El Tercer Ojo

Si encontraste esta nota en una pequeña caja de madera con un corazón, entonces.

* ¡Felicidades! * Probablemente seas la primera persona en leer esto, quizás fue casualidad que la encontraras o, de alguna forma, tienes una vaga idea de quién soy y te esmeraste en encontrar algo de información sobre mí. No estoy segura, pero realmente no pensaba compartir esto con nadie, por alguna razón creo que es emocionante que alguien por ahí, un completo desconocido, encuentre esta nota y lea mi historia. Alguien a quien nunca conoceré, compartiendo un vínculo tan personal conmigo. Me fascina que cualquiera de nosotros pueda morir, incluso tan pronto como mañana o durante esta lectura, y que el otro no tenga ni idea del hecho. Para ti, toda mi vida está dentro de esta nota, por lo que viviré mientras tu memoria pueda llevarme. Al escribir esto, me pregunto si eso te hace sentir fascinado o violado mentalmente. Es tan excitante.

Lamento que mi historia esté un poco desorganizada, pero me gustaría leerla mientras todavía esté fresca. Primero, te contaré un poco sobre mí. Soy una chica universitaria de primer año y he llevado, según la mayoría de los estándares, una vida bastante espectacular hasta este momento. Crecí en un distrito escolar de clase media alta con maestros decentes. Realicé un seguimiento en la escuela secundaria y es allí donde tuve dos novios. Ahora, estoy estudiando para una carrera en terapia ocupacional, porque siento que el campo está infravalorado y proporciona una gran ayuda a las personas.

Te estoy dando estos antecedentes porque existe esta extraña idea errónea de que si quieres matar a alguien, estás enfermo de la cabeza o tienes problemas de manejo de la ira. Pero, es muy evidente que no pertenezco a ninguna de esas categorías. Es cierto que la mayoría de los casos de asesinato se producen en un entorno doméstico en el que alguien pierde el control de su ira o algo así. Pero la cuestión es que esas personas matan por provocación, ya sea por un estallido singular o por una serie de desgracias de combustión lenta. Esas personas matan porque en ese breve momento, quieren que alguien específico, por una razón específica, sea herido o asesinado.

De lo que estoy hablando es de querer matar a alguien sin una razón específica, tal vez solo para ver cómo es. ¿Alguna vez has sentido eso? No sabría cómo se sienten los demás, porque no es algo de lo que haya hablado, tampoco es como si pudiera leer sus mentes de manera directa. Pero tengo curiosidad acerca de cómo es matar a alguien desde que era una niña. No matar a nadie en particular, solo a una persona al azar. Siempre me ha fascinado que si me lo propongo, puedo acercarme a cualquiera, y en cinco minutos se habrían ido completamente de esta Tierra.

Pero nunca lo he hecho por un par de razones. En primer lugar, durante la mayor parte de mi vida fue logísticamente imposible hacerlo sin ser atrapada. Solo obtuve mi licencia de conducir hace un par de años, e incluso entonces, los preparativos tomarían demasiado tiempo, definitivamente suscitando sospechas. Fue solo una vez que comencé la universidad que me di cuenta de que esto ya no era un obstáculo.

Otra razón es que tenía miedo de causar daño a demasiadas personas. Puedes reírte al leer eso, por lo hipócrita que suena. Pero, déjenme explicar: ¿Por qué debería sentirme mal por matar a alguien si está demasiado muerto para preocuparse? ¿Por quién me sentiría mal? Por el contrario, es el dolor de la vida de lo que prefiero no ser responsable. Debido a esto, sabía que tomaría una gran cantidad de investigación antes de encontrar una persona adecuada para matar, y nunca tuve los medios para hacerlo, nuevamente, hasta que comencé la universidad.

Y ahora, habiéndolo experimentado, diría que al final fue bastante satisfactorio. ¿Algo que volvería a intentar? Probablemente no, ya que mi curiosidad ya ha sido satisfecha. Realmente no soy una loca como para repetirlo, además, no sería lo mismo una segunda vez.