XI. ☆ Plan inesperado ☆

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Sin darme cuenta un hondo suspiro abandonó mis labios al pensar en Karma

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Sin darme cuenta un hondo suspiro abandonó mis labios al pensar en Karma.

Me había contado que esa noche sus padres habían invitado a Ray a cenar a su casa así que no podía sacarme del pensamiento que mientras yo cenaba con papá, ella estaba con su futuro esposo sonriendo ante su familia.

Al ser solamente papá y yo en la mesa —y en toda la casa—, no pasé desapercibido así que sentí la mirada de él sobre mí. Yo tenía una mezcla tan ácida de rabia, impotencia y algo de celos adentro, que no me importó el asunto de disimular frente a mi papá que algo sucedía.

—Tu abuelo decía que los suspiros en medio de la nada siempre tienen el nombre de una mujer —comentó, haciéndome sonreír—. Y él era muy sabio.

No levanté la vista de mi plato a medio terminar, me resultaba contradictorio tener que quedarme callado y tener la necesidad de pedirle un consejo a mi padre; él nunca me los negaba, pero la situación con Karma me parecía muy extraña, muy cursi, muy triste... muy de todo. Sin embargo, ¿con quién más iba a hablar? Gris era la primera opción, pero no por eso la mejor. 

—Sí, lo era —convine—, y al parecer siempre tenía razón.

—¿Ya vas a decirme cuál es el asunto raro que tienes con tu amiga Karma?

Cerré los párpados dos segundos, alejando sin querer el plato de mí. Me incomodaba pensarlo, pero no tanto como me aliviaría hablar al respecto con él. Me dije que Karma me perdonaría por decirle a alguien más la verdad si ese alguien era mi padre, ¿qué amenaza de delatarnos podría representar él? Ninguna.

—No es un "asunto raro". Es solo... —Me mordí la lengua sin saber cómo proceder, no podía decirle la verdad ni siquiera por pedazos, nada tenía sentido y si lo tenía, era un sentido estúpido. Intenté sacar el problema principal y girarlo para poder hablarle de mi frustración, así que empecé—: Salgo con ella... pero digamos que a su padre no le gusta la idea.

—¡Ah! Padre protector. Lamentablemente es algo con lo que los hombres debemos lidiar al pretender a alguien tan bonita como tu amiga. Sinceramente, si yo tuviera una hija sería igual, nos volvemos protectores con los hijos pero más con ellas.

—¿A ti te pasó alguna vez?

—No del todo. Mi primer y único amor hasta el día de hoy fue tu madre, pero cuando yo la pretendí hace tantos años, tu abuelo me recibió. Yo estaba prestando el servicio militar y aunque odiaba eso, el uniforme me lucía genial así que él recibió de buen agrado al "buen partido" que su hija había conseguido. Pero a tu tía sí le pasó.

—¿Con el tío Carlos?

—No, con el hombre antes de él. Empezando porque conmigo al lado de tu madre, tu abuelo me comparaba mucho con su pretendiente, un muchacho de buen corazón y noble pero sin muchos estudios y de una familia humilde. Siempre me sentí mal por ella porque de verdad se notaba que se querían.

Karma de Estrellas  •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora