Un Sannin Caído

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Claramente no iba a cerrar ninguno de sus ojos hasta que sus padres estuvieran de vuelta. Se quedó sentado contra el tronco de un arbol, esperando alguna señal de vida por parte del Jounin y de la ANBU, seguramente se encontraban hablando de lo que había ocurrido y el peliblanco quería enterarse también. Se quedó pensativo en aquel lugar, mientras sus dedos se enredaban en aquel listón rojo, causando que los cascabeles sonarán tenuemente. Su vista se centró en el ruido que se produjo de unas ramitas ser pisadas.

Debían ser ellos.

Se levantó del césped y limpió los residuos de este mismo de su ropa. Forzó su vista entre las oscuridad para mirar con mayor claridad, se encontró con la figura de sus padres caminando a lo lejos con una de sus manos entrelazadas. Parpadeó un par de veces y dejó ir un suspiro, encaminandose sin prisa alguna hacia ellos.

— Hisoka-kun —comentó la albina sorprendida al notar la repentina aparición del peliblanco. El de un ojo verde no fue capaz de controlar sus impulsos y espontáneamente la abrazó fuertemente, pasando sus brazos por su espalda y recargando su mentón por encima de su hombro cuando se paró de puntitas. Desde luego aquella acción pasmó a la Tayori y provocó que el seño de Kakashi se frunciera.

Fue tarde cuando Obito realizó lo que había hecho y se tensó al percatarse de lo sereno que se encontraba rodeando el cuerpo de la ANBU con sus brazos.

— Y-Yo... Me alegro de que te encuentres bien, Nashiro-san —explicó el adolescente una vez se separó y con nervios desvío su vista de la ojiverde.

Con un pequeño sonrojo Nashiro rió dulcemente y se inclinó hacia el frente para pellizcar las mejillas del peligris con sus dedos.

— Gracias por preocuparte —le sonríe enternecida, haciendo que el heterocromatico regresara su vista a ella y le viera con detenimiento.

Realmente admiraba tanto a su madre. Le devolvió el gesto, sintiendo un rubor recorrer su rostro al igual ir la albina. Habia logrado su objetivo, proteger a su madre y acabar con la vida de su sensei. Regresaría pronto a cada y les contagia todo lo que ocurrió a sus padres... Eso sí querían verlo.

El Hatake carraspeó su garganta, causando que ambos pelisblancos llevaran su atención hacia él al unísono, provocando que el Jounin se quedara estático en su lugar, mientras su único ojo al descubierto los analizaba. Tuvo que pestañear un par de veces intentando de borrar de su mente lo que había realizado; llegó a idearse que aquel adolescente podría pasar fácilmente como el hermano menor de Nashiro o incluso como su hijo...

Tenía que estar alusinando, quizá le hacía falta dormir, era eso. Los dos pares de ojos lo miraban expectante, como si fuera a decir algo importante.

— Nada, se me secó la garganta —dijo el peligris con desinterés.

***

— Estuve con Sasuke —comentó la ojiverde tras haber roto un silencio pacífico entre ellos dos. El peliplata bajo la oscuridad de la noche, arqueó una ceja y miró interesado a Nashiro.

Estaban sentados sobre el césped, esperando a que en cualquier momento amaneciera para estar de vuelta a Konoha

— Ese mismo hombre que porta esa máscara Naranja, lo rescató después de la batalla con Itachi —por inercia la albina agachó la mirada al igual que su cabeza.

— Después de todo veo que te has enterando de su muerte —musitó Kakashi cuando reposó la palma de su mano sobre el muslo de la ojiverde, depositando una caricia.

— Si... Debí haberme mentalizado desde el momento que Kestuekimajo-baba me lo dijo —reconoció y se removió contra el pecho del Hatake quien la mantenía abrazada hacia él.

cursed; Kakashi Hatake [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora