Si ayer me sentía mal, hoy estoy peor.
No tenía apetito de nada, me sentía hasta con asco.
Esta vez me pase de idiota, no me interpuse entre el beso de ayer, y de recordarlo se me revolvía el estómago.
Después de que me beso se fue de ahí junto a su amiga, y yo me quede ahí paralizado.
Me sentía mal, porque yo amaba a Melissa y no me gusta nada haber besado a Dani, o bueno que ella me haya besado a mi.
Que estúpido fui al no interponerme.
— Jos, ¿Me escuchaste? — Preguntó Alonso.
Por un momento olvide por completo que estaba juntó a mi.
— No, lo siento estaba distraído, ¿Qué me decías? —
Negó.
— No, nada olvídalo. —
Me sentí mal, no era la primera vez que me pasaba, pero es que últimamente estaba demasiado distraído.
— Perdón. — Me disculpé de nuevo.
— Descuida, no era algo importante. — Sonrió. — ¿En qué tanto pensabas, eh? —
Suspiré por un largo tiempo añadiendo un poco de drama a la situación.
El asintió captando.
— Oh, ya se, ¿La chica? —
Asentí haciendo una mueca.
Alan quien estaba frente a nosotros me miro y luego a Alonso, ambos se miraron de la misma manera.
Y de ahí hubo silencio, hasta que Bryan apareció.
— ¿Quieren hacer algo hoy? — Preguntó al acercarse a nosotros.
— Claro. — Alonso le respondió mientras que Alan se encogió de hombros.
— ¿Vienes Jos? —
— Gracias, pero esta vez paso. —
De nuevo se dieron esa mirada, y esta vez Bryan se les unió.
Usualmente cuando ellos salen y me invitan acepto ir con ellos, pero como dije ayer y repito, no tengo ánimos de salir o hacer algo.
Creo que con cada día que pasa empeoro más, pues cada vez siento que mi apetito disminuye junto con mi ánimo.
Y con cada día que pasa la extraño más.
— Oigan no saben. — Entró Freddy apresurado captando nuestra atención. — Acabo de probar las mejores alitas de pollo del mundo. —
— Pensé que era algo de mayor importancia. — Bufó Alan.
— ¡Pero es importante! Si las probaran se darían cuenta de que tengo la razón, por eso les deje unas, ¿Quieren? — Saco de una bolsa un plato desechable con unas cuantas alitas en él.
Los tres se acercaron y tomaron una, y cuanto le dieron un mordisco sus ojos se ancharon.
— ¡Pero que delicioso! —
— Les dije que estaban buenas. — Freddy dijo con orgullo.— ¿Tu no quieres Jos? —
Negué, por más que las veía no tenía apetito.
— No, gracias. —
— ¿Seguro? —
Asentí.
— Bueno, más para mi. — Se encogió de hombros y tomó la última alita que quedaba.
— ¿Seguro no quieres Jos? — Preguntó Alon.
— Si, seguro. —
— Pero no has comido en todo el día. — Esta vez fue Alan.
— No tengo apetito. —
Y de nuevo, se miraron como si estuvieran, ¿Preocupados?
No tengo idea de cómo explicarlo, pero los cuatro se miraban de la misma manera y al mismo tiempo, que hasta daba miedo.Otra vez hubo un silencio hasta que escuché murmullos entre ellos.
— Tenemos que hablar con Jesús. — Murmuro Alan.
¿Hablar de qué? ¿De mi? No quiero más problemas con Jesús ni con ninguno de mis managers, suficiente tengo ya al estar lejos de Melissa.
— Vamos a salir por más alitas, ¿Seguro no quieres venir? — Dijo Bryan.
— No, estoy bien, diviértanse. —
Asintieron saliendo de ahí, dejándome solo.
Ya no teníamos más pendientes por hoy, así que teníamos la tarde libre. Me levanté de aquel sofá y salí de esa habitación.
En el camino observe la puerta de la oficina de Jesús entreabierta y de ahí escuche voces, eran mis amigos.
Me acerque un poco para poder escuchar de lo que hablaban, tenía mucha curiosidad sobre que dirían de mi.
— Esto se salió de control, cada día está peor. — Alan dijo.
— ¿Peor en qué sentido? —
— Esta demasiado distraído, no quiere salir y lo peor no quiere comer nada.— Esta vez Alonso habló.
— Tenemos que hacer algo, se va a enfermar si sigue así. —
— No se enfermará, esto se le pasara en unos días, ya verán. —
— No, esto empeorará, ¿No lo has visto?, Ya no es el mismo, fue mala idea separarlos. —
— Fue una gran idea. — Jesús corrigió. — De lo contrario estaría más distraído y dejaría a la banda de lado. —
— No lo creo. — Opinó Bryan. — Cuando estaba con ella se veía muy feliz, incluso estaba de muy buen humor, ¿Verdad? —
Los otros tres asintieron.
— Nos equivocamos al pensar que esa chica arruinaría la banda, y fue mala idea amenazarla para que se fuera tan lejos, eso lo afecto más. —
— ¿Amenazarla? — Pregunté entrando a la habitación.
Los cinco dirigieron su mirada hacia mi pero no dijeron nada.
— ¿La amenazaron? — Pregunte presionado para que contestaran.
— Sólo queríamos lo mejor para ti. —
— ¿Lo mejor para mi? ¡No saben como me siento! —
Los cuatro bajaron la mirada, mi ceño se fruncía cada vez más mostrando enojo.
— Lo sentimos, fue una mala idea. —
— No puedo creerlo, pensé que me apoyaban. —
— Al principio lo hacíamos, pero luego tu quisiste salirte de la banda y pensamos que ella era mala para ti, por eso quisimos alejarla. —
— Quise salirme porque me impedían estar juntó a ella, esa decisión la tome yo, ella no tuvo nada que ver. —
Sabía que había algo más además de la beca, Melissa no se podía ir así porque si, y ahora entiendo todo.
— No cabe duda, nunca fueron y jamás serán mis amigos. —
Salí de ahí caminado aprisa hacia mi auto.
Todo este tiempo me vieron desbastado por estar lejos de ella, y aún así quisieron alejarnos aún más y lo peor amenazándola.
Me bajé del auto y caminé a grandes pasos hasta la fila. Cuando esta avanzó me acerqué a la ventanilla de enfrente.
— Necesito un boleto para el vuelo más cercano hacia Los Ángeles. —
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Un Deseo 2 » J.C.
Fanfiction― Pide un deseo. Cerré los ojos y suspire. Sabía lo que pediría, y tal vez esto era estúpido pero es lo que deseo. Deseo encontrarla, encontrar a Melissa. Continuación de "Un Deseo". • Novela adaptada. • Todos los créditos a ©ourfivebadboys, se pro...