ºThe return of King - Jaeyong OS º

EL REGRESO DEL REY

En aquella habitación alejada de los molestos súbditos, los planos de guerra y los guardias entrometidos. Lejos de todo ese escándalo se encontraban ambos amantes consumando el acto más desvergonzado y pecaminoso

-Mi señor...- Taeyong se encontraba boca abajo con el culo levantado mientras era embestido por su amado señor. El calor de aquella habitación era más que notable, el sudor en su frente y los constantes jadeos permitían al amo y señor del castillo disfrutar aún más la vista de su pequeño vasallo quien era constantemente embestido por este.

Colocó amabas manos sobre la cintura del más pequeño aumentando la velocidad de las embestidas, cada vez más cerca del extasis. Si la vista no fuese tan erotica habría mandando a azotar a su amante.

Una, dos, tres estocadas. Taeyong había perdido la noción de todo en aquel momento. Era un acto vergonzoso para el debido a la educación tan arcaica que había recibido desde su niñez. "Serás castigado con las llamas del infierno" se repetía una y otra vez. No queria pero eran palabras que lograban subir su libido cada vez más. Se sentía sucio pero le encantaba. Le encantaba la idea de follar con su amado señor, sentir sus caricias, besos, incluso sus golpes y humillaciones eran tan excitantes

- Mi señor si alguien entra... - Taeyong ya no pudo decir más. YoonOh había levantado su pierna derecha dejando ver su pequeño ano ser expandido poco a poco mientras golpeaba su punto dulce una y otra vez hasta saciarlo por completo.

- No importa. Si alguien entra...Tendrá que cerrar la boca de lo contrario - YoonOh hablaba entrecortadamente antes de soltar un quejido de placer al correrse dentro de su amante al mismo tiempo que Taeyong soltaba un grito to desesperado al sentir el líquido caliente recorrer su interior y el propio caer sobre las sábanas

Jung YoonOh era el famoso emperador del reino de BaekJe. El reino fundado en la parte suroeste de la península coreana, cerca de la actual Seúl, al sur del río Han. De porte arrogante y belleza deslumbrante el emperador gozaba de muchos lujos y posesiones. Una de las más preciadas para él era su hermoso vasallo. Su hermoso e inocente vasallo.

Cuando llegó a la vida del emperador este apenas era un niño, sus padres al no poder pagar sus deudas con el gobierno vieron factible la opción de vender al menor de sus cuatro hijos varones. Durante este tiempo YoonOh se dedicaba al estudio del arte, las lenguas y el Hangul. Mientras a su corta e inocente edad ya era general de un gran ejército

Quien diría que ese zarrapastroso y feo niño se convertiría  en la causa de sus desvelos nocturnos y su constante distracción del cruel mundo real.

-Mi señor. Tenemos que hacer algo respecto a las cosechas, la sequía dejó a los trabajadores sin agua. Los animales están muriendo y el reino enemigo asesino a tres de nuestros mensajeros, nos han tapado el paso con nuestros aliados - El general Jisoo hablaba serio y con un semblante preocupado.

- Envía aves, o acompañantes con los mensajeros. No me fastidies con eso ahora - YoonOh estaba realmente exhausto. Siempre era lo mismo, las sequías, las innumerables quejas de los aldeanos con los gobernantes de cada sector, las viudas, las cosechas, los animales

- La única opción que encuentro para este desastre es aliarnos al reino del Este mi señor. Ellos tienen recursos suficientes y por fuentes confiables se sabe que tienen un ejército lo suficientemente grande y poderoso para enfrentarnos contra el enemigo - habló de pronto el consejero real. - La única condición sería desposar a la princesa ChaeYeon. Solo así detendremos este desastre

Por un momento YoonOh lo pensó.

Tenía que dejar su egoísmo de lado y comenzar a pensar en su pueblo y lo mejor para ellos. Tenía que dejar a Taeyong. No. No lo dejaría, solo haría lo necesario para que él estuviera bien y a salvo