Capítulo XIV

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-¿Valeria? ¿Valeria, estás despierta? -escuché a lo lejos mientras abría mis ojos. Estaba algo borroso pero reconocí la voz, era Demir-. Valeria, que bueno que despiertas -le vi sonreír, me sentía desorientada.

-¿Qué pasó? -pregunté y casi al mismo tiempo sentí un fuerte dolor de cabeza. Me quejé poniendo mis manos en ella, era un dolor horrible, como su presionaran el cráneo por ambos lados para aplastarlo.

-¿Te duele mucho, no? -dijo él mirándome con una leve sonrisa ¿Es que incluso se reía de mi dolor?-. Es normal, no te preocupes.

-¿Qué es lo que me pasa? -aún sentía ese insoportable dolor, era una tortura.

-Tranquila, bebe esto -me extendió un tónico de hierbas que sabía horrible, solo lo tomé porque quería acabar con aquello ya. Unos minutos después sentí como se aliviaba mi jaqueca poco a poco hasta que casi fue imperseptible, un gran alivio.

-¿Cuánto tiempo he estado aquí? -pregunté incorporándome en la cama y mirando alrededor, no reconocía el lugar.

-¿No recuerdas lo que pasó?

-Recuerdo que escapamos del palacio y que ustedes se fueron. Luego me acerqué al rey y... -en ese momento vinieron a mi cabeza todos los recuerdos de golpe. La sensación tan horrible de estar muriendo por lo que me estaba haciendo Kay y todo lo demás- ¿Qué fue lo que el rey me hizo?

-Veo que sí lo recuerdas. Llevas tantos días inconsciente que creí que lo olvidarías, estás viva de milagro.

-¿Días? ¿Llevo días inconsciente?

-Sí, llevas cuatro días inconsciente.

-Pero... no lo entiendo -estaba desconcertada.

-Te explico, ¿recuerdas cuando nos conocimos en el palacio y yo te ataqué?

-Claro, imposible olvidarlo, casi me matas ese día.

-Pues eso, Kay hizo lo mismo contigo aquella noche.

-¿Que hizo qué?

No, él no había hecho eso ¡Él no me había hecho eso! ¿Cómo se atrevía? ¡No tenía derecho!

-Los ángeles negros nos alimentamos de la energía de vida. Los de mi especie lo hacemos...

-Sí, sí, sé que absorben la energía de los humanos y algunas veces les gusta enterrarnos los colmillos como si fuesen vampiros -le interrumpí y rodé los ojos más que molesta, no podía creerlo.

-Exacto, la cuestión es que Kay al ser una mezcla lo hace de forma diferente. Absorbe la energía de humanos pero en la forma que absorben la energía los ángeles negros con ojos azules.

-¿Me dices que él absorbió mi energía?

-Sí, casi toda, para ser exactos, y aún no sé cómo pudo parar porque eso es imposible. Además... tu energía de vida es bastante especial, no por gusto la emanas de esa forma.

-Espera... ¿me estás diciendo que él absorbió mi energía aún sabiendo que podría matarme?

Esto cada vez se ponía mejor.

-Lamento decirte que sí, pero se detuvo y eso hace la diferencia.

-¿Diferencia? -ya estaba exaltada- ¿Qué diferencia? ¡Él no sabía si pararía o no! ¡Me iba a matar!

-Calma, Valeria. Kay se sintió muy mal por lo que te hizo y hasta hace unas horas estuvo aquí contigo cuidándote.

-¡No me importa! ¿Cómo pudo hacerme esto otra vez? -sentí mis ojos arenosos, lo sabía, sabía que volvería a hacerme lo mismo. Y pensar que estaba recriminándome el no darle una oportunidad.

Dark AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora