La seductora Vi

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DIEGO

Veo como Venus sale al escenario; se ve tan sexy con ese vestido color rojo ardiente que contrasta perfectamente con su pálida piel. Todos los clientes gritan de emoción al verla, es como si fuera una estrella de cine y estuvieran ansiosos por conocerla.

La voz corre, uno la conoce y le cuanto a otro, y ese otro a otro y así sucesivamente. Ese es el efecto que causa ella. Tal vez no sea la estrella de Hollywood pero en este lugar es muy deseada, claramente no es de mi agrado que trabaje aquí pero he de admitir que desde que la tengo las inversiones del negocio han subido rápidamente, gracias a ello su paga es excelente más lo que los clientes suelen darle.

Veo como realiza unos cuantos movimientos seductores para prender a los clientes y ellos no pueden evitar no sentirse excitados ante plena obra de arte.

-Es hermosa -oigo decir a Marcus, el presentador a un lado de mi.

-Lo sé -sonrío mientras la miro.

Finalmente la veo regresar tras las cortinas segura de sí misma.

-Los deje queriendo más -veo como se levanta el cabello.

-Así como me dejas a mí -se ríe un par de segundos.

Logro notar una mancha en su pómulo, le tomo la mejilla y se la acaricio, hace un gesto de dolor ante mi tacto. Carajo.

-¿Quién fregados te golpeo?

-Nadie -dice separándose de mí.

-Fue ese imbécil ¿cierto? -le digo al recordar a aquel tipo amigo de su padre.

Se queda por un momento callada y confirmo mis sospechas.

-Esta vez no se la va a acabar.

-Hey, déjalo así, por favor.

Me toma del brazo y hace que la mire. Ganas no me faltan de meter a ese imbécil en un ataúd pero la miro fijamente, me vuelve a pedir que no haga nada y accedo.

-La tercera es la vencida Venus, te vuelvo a ver un solo golpe y te lo juro que no voy a mandar a ninguno de estos idiotas a hacerlo -su rostro muestra confusión, parece madura pero aún tiene un toque de inocencia -lo haré yo mismo -finalizo.

Me libro de su agarre y camino hasta mi despacho.
Antes de entrar veo como después de darme una última mirada da media vuelta y se va hacía los vestidores.

Ella es una chica extraordinaria, cada vez que la veo me deja perplejo, es tan sexy y ardiente como ingenua e inocente. Se encuentra en la mejor etapa de la vida, la juventud.

Me ha cautivado como nadie nunca lo ha hecho; no tan solo ella sino también su vida, ha pasado por tantas cosas y gracias a ello se ha vuelto fuerte, ha aprendido de la vida por su cuenta.

Normalmente no me intereso en niñas como ella, tenemos una gran diferencia de edad; esta en su último año de bachillerato y yo, yo tengo 28 años, cuando la conocí lo primero que pensé fue lastima, pero poco a poco se fue envolviendo en mis venas, en mi sangre. Es como una droga, se volvió adictivo estar cerca de ella y cada vez necesitaba más y más. Ese es el efecto que causa la seductora Vi.

-Ya me voy -irrumpe en la habitación y me hace dar un brinco -ay Dios, que estabas haciendo -se ríe.

-Nada, deberías de tocar antes de entrar.

-Lo siento, la costumbre -camina hasta mi y posa sus labios sobre los míos -mi paga.

La separo de mí y muestra una media sonrisa. Estoy loco por ella.

Camino hasta un librero, quito unos cuantos libros y veo la caja fuerte, introduzco un par de números y en cuanto esta se abre solo saco un fajo de billetes y la vuelvo a cerrar. Camina hasta mi y se los entrego en su mano.

-Perfecto -vuelve a besarme -nos vemos mañana entonces guapo.

Antes de que salga por la puerta, la detengo y me mira.

-¿Me vas a dejar así? -pone los ojos en blanco -he sido un buen chico.

-¿Acaso tengo opción? -se ríe.

-No -le respondo con una sonrisa de satisfacción.

Deja caer su maleta, le bajo el cierre del vestido y lo dejo caer al suelo. La levanto y la siento en el escritorio; antes de introducirme dentro de ella la miro y veo que ve hacía la nada, al sentir mi mirada se gira hacía mi y me dirige una media sonrisa. Sin más introduzco mi miembro dentro de ella una y otra vez.

VENUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora