Capitulo 13.

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Pude sentir el peso de Cole todavía encima mío, estaba tan cómodo encima mío.

Sin ningún cuidado lo quite de encima mío haciendo que se acueste a un lado de donde yo estaba.

Fuí a la cocina por comida y puse la cafetería a funcionar para hechar el agua y empiece a combinar el café con el agua y saqué pan para ponerlo a tostar en la tostadora, me senté en la barra de la cocina mientras veía al suelo.

Es increíble que viniera a dónde mi como si nada, cuando sabe perfectamente que venía con él a Nueva York y no debía de dejarme sola solo por estar con su amiga.

- Hola. - La voz ronca de él sonó en la cocina captando toda mi atención.

En este momento quería decirle muchas cosas.

Suspiró y me vió durante un rato hasta que sacó su mirada de mi, yo sólo bajé de la barra y fuí a dónde él.

Cómo manipulación absoluta le dí un beso, aunque en su parte también expresaba lo tango que me hizo falta durante estos días que pasé sola.

- ¿Ya no estás enojada? - Me vió directo a los ojos, podía ver perfectamente ese brillo que tenía en sus ojos, algo que no veía comúnmente.
- Obviamente sí. - Rodé los ojos y me voltee para hacerme mi café.

Empecé a hacer dos, sabía la resaca que podía tener este imbécil.

Le dí su tasa de café y puse otros panes para poder comer, así que las que estaba haciendo hace un principio se las di a él con algo de mermelada encima de estás.

- Perdón. - Habló después de tal silencio que nos estaba acompañando.
- Sabes que no podías dejarme sola, pero igual lo hiciste. - Suspiré para después darle otro sorbo al café.

Él bajó la cabeza evitando mi mirada, bien sabía que lo estaba juzgando en cada mirada que le daba.

- Sí ya sé, aún así anoche traté de explicarte porque no estuve todos estos días, aunque estuviera borracho. - Él dejó su taza junto al plato en el lavabo.
- Lo que más curiosidad me da es que estabas con un olor muy peculiar a mujer. - Me empecé a preparar mis tostadas.

Un suspiró algo exagerado salió de él, sabía que estaba nervioso, pero trataba de ocultarlo.

- Ya sabes, es Debby. - La ira dominó mi cuerpo al escuchar ese nombre.
- ¿Cogieron? - Tratando de no sonar tan enojada pregunté.
- No lo sé... - Susurró.

Sin más salí de la cocina yendo para la sala, cogí en control del televisor y lo prendí, busqué un canal donde dieran caricaturas y empecé a comer.

Cómo si fuera poco la figura de él se hizo en la mitad del televisor.

- Por favor, estoy deseando abrazarte y tú me lo haces aún más difícil. - Tocó su cien con su dedo índice y yo alcé mis hombros.
- Que Debby te dé la puta atención que necesitas.

[...]

- ¿Listo? - Preguntó.

Yo asentí y cogí mi cartera, nos habían invitado a una fiesta, ya sabía que era una de las típicas fiestas elegantes que Cole asistía, nunca había estado más nerviosa de por sí.

No sabía que hacer, ni mucho menos que hacer con el imbécil que tenía como pareja.

- Estás muy linda... - Dijo cuando entramos al ascensor.
- Gracias.

Estaba por ignorarlo, pero, yo también quería abrazarlo después de todo.

Llegamos al primer piso, dónde estaban todos reunidos hablando entre sí, y podía ver qué afuera estaban unas camionetas negras.

- Hola. - La voz de Debby se hizo presente atrás de nosotros.

Cómo si fuera raro saludo primero a Cole y después a mi.

- Estás. - Le dijo a Cole, pero sacudió su cabeza al instante. - Están muy lindos.

Yo sólo levanté mis cejas, me contuve por no reír al ver sus nervios ocultados en su sonrisa.

- Gracias, tú igual. - Respondí yo por los dos.

Ella se relajó al escuchar mis palabras, pero igual quería decirle que estaba horrible, aunque estuviera más linda que yo.

[...]

- Por Dios, Cole. - Entre a la habitación del hotel donde estábamos hospedados.
- Perdón. - Hace un rato Debby estaba contándome lo que habían hecho.

Los dos estaban en la re putísima mierda juntos, con otra gente que me valió un kilo de verga su nombre, y lo demás fue resumido en que Debby estaba muy pegada con Cole y por "accidente" se habían besado.

- No sé si la besé, ¿¡Está bien!? - Gritó.
- ¿Y?, ¿Acaso te pregunté o qué? - Fuí a nuestra habitación por mi maleta y empecé a empacar lo mío.
- ¿Que hacés? - Dijo viendo lo que estaba haciendo.
- Me cansé Cole. - Dejé de empacar todo y lo miré. - No soy juego de nadie, ¿Vale?, Se supone que estábamos en una puta relación y tú decides cagarla de una manera extrema. - Suspiré.
- ¡Estaba borracho! - Se justificó.
- ¡Vaya!, ¡Que gran excusa! - Volví a suspirar, no quería cometer alguna locura.
- Otra. - Se arrodilló.
- ¿Otra qué? - Dije confundida y cansada.
- Otra oportunidad. - Suplicó.
- ¿Sos imbécil o qué? - Traté de hacer que se levantara, pero no funcionó, solo hizo que él se pegará de mi vestido.
- Imbécil, siempre. Pero no te vayas, haré lo que sea. - Volvió a suplicar.

Me quedé en silencio.

- ¿Lo que sea? - Volví a repetir sus palabras en forma de pregunta.
- Lo que sea. - Afirmó.
- Deja de hablar con Debby. - Ordené.

Él suspiró.

- Lo que digas. - Se levantó y puso de nuevo la maleta dónde estaba. - ¿Me disculpas? - Volvió a hablar.

Yo asentí medio dudosa, esperando que todo esto haya sido solo un sabor de mal gusto.


























































Oigan q piola es hacer relleno jajajajajaja

¿Pinta otra maratón o q?

¿Edad? • 𝗖𝗼𝗹𝗲 𝗦𝗽𝗿𝗼𝘂𝘀𝗲 • TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora