Tinta Negra [TN#1]

2- Pillo a un tío haciendo una barbacoa en un charco

La ventana de mi habitación daba a la escalera de incendios. Perfecta para escapar en caso de ataque. Y para que el pájaro de turno me despierte a las cuatro de la mañana.

Por desgracia, soy una de esas personas que normalmente una vez despierta no se puede volver a dormir. Supongo que en parte el culpable de esto sea el hecho de que tenga que vivir procurando que no me maten o descubran.

-Nada para conocer la nueva ciudad como un paseito nocturno -murmuré, poniéndome unos pantalones negros anchos con bolsillos, unas botas militares y un jersey de cuello alto gris ajustado. Fuera refrescaba bastante y había estado lloviendo.

Las calles iluminadas únicamente por la luz de las farolas tenían un aura peligrosa y tétrica.

Ni siquiera había coches pasando, no se escuchaba un alma. Me sentía fuera de lugar, alterando el silencio con mis pasos.

Fui andando hasta el Ms. Pepper, donde iba a trabajar. No parecía un mal sitio en absoluto, no me preocupaba. Yo había ido a garitos, ya fuera de fiesta o a trabajar, que probablemente ni el matón más creído de esta ciudad querría pisar.

Un repentino destello de luz azulada llamó mi atención. Parecía venir de una calle cercana.

Lo más sigilosamente que pude me acerqué al lugar del foco luminoso. Imaginaba ya de qué se trataba pero necesitaba confirmarlo.

Me asomé por la esquina y desde allí vi una silueta probablemente masculina de espaldas a mí. Contrastaba con las llamas azules que se alzaban amenazantes frente a ella.

Agradecí a mis años como sicaria el ser capaz de aguantar mi reacción.

"Un griego" pensé alarmada.

Los griegos eran un tipo de mutados, no las personas nacidas en Grecia (osea, sí, también eran las personas nacidas en Grecia, pero no en este caso). Eran los que tras el incidente de la explosión habían desarrollado la capacidad de invocar y controlar el fuego griego. Este es un fuego de llama azul, que puede arder incluso sobre y bajo el agua.

Eran considerados el segundo tipo de mutado más peligroso.

Un griego en mitad de la calle, usando sus poderes era básicamente un grito a las autoridades para que lo detuvieran.

Cuando os dije que las mafias nos habían convertido en un enemigo público, lo decía en serio. Absolutamente todos los mutados corren el riesgo de ser arrestados por la policía (en el mejor de los casos solo se te llevarían a un centro de adiestramiento). Por eso si estabas en nuestro pellejo tenías que tener mucho cuidado de que no te pillaran.

Estando mi mafia en la zona y a sabiendas de que ya había una mafia instalada en la ciudad, lo que estaba haciendo ese chico no tenía ningún sentido. ¿Quería que lo detuvieran? ¿Que lo mataran?

Si fuese un mutado banshee o un mutado fantasma solo lo detendrían, pero yo misma había tenido órdenes de matar a los griegos en cuanto los viera. Y lo había hecho.

Como miembro de una mafia, debería darle caza. Como mutada, debería protegerlo.

Durante unos segundos vacilé sin saber qué hacer. El chico decidió por mí.

Con un rápido gesto extinguió las llamas y se giró hacia donde yo estaba. En la oscuridad de la noche y teniendo en cuenta que había estado tan cerca del fuego sé que no me vio antes de marcharse corriendo. Yo tampoco pude verle la cara con claridad.

Una vez el sonido de sus pasos se perdió en la distancia me acerqué al lugar que él antes ocupaba. La curiosidad de saber qué hacía un griego anunciando su existencia en medio de la noche me podía.

En el suelo había un charco formado por la lluvia que había habido antes. Dentro de ese charco había destellos azules; cenizas. Había quemado algo.

-¿Me pregunto qué necesitaba quemar para arriesgarse tanto? -murmuré moviendo el agua con un pie- Debía ser algo muy importante o peligroso. O simplemente se trataba de un ingenuo descuidado.

Seguí caminando en silencio. Había por lo menos un mutado en la ciudad, pero la movilización de mi nodo allí no tenía nada que ver, en principio.

¿Realmente nuestro único objetivo era la galería de arte? ¿Tan importante era esta?

Además no había sido un mutado cualquiera, ya os lo he dicho. Hay siete tipos diferentes.

Dos son considerados poco peligrosos; los banshee y los fantasma, normalmente estos son enviados a campos de entrenamiento para ser soldados o algo así.

Otros dos son neutrales; los bomba y los visión, por lo general los tratan como a los anteriores pero si llegan a ser peligrosos en su captura, los pueden llegar a matar.

Los metamorfos, otro tipo distinto, no están catalogados en función de su peligrosidad porque son extremadamente escasos. Yo no he visto ninguno, solo he oído hablar de su existencia.

Por último, los dos tipos considerados peligrosos; los griegos y los telépatas. El protocolo ante estos dos mutados es claro y conciso: matarlos. Los griegos ya habéis visto lo que pueden hacer, yo con Lea los llamo "incendio forestal".

Los telépatas son los más peligrosos. Tienen la habilidad de manipular la voluntad de las personas, meterse en su mente y hurgar en los recuerdos a la vez que modificarlos. Los que no se han entrenado en su poder o intentan reprimirlo requieren de contacto físico para usarlo. Un telépata entrenado puede manejar un ejército entero a distancia. Por eso son tan peligrosos.

Intenté mantener la mente fría. Tenía que centrarme en la primera operación que íbamos a llevar a cabo en un par de días Lea y yo para conseguir la galería de arte.

Íbamos a tener que infiltrarnos a colocar una grabadora de vídeo y sonido en la cámara que guarda las obras de arte.

La exposición en cuestión era muy antigua y por la noche guardaban las obras en un sitio especial para su mejor conservación.

No queríamos que nadie nos las robase así que había que vigilar.

Además, esa cámara nos ayudaría a fichar a posibles rivales a la hora de conseguir la galería. El método de mi mafia era sencillo: no pagabas nada por ella, directamente eliminabas a la competencia y hacías "negocios" con el anterior propietario. Era eficaz.

Miré la hora en el reloj del móvil. Iban a ser las seis de la mañana y no tenía ni idea de dónde estaba. Por una vez, tomé una buena decisión y fui para casa. Así podría prepararme para mi primer día de trabajo en el Ms. Pepper.