no hay sangre en mis manos que sea inocente.
Mi pene lo apuesto que la mayoría que ha muerto a mi mano, son lacras, asesinos a sueldo, atracadores, violadores, mafiosos, unas cuantas mujeres que tiene más huevos que algunos hombre, se creen hadas para volar sobre todas las cabezas, entonces sucede que hay que cortársela.
A pesar de eso, de que hacemos mal en realidad, Dmitry no merece toda la mierda que pasó.
—Tienes que estar vivo imbécil —la botella en mi mano está casi vacía.
La llevo a mis labios bebiendo todo el contenido, trago tras trago.
Dejo otra colilla en la nieve, me yergo en mi estatura, froto las palmas de mis manos, buscando un poco de calidez, no las necesito entumecidas para lo que voy a hacer.
Estoy en la casa, el abuelo de Brianna me relevó para estar con ella, ese viejo muy apegado a Brianna, pero desconfiado hasta de mi sombras, mi mejor hombre, que yo entrené, forje a mi manera está en su puerta, a Irina Petrova no puede faltarle un pelo, soy capaz de matarlos a todos, la mujer del Pakhan y sus hijos son intocables.
Me abro camino entre la nieve, dejando un sendero de huellas que marcan mi camina hacia la pequeña caseta sin ningún tipo de calor.
Los hombres están de duelo, muchos han regresado y otra parte que se encuentra en condiciones continúa buscando a Dmitry.
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ALÉJATE © [Corrigiendo]
General FictionÉl es destrucción, Tóxico. Y ella es su única salvación. +21 NO COPIAR. ES DE MI AUTORÍA.