cap. 4- Doble sonrisa

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JACKSON

Departamentos Gasell Heart. 14:30 (Antes)

Después del interrogatorio llegamos a casa luego de haber ido a buscar él auto en el estacionamiento de la comisaría. Del cansancio me fui al baño para ducharme y quitarme el olor del sudor.

Me quedé mirando mis cicatrices en todo mí cuerpo, cortes que iniciaban en pecho y terminaban en mi abdomen, de espalda a cadera, del hombro a la muñeca y en las palmas de las manos. “Nadie sabe por lo que pasé, no tienen porqué juzgarme”

Largué el agua caliente para  llenar la tina y esperando a que se llene puse la una canción que me gusta.

  Justo cuando estaba por meterme al agua en la mejor parte de "Every breath you take", escucho a Emma gritando. Tomé la toalla y salí corriendo a verla.

— ¡Emma! ¿Que pasa estás bien? —abrí la puerta acomodándome la toalla en mí cintura.

— Si, solo que un chico con ojos negros tocó la puerta y casi me da un infarto. —dijo mirando hacia abajo.

— ¿Dijo algo? —caminé hasta la puerta y en el momento que la abrí un chico de traje blanco se dio vuelta mirándome a los ojos.

— ¿Jackson? ¿Eres tu? —dijo el chico de ojos grises oscuro, acomodando su traje.

— Jacky... ¿Quien es? Dile que fue un impulso, no era mí intención cerrarle la puerta en la cara. —gritó Emma desde la cocina.

— ¿Nick? ¿Que haces aquí? —pregunté asombrado por la coincidencia.

— Te he venido a visitar, nunca has respondido mis cartas. Tenía que asegurarme que estuvieses vivo... Entonces... ¿Me permites ingresar a tu hogar?

— Eh si claro, ahh aguarda un momento. —salí corriendo al baño para vestirme, pero encontré todo inundado ya que se había rebalsado la tina. Mientras que Nick fue a sentarse en el sofá cerca de la ventana, Emma le preguntó si quería agua o algo.

— Emma,  tráeme algo de ropa —le grite asomando mí cabeza por el borde de la puerta.

Emma caminó a mí cuarto, revolvió por todos lados buscando mí ropa en lugar de abrir los cajones del ropero— Toma, te encontré esto. —dijo estirando su brazo por la puerta.

Cuando tome la ropa en seguida  noté que era mí ropa sucia de la semana pasada que estaba debajo de mí cama.

Emma desde el otro lado de la puerta me susurra— Ey, Jack... No se que quiere tu amigo, ya le ofrecí agua y no quiso. No sé que ofrecerle, parece de esos que no comen, no beben, no hacen nada, de seguro ni siquiera respira.

Abro la puerta vistiendo una camiseta  negra de manga larga y un pantalón de jean blanco  y veo como Emma se tropieza al estar apoyada en en la puerta— Emma, no es un monje. Debe de estar nervioso al igual que tu y yo.

Salimos del pasillo— No estoy nerviosa, solo que me incómoda su mirada de vampiro. —dice arrugando la cara y poniendo sus dedos en su boca como colmillos.

— Ahora si estoy presentable. ¿Cómo has estado Nick? —le dije tratando de romper el hielo.

— Me a parecido extraño que me hayas abierto las puertas de tu hogar con esas pintas. —exclamó Nick, con asentó irlandés.

Emma me miró desde la cocina con los ojos bien abiertos y mordiéndose el labio de abajo— Se me quemaron las tostadas. ¿Quieren tacos de hace tres días?.

— No gracias, estoy muy a gusto por el momento. Y ¿Que me cuentas Jack?

Me senté en el sillón enfrente de él— Bueno, soy bombero rescatista pero por el momento no estoy trabajando, tengo un mes de vacaciones. Y ¿Que hay de ti? ¿Que te trajo a Minneapolis?.

Oculto En El InteriorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora