👑 𝐈𝐧𝐭𝐫𝐨𝐝𝐮𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧

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Hoy era un gran día en el reino. Tras la coronación, todo el mundo estaba esperando que los reyes dieran el tan ansiado discurso como inicio de año y nuevos gobernantes.

Así que en el castillo todos estaban un poco atareados. KeyKey, la ama de llaves, caminaba hacia la habitación de los reyes a paso apresurado. En donde al estar frente a la puerta dio dos toques en la misma esperando por alguna orden de alguno de sus gobernantes.

Pero al no escuchar ruido alguno, optó por entrar, esperando que estuvieran dormidos para así despertarlos para ese gran día. Sin embargo, en lugar de ser eso, se encontró a sí misma sonrojada al ver cómo ambos hombres compartían un apasionado beso bajo las sábanas color salón en la cama, cubriendo solamente hasta sus cinturas. Pues se habían sentado para aquella acción.

Fue sorprendente que aún cuando estaba en la puerta mirando sonrojada, ninguno de ambos se inmutó. Si no que sus labios seguían jugando a un compás lento e íntimo. La mano del Rey Jungkook sostenía la cabeza de Rey Hoseok con vehemencia, en lo que sus rostros se inclinaban para tener mayor accesibilidad de la boca del otro.

Y fue más que incómodo tener que aclararse la garganta para que aquellos tortolos se despegaran del otro, mirándola avergonzados.

Hoseok, cuando noto la presencia de la mujer, su rostro se mostró de un rojo intenso hasta sus orejas, y sus ojos estaban abiertos en sorpresa. Mientras que Jungkook sólo se limitaba a estar con las mejillas encendidas por la vergüenza. Aunque mantenía una expresión levemente sería.

— Sus excelencias, temo interrunpirlos para decirles que es hora del desayuno. — Intento decir con una voz tranquila, pero no pudo evitar que se levantarán un poco las comisuras de sus labios al verlos sonrojados, intentando ocultarse en el otro.

— Gracias por avisarnos, Key. Ya estábamos levantandonos. — Habló Jungkook con una sonrisa calmada, sobando el brazo de su marido inconscientemente.

Luego de eso la chica no tardó en retirarse de la gran habitación, volviendo a dejarlos solos, y casi corriendo a la cocina para contar la anécdota.

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Tiempo después de un delicioso desayuno que compartieron los gobernantes junto a su círculo familiar y social. Ambos se levantaron, despidiéndose amablemente de los demás en la mesa para caminar por el pasillo, donde se encontraron de frente con su Consejera Real, la cual venía distraída de no ser por qué sus ojos encontraron las manos unidas de la pareja.

— Mary, ¿Sabes donde esta Jeni? — Preguntó Hoseok intentando no sentirse nervioso por la sonrisa traviesa que le dedicaba la mujer. Todos parecían morir cada vez que se tocaban, según Hoseok. Y no estaba muy equivocado.

— ¿Jeni? Debería estar en el salón de reuniones. ¿La buscan? — Preguntó la consejera con curiosidad.

— Dile que le avise a todos que los  queremos en las salas de reuniones al medio día, por favor que estén todos presentes. Queremos aclarar unas cosas antes del anuncio público. — Habló Jungkook, haciendo que la chica asintiera y se inclinara en respeto en lo que ellos dos seguían su camino.

Y de la misma forma, Mary camino por el amplio pasillo del castillo hasta llegar a una gran puerta de madera de roble, en la cual luego de tocar y recibir un permiso entró en el lugar.

Dentro de encontraban tres personas, la cuales conversaban hasta que la consejera abrió la puerta.
— ¿Mary?

Fue Juan, el maestro de moneda, quién dijo curioso al ver a la chica. — ¿Que haces por acá?

¡𝐁𝐢𝐞𝐧𝐯𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐚𝐥 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐡𝐨𝐩𝐞 𝐊𝐢𝐧𝐠𝐝𝐨𝐦! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora