Todo empezó de una forma peculiar, nunca me espere que esto pasara, mucho menos desarrollar estos sentimientos hacia ti; sólo pasó sin permiso alguno te adueñaste de mis pensamientos, cada vez me invadías más y más a tal punto de poder sacarte de mi mente, siempre teniendote presenté... Durante mucho tiempo estuve al pendiente de tí, desde las sombras siempre cuidándote sin que tú notarás mi presencia, pareciendo invisible o inexistente.
Un día sin más perdí rastro tuyo en su totalidad, no importo cuanto busqué y busqué simplemente desapareciste... Pero eso no me detuvo, yo seguí buscando hasta el cansancio, no te dejaría ir tan fácil, no después de comprender lo que sentía por ti, tenía que confesarte mis sentimientos, lo que guardaba dentro de mi pecho... El lugar donde se encontraba una parte de mi que ya creía muerta hasta que te conocí...
... Entonces llegó ese día, el día en que me salvaste, un sentimiento extraño invadió todo mi ser de pies a cabeza, era un sentimiento reconfortante al saber que pude volver a verte antes de morir. Pero al igual que esa felicidad que surgió en mi interior emergió un desgarrador sentimiento de culpa, muchísimo tiempo había pasado desde que no tenía ese sentir; a ver esa venda cubriendo tus ojos supe que era mi culpa y nada más que mía...
Un posible acto de celos dirigido a aquel chico que pasaba la mayor parte del tiempo a tu lado, el tenía el privilegio de estar serca tuyo, algo que yo nunca tuve y no me darías si te lo pidiera.
Fue allí que supe que no era el momento de decirlo, de poder expresarte mi sentir por ti; probablemente me odiarias por ello y todo lo que te he causado.
Además, pude notar la presencia de la niña, así que aprovechando el daño que poseía fingi otra identidad para poder permanecer a tu lado aún que sufriera de silencio... Sabiendo que ese dolor jamás podría ser comparado por lo que yo te hice pasar.
...El tiempo pasó...
Pase alegres momentos contigo y aquella pequeña mocosa; gracias a ustedes pude sentir por primera vez lo que era una familia, ese cariño y amor que me demostraban, nuevamente sin darme cuenta se volvieron más y más importantes para mí, en especial tú, sentía que un segundo lejos de tí causaría que mi mundo se desmoronarse en mil pedazos o más; simplemente no podía hacerme la idea de volver a tenerte lejos de mí, no sería capaz de soportarlo.
Un día sin más, confiado de qué había cambiado y podría ser una nueva y mejor persona para tí tome la decisión de contarte mis sentimientos y esperar ser correspondido. Ese mismo día en la tarde cuando salíamos para dar un paseo que yo propuse te tome del brazo para detenerte y decirte estas palabras:
"Xiao Xing Chen... Tengo algo muy importante que decirte desde hace mucho, lo he ocultado por qué creí no ser lo suficientemente bueno para tí, pero creo que ya es hora, aún que no me correspondas... Me gustas, cada momento que pasó a tu lado me hace sentir feliz, no existe nadie que me haga sentir como tú lo hacés; no importa que tan mal este, cuando estoy contigo todo pasa y me siento mejor, iluminaste mi oscuro camino, cuando crei ya no poder encontrar salida y moriría en soledad y penumbra llegaste con tu luz a salvarme y sacarme de allí. Al principio pensé que lo estaba confundiendo y me lo negaba a mi mismo pero mientras más tiempo pasaba me di cuenta que no era así, que los sentimientos que tenía hacia a ti son reales, y yo se que si tu corazón y el mío están unidos ni el mismo destino podrá separarnos..."
Fuero calladas mis palabras mientras un leve rosa invadía mis mejillas al suave tacto de unos hermosos, suaves y finos labios sobre los míos; deslice lentamente mis manos hacía su cintura para atraerlo más ha mi al igual que mi mayor pasaba sus manos sobre mi cuello para darnos un tierno besó donde yo le transmitía todo mi afecto y viceversa... Ese inocente beso no duró mucho tiempo ya que yo empecé a subir la intensidad hasta el punto de morder su labio inferior sacándole un fino hilo de sangre que lamí provocando un pequeño jadeo por parte de él mayor, me separé de el con una sonrisa en mi rostro.
Mi felicidad era demasiado notoria y al ver su hermoso rostro pose una de mis manos sobre su mejilla dejando leves caricias sobre esta... Creo que lo mejor de todo fue escuchar tu dulce voz sacando una dulce oración que resonó en mis oídos. Permaneciendo allí por el resto del día
"Me hace muy feliz el hecho de saber que ambos sentimos lo mismo "
Regresamos al templo por idea tuya ya que te preocupes por la pequeña mocosa que estaba sola en aquel lugar. Volvimos sólo para contemplar como ella estaba dormida profundamente... La temperatura comenzó a bajar tomando por decisión prender una fogata; estuvimos ambos adultos frente a esta por horas hasta que nos tiramos al suelo para poder admirar el cielo nocturno.
Nuestra plática era sin sentido y comentarios al azar para no dejar que el silencio invadirá, apesar de la ligeramente extraña conversación la pasamos bien, entre risas y algunos chistes malos por parte de ambos; fue reconfortante mientras duró ya que le sueño venció a Xiao Xing Chen y callo rendido, por otro lado yo solo me le quede observando fijamente mirando con suma atención a su rostro y todas sus hermosas facciones y detalles que sólo me hacían sentir más seguro de mis sentimientos... Lentamente me pegué más a él y plante un casto beso en sus finos labios separándome con mi ritmo cardíaco un poco alterado y finalmente acurrucandolo en mi pecho para que durmiera mejor...
"Dulces sueños mi pequeño Xing Chen"
Susurre en su oído con una dulce voz que nunca antes había utilizado, así fue como finalmente dormí abrazado a él.
Ojalá hubiera disfrutando más esos momentos, "Quien diría que la felicidad es la que menos dura~", No había pasado ni un mes desde que me le confesé a Xiao Xing Chen cuando las malas noticias decidieron acabar con mi pequeño y humilde paraíso.
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Te Diré Lo Que Siento Por Fin
FanfictionNunca lo note, hasta ese momento. El día en el que por fin me di cuenta de mis sentimientos por ti, pero ya era demasiado tarde, desapareciste sin dejar rastro alguno... Cuando de la nada volviste y por un pequeño instante me devolviste la esperanza...