Terror En La Sangre

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"血の恐怖"

— No identifico nada, Kakashi-san —informó Nikkita al recargar su hombro contra el tronco de un árbol. El Hatake dejó ir un suspiro, cubriendo su ojo izquierdo con su banda shinobi. Comenzaba a creer que estaba tardando, incluso llegó a creer que en cualquier momento la vería, debido a lo acordado. Ella traía consigo el kunai personalizado y Kakashi también, algo debió haber ocurrido para que ella no haya ocupado el Dios trueno volador.

Tomemos un descanso, seguiremos toda la noche —instruyó el mayor de todos. Los shinobis se habían reunido nuevamente, gracias a los Ninken y a los lobos de Nikkita.

— Oi, Kakashi-senpai —llegó Yomuro hasta el peliplata — encontré algo importante —mencionó el pecoso en un tono preocupado. Este le extendió un listón rojo con dos cascabeles dorados. El Hatake los tomó y los aproximó hasta su nariz y los olfateó. Entrecerró sus ojos sintiendo el embriagante olor de Nashiro inundar sus fosas nasales. Obviamente aquellos cascabeles eran de ella.

— ¿Dónde los encontraste, Yomuro? —interrogó Kakashi con el ceño fruncido.

— A menos de dos kilómetros de esta ubicación, creo que cada vez nos acercamos más a ella —apuntó el castaño.

Un jadeo escapó por sus labios, ¿por qué las noches se estaban convirtiendo en una pesadilla? Tenía que huir esta noche como diera lugar, no soportaría pasar un segundo más con el. Necesitaba de vuelta aquel kunai que Obito le había confiscado. Aprovechó que el Uchiha se encontrara profundamente dormido a un lado suyo cuando Nashiro fingió dormir también. Sentía su corazón latir velozmente. Se levantó sin hacer mayor escándalo del futon en el que aquel hombre la había obligado a dormir, nada más. Después se dirigió, caminando de puntas hacia el uniforme de Obito que se encontraba doblado en un rincón del lugar, pero este coincidía estar justo a un metro enfrente del rostro del azabache. Contuvo la respiración al comenzar a hurgar entre las pertenecías del mayor, a estas alturas lo único que se escucharía serían los latidos de su corazón. Las yemas de sus dedos rozaron con el mango del kunai e invitablemente una pequeña sonrisa se esbozó en su rostro. Delicadamente lo sacó de su ropa, pero un escalofrío recorrer toda su espina dorsal hizo pausar su acción. Con el corazón en el garganta llevó de manera pausada su atención hacia el rostro del Uchiha, quien se encontraba mirándola afiladamente con su sharingan activado.

Nashiro Tayori

Creo que no existía mejor señal para echarme a correr. El estaba recostado y yo de cuclillas, por el momento la ventaja la tenía yo. Esto era un juego de vida o muerte y si no quería arriesgarme a caer en algún genjutsu del Sharingan me veía obligada a usar el chakra del Sello del Dragón.

«Ryu shirushi no shoukan»

Esto ya no era una broma, me puse de pie con las intenciones de huir, el poder de su sharingan era inútil contra el poder de este chakra. Moví mi piernas para salir de aquel lugar, pero Obito fue inteligente y elevó una de sus piernas para que me tropesara con esa misma. Vaya que este poder hacía mis reflejos más torpes o quizá aún no estaba ocostumbrada a manejar el Sello. Iba a caer al suelo de boca, pero gracias a un reflejo logre poner mis manos para amortiguar la caida. Fue más que obvio que Obito aprovecharía esto para someterme.

Sentí como sus dedos se clavaron en una de mis piernas y después en la piel de mi hombro, me giró bruscamente con su agarre, dejándome boca arriba.

— Otra vez, ¿planeabas burlarte de mi, Nashiro? —su cercanía a mi cuerpo se vuelve peligrosa. Tensé mi mandíbula y sin pensarlo mi mano apretó fuertemente el mango del kunai, poco después con fuerza lo dirigí en dirección a su brazo, enterrandolo profundamente en su piel. Se apartó de mí al crear una inevitable reacción de dolor en su rostro, mientras un gemido ronco escapaba por sus labios. Coloqué mis manos contra su pecho y lo empujé lejos de mí, una vez que saqué mi kunai de su extremidad. Llegué a creer que se desmaterializaría.

cursed; Kakashi Hatake [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora