Para los señores Tweak, su cafetería era muy importante. No solamente era su fuente de ingresos, sino que era un emprendimiento cuyo desarrollo había sido construido con mucho esfuerzo por parte de ellos.
En una cafetería no está completa si solo te ofrece un simple café, hay variedades de bebidas para elegir y acompañantes. Estos últimos también tienen gran importancia.
Por esto, a Tweek no le parecía raro que su madre le enseñara como hacer cupcakes a la corta edad de 6 años. Le parecía bastante curioso. Esa fue la primera receta que ella le enseñó.
Los ojos bicolores entre azul y amarillo que el pequeño rubio poseía miraban atentos como los ingredientes iban transformándose es una mezcla homogénea. Como esa mezcla luego se transformaba en algo delicioso. Sus pequeñas manos impacientes querían tocar los cupcakes aún calientes, pero su madre le enseñó a ser paciente en cuanto a postres se tratase. Los colores que tenía la crema y las cápsulas que envolvían los cupcakes también captaban su atención. Toda esa experiencia le agradó mucho.
— Bien cariño, ahora te toca a ti—
dijo su madre viendo la curiosidad en el rostro del pequeño blondo.— ¿L-lo haré yo solito? ¡Gah! ¡Es mucha presión! —exclamó el pequeño.
— Te ayudaré. No te preocupes — y así fue.
Sus primeros cupcakes fueron de vainilla. Tenían unas cápsulas de color celeste pastel y estaban decorados con una buttercream blanca del mismo sabor que sus cupackes, junto con una chispas de chocolate.
La experiencia le gustó a tal grado que se convirtió en un pasatiempo de fin de semana. Aprendió a hacer galletas, pasteles, cheescakes, flanes y gelatinas; todos de diversos sabores. No era algo que hacía todos los días, pero cocinar postres le causaba paz.
Paz que luego era arrebatada del cuerpo del rubio, ya que acompañaba los postres con café.Se podría decir que ,debido a los postres, su cuerpo no era tan delgado. No estaba en sobrepeso para nada, pero era el tercero o cuarto con mayor complexión corporal de su salón. Claro que nadie le prestaba atención a ese detalle además de él, ya que era imperceptible con facilidad si no le preguntaban por su peso.
Viajando al presente, ya habiendo cumplido los 11 años. Estaba sentado en el suelo, mirando un punto fijo en la pared, mientras tomaba café. Sus padres no se encontraban en casa por estar trabajando así que contaba con el silencio de la casa. Los sorbos que daba a su bebida eran lo único que se escuchaba.
Sentía que ese día era especial, que ese día pasaba algo y trataba de recordar qué. Sus pensamientos cesaron cuando recibió una llamada. Este se sobresaltó un poco por el tono y contestó.
— ¡Tweek! —gritó su amigo castaño desde el otro lado del celular, asustando a su amigo—. ¿¡Hola!?
— Hola Clyde ¡gah! ¿había necesidad de gritar? —preguntó el rubio.
— Perdón amigo, me emocioné. ¿Sabes que día es hoy, verdad?
— No. De hecho ¡gah! estaba pensando que hoy era un día especial pero no recuerdo por qué.
— ¿Enserio lo olvidaste? ¡Hoy es tu aniversario con Craig! —dijo el castaño emocionado.
El rubio abrió los ojos.
Era cierto, cumplían un año de haber empezado su verdadera relación.
¡Y lo había olvidado!
— ¿Tweek? ¿Estás ahí? — el nombrado de había quedado callado—. ¿Tw...? — Clyde escuchó un grito desde el otro lado del celular, que lo interrumpió y lo aturdió.
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Cupcakes [Oneshot]
FanfictionEra buena idea compartir un pasatiempo propio con su pareja. Así que ¿por qué no?