Jugando Con Tu Cerebro • Tord Y Tú.

XXVI

Me despertó los rayos de sol que llegaban hasta mis ojos, me levanté de la cama y me cambié aún media dormida, tenía que estar bien atenta hoy, finalmente era aquel día esperado. Tenía que poner en marcha el plan y matar a aquella asquerosa bestia.

Baje las escaleras mirando los cuadros que posaban en el pasillo, había fotos de cuando éramos más jóvenes... Me sentía rara, era la única que no sabía nada. ¿Mi madre también sabía? A cada rato por mi mente pasaba aquella pregunta, ¿Era la única que no sabía nada? ¿Por qué ahora me entero? Sentía un nudo en mi pecho por todas las preguntas que quería hacerle a mis padres, pero ellos nunca podrán responder...

-Hey, ___. Tienes que desayunar-. Dijo Tom al bajar energéticamente las escaleras. -¿____?-. Se dió vuelta para verme. -¿Estás...?-.

-Jorrit ordenó que hagan waflles... No me gustan, tienen mucha harina-. Interrumpí. 

-¿Seguro que no eres de Júpiter?-. Preguntó con tono de burla. 

Ambos fuimos a la mesa poder desayunar aquellos waffles que había hecho las mucamas. Tome mi café y fuimos a la sala de estar, Jorrit nos había dicho que esperemos en ese lugar, teníamos que hablar con los tres que se nos había unido. Supuestamente íbamos a poder salir más rápido de eso sí éramos más.
Esperamos un rato que se nos hizo eterno hasta que finalmente ellos había llegado. Oímos como la puerta principal se había abierto Y las pisadas se acercaban. Mis ojos se abrieron de sorpresa, no podía creer lo que observaba.

-Les presento a nuestro equipo-. Había muchos... Ahora sí teníamos todo asegurado. -Sabia que necesitamos más ventaja, ellos nos ayudaran-. Agregó Jorrit arrogante. Pude notar que había alguien atrás de él, una mujer... La misma que ví aquella vez. Desvíe la mirada.

-Me impresionas, Zelan-. Mencioné con una sonrisa nerviosa. -Ahora no necesitaremos tantos planes-.

-¡Les contaré a todos en la cabaña del bosque lo que tendremos que hacer detalladamente!-. Gritó firmé mi hermano. -¡Agarren las armas que están en aquella habitación y suban a las camionetas!-. Ordenó al señalar una habitación llena de cosas. Él se acercó hacía mí.

-___... Ella es Denis-. Me presento a la chica mal vestida. -Mi novia-. 

-Un gustó, ___-. Me dió su mano para saludarla, yo la rechacé. 

-El gusto es mío-. Mire a Tom. -Tom, vamos a agarrar las armas-. El asintió y me levanté del sillón. Ambos caminamos hacia la habitación.

-¿Por qué esos celos?¿No ves que es un idiota?-. Habló el de sudadera azul.

-No uses pistolas... Dejaselas a los demás-.

-___, No me ignores-. Frunció el ceño.

-No quiero hablar de eso, Tom-. Salí de la habitación ya con las armas. Pude ver cómo ellos se besaban, solo trate de ignorarlos, sentía en mi pecho una roca pesada.
Ya cuando todos estaban listos, subí a la camioneta para emprender viaje. Nos dirigimos hacía la cabaña del bosque donde cerca aquellos soldados rojos estarían entrenando.

(...)

-Bien, tendremos que proteger a ___. Ella tendra como objetivo el ir hacía el lider. ¿Entendido?-. Habló Jorrit.

-Pero Zelan... ¿Seguro que podremos acabar con esos soldados?-. Preguntó uno de los hombres.

-Correctivo-. Respondió seguro. -Ganaremos esto... ¡Ellos no son mejores que nosotros!... ¡Mataron a nuestras familias y no se irán con la libertad en el colgada en el cuello!-. 

-¡___!-. Estaba por salir y oí la voz de Tom gritar mi nombre. Me di vuelta para verlo. -Ten cuidado...-. Se formó una sonrisa en sus labios.

-Nos vemos, Tom-. Le devolví la sonrisa y me fui de aquel lugar. Debía buscar con mis binoculares al líder. Me escondí entre los árboles y arbustos en busca de pistas sobre su paradero. Tuve la suerte de poder acercarme hacia la charla de un par de soldados.

-No me cae muy bien el jefecito-. Agregó el más alto.

-¿Y a mí?-. Soltaron una carcajada. -Es bueno que dentro de un rato se vaya esa escoria-.

-Ten cuidado con lo que dices, tiene perros por todos lados-. 

-Vamos, Westin-. Ambos se fueron del lugar. Tenía que hacer rápido la búsqueda, él pronto se iría del bosque y así no podría cumplir mi "misión".

Me escabulli por el suelo hasta una cabaña que despedía olor a tabaco por las ventanas, estaba segura de que allí estaba él. Mire con cuidado por alguna de las ventanas, pude observar como el de cara cortada estaba charlando con uno de sus reclutas, no podía entender bien su conversación. 
Antes de actuar, debía esperar que esté el lugar despejado o que él líder salga de la cabaña, pensé que sería una buena idea esperar a que se vaya, cuando se dirija a la camioneta estará solo y despistado.

Me senté en los pastos atenta al sonido de los pasos de los soldados, no quería que se acercara ninguno, eso sería un problema para mí. Paso un buen rato hasta que al fin, el grandulon pensó en levantarse. Me levanté con cuidado para mirar por la ventana, él se estaba poniendo su chaqueta y agarrando su escopeta. Una escopeta sería lenta de recargar, tenía ventajas gracias a eso. 
Solo tenía que dispararle en la pierna izquierda unos tres centímetros más arriba de la rodilla, según Jorrit, si le disparó en ese lugar la prótesis que él le hizo no serviría más. Sus dos brazos también eran prótesis, eso me daba más ventaja aún.

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