Cita accidental parte 1

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Había pasado una semana desde que salí del hospital, eso significa que después de esa noche de ver la luna con Juliana no supe mas de ella. Antes de irme a casa pregunte por ella pero sus datos eran privados, intente preguntarle a Renata pero ella es tan pegada a la norma que se rehusó a decirme algo.
Lucho paso por mi, al llegar a la casa de mis padres me pidió perdón, prometiéndome que cambiaria y que seria un mejor novio. ¡Si claro!... esto es lo mismo de siempre, no se cuanto dure su cambio, pero eso ya no importaba en realidad mi mente estaba ocupada en Juliana Valdés.
- Vale ¿estas despierta?- Escuche la voz de mi hermana detrás de la puerta.
- Si, Eva pasa –
- ¿Cómo te sientes? ¿dormiste bien? ¿tienes hambre? –
- Eva no soy una bebe, deja de tratarme como tal por favor, solo dame tiempo-
Ella me dio una mirada condescendiente – Esta bien, solo venía a decirte que si necesitas cualquier cosa estaré en mi habitación –
- ¿Por qué regresaste a vivir aquí? ¿No tendrás problemas con Mateo? –
- No te preocupes por eso, él vivirá aquí, de alguna forma el terminara siendo parte de esta familia y por ende dueño de todo- la escuchaba decir con tristeza.
- Si alguien te escuchara pensaría que no amas a tu prometido –
Ella solo miro como si hubiera dado en el clavo, por un momento pensé que hablaría de algo profundo pero su semblante cambio al de siempre.
- Todos los amores no son como los cuentos de hadas que te leía mamá Vale –
- Lo se, yo no soy un claro ejemplo de ello – sonreí con melancolía.
- Lo siento Val, yo no quise…-
- ¡Vale! Buenos días ¿Cómo amaneció la princesa? –
Vi a Lucia entrar de forma muy animada, sonriente con una caja en las manos.
- Esto debe ser un milagro ¿madrugaste o tuviste pesadillas? – dijo Eva con ironía.
- Pues soñe contigo ahí tienes tu respuesta querida – le respondió sonriendo.
- ¿ustedes de verdad alguna vez fueron mejores amigas?-
Lucia me dio una mirada triste y Eva por su parte aún mantenía una mirada fría.
- Iré a decirle a Chivis que ponga la mesa para el desayuno- dijo Eva antes de irse.
- ¡Oh cierto! – Lucia le entrego la caja – media lunas tus preferidos –
Eva solo la miro y salió de la habitación, tenía curiosidad por preguntar que había pasado con ellas, ya que desde la supuesta muerte de mis padres, cambiaron rotundamente pero no tenía tiempo, quería ver a Juliana otra vez.
- Lucia necesito que me hagas un favor –
Tomamos desayuno al menos en paz, Lucia comento que tanto Jacobo como Mateo estaban en el club cerrando un negocio con ayuda de Guille para comprar equipos para el hospital.
Me aliste lo más rápido que pude, no estoy al tanto del horario de la universidad de Juliana pero recordé que Renata daba clases por las mañanas, ya que en las tardes esta en el hospital, así que debía darme prisa.
Lucia convenció a Eva de que solo iríamos a tomar algunas fotografías, así que dudando accedió a que nos fuéramos.
- ¿Vale, para que iremos hacia allá?  Digo ósea te llevas bien con Renata pero no son pinkys friends – dijo mientras conducía.
- No voy por ella…voy porque…- dudaba si decirle sobre Juliana.
Ella me miro por el rabillo del ojo y sonrió – Es por Juliana ¿verdad? –
Al escuchar su nombre me sonroje automáticamente.
- Tranquila no diré nada, si deseas tener una amiga esta bien, tal ves se lleguen a entender pero no juegues con ella-
- No, eso nunca haría, cometí errores en el pasado, ella es diferente –
- ¿Diferente en que sentido?-
- Cuando la vi por primera vez sentí esa sensación como si la conociera toda la vida, como si la hubiese estado esperándola por mucho tiempo-
- Si te entiendo pero en tu vida esta Lucho y a veces el destino y el amor no van de la mano-
- Pues esta ves seré egoísta, ahora que ella llego a mi vida no pienso dejarla ir-
Lucia detuvo el auto, bajamos de el y entramos con la excusa de ver a Renata, el campus estaba lleno de estudiantes corriendo de un lado a otro, encontrar a Juliana será un tanto complicado pensé.
- Ahí esta Renata – dijo Lucia mientras nos acercábamos hacia ella.
- ¡Hey Renata! –
- Lucia , Valentina ¿Qué hacen aquí? – ella me miro - ¿No deberías estar en casa reposando?-
- Veras Renata vinimos a buscar a alguien- dijo Lucia - ¿Sabes donde podemos encontrar a Juliana? –
- Ella no ha venido y ya le había dicho a Valentina que no se acercara a ella- dijo Renata un tanto enojada – Si me disculpan debo ir a dar una clase, Lucia lleva a Val a casa y que tome su medicación-
La vi irse y me sentí decepcionada tal vez la vida no quiere juntarme de nuevo con ella. Sin mas que hacer ahí decidimos irnos a casa, al girar por el pasillo la vi, pensé que era una ilusión creada por mi mente para no sentirme mas desgraciada de lo que ya era.
- Oh ahí esta la chica del aro- dijo Lucia sonriendo. – Juliana…- la escuche decir mientras me jalaba del brazo.
- Espera…-
Juliana nos vio, miro hacia todos lados y se quedo ahí esperándonos.
- Hola buenos días, ¿no sabia que los ricos vendrían a una universidad publica?- se escuchaba un tanto incómoda.
- Por favor, ni que fuéramos la realiza británica- Lucia nos observo- Bueno Vale te espero en el auto.
Quería detener a Lucia porque estaba muy nerviosa y no sabría que decirle ahora que la tengo al frente, Juliana emanaba esa aura de que ve al punto y no me hagas perder el tiempo.
- Entonces… ¿no dirás nada? – me preguntó un tanto curiosa.
- Yo…-
En mi afán de buscarla como sea había olvidado completamente una línea importante del plan, que seria que le diría cuando la tuviera al frente y es que en mi vida pensé ponerme tan nerviosa con alguien.
- ¡tsk! No me hagas perder el tiempo niña rica – dijo antes de pasar por mi lado.
- ¡Espera! –
Le dije mientras sujetaba su muñeca, ella me miró como si hubiera cometido un crimen pero su mirada se suavizo, suspiro y volteo a verme.
- Mira Valentina no se cual sea tu idea de venir hasta acá pero por favor vuelve a tu vida, no deberías involucrarte conmigo sea como sea-
La escuche decir con amargura.
- No… por favor… yo… se que estoy mal, que tal vez no sea una compañía adecuada pero puedo cambiar, solo quiero conocerte –
- ¿Por qué? –
- Porque creo que ambas nos necesitamos, no se como explicarlo pero a veces no hay palabras suficientes para describir ciertas emociones-
- No…- ella me miro seria – el porque no era por eso era ¿por qué tienes un pobre concepto sobre ti?-
No supe que responder ante eso, y es que ella tenía razón la palabra amor propio no era la preferida de mi vocabulario, deseaba serle sincera pero también me cuesta un tanto ser abierta con las personas.
- ¡Jul! ¡Hey Jul! – vi a un chico que se le acercaba algo agitado.
- Sergio ¿Qué quieres?-
El chico sonrió y saco unos boletos alegremente.
- Lo he conseguido, las entradas del museo que tanto querías ir, tuve que trabajar algunas horas extras pero valió la pena, es hoy ¿vamos? Me prometiste una cita –
Nunca he sido una persona violenta y menos agresiva pero en ese momento quería golpear su rostro y borrar esa sonrisa estúpida, pero en ese momento su mirada se dirigió hacia a mi.
— ¡oh! Disculpa, ¿nos conocemos?, creo que no – se acerco y me tendió la mano en señal para estrecharla.
— No, no suelo olvidar rostros fácilmente así que dudo mucho haberte visto alguna vez-
— Tienes razón señorita Carvajal, me sorprende que alguien tan pudiente venga a esta universidad pública, mezclándose con el pueblo-
— No se que tipo de idea tengas de mi persona pero creo que puedo estar en donde se me plazca-
— Supongo que alguien como tu que sale en portadas cuyo encabezado te describe como un ser angelado es un tanto amarillista, ahora entiendo porque tu novio se queja en las fiestas-
Este tipo… ¿Cómo conoce a Lucho?... si que me sacaba de quicio, iba a responder pero.
— Lo siento Sergio, veras aquí Valentina tuvo un percance familiar y debo acompañarla-
— Pero Juliana, lo prometiste y ya no puedo cambiarlos –
Este nomo de jardín estaba haciendo su papel de victima, ese chantaje sentimental barato ya me lo sabia, mire de reojo a Juliana, y fue cuando su mirada cambio, fue algo brusco de calidez a la frialdad absoluta.
— Yo no te pedí nada, si te comente lo del museo fue porque era algo trivial para la platica, ¿enserio crees que tenga la obligación de ir contigo solo porque trabajaste el doble?-
— Juliana no deberías hablarme así, soy el único que te apoya y que te conoce realmente, si yo no estoy, estarías completamente sola- decía Sergio con seguridad y cinismo.
— Estas equivocado- dije mientras tomaba su mano-  Ella no esta sola me tiene a mi ahora-
Ambos me miraron un tanto asombrados, no quería que Sergio supiera que estaba algo intimidada, el me observo por unos segundos y luego poso su mirada sobre nuestras mano, entonces sonrió con ironía.
— ¡Ah! Ahora entiendo, lo que se murmuraba por los pasillos de aquí y en la iglesia eran cierto-
— ¿De que hablas? – le pregunté con un tono de mas curiosidad que de otra cosa.
— Vámonos – dijo Juliana casi arrastrándome de ahí.
Llegamos hasta el estacionamiento, alejo su mano de la mía, miró al cielo y solo suspiro hondamente.
— Sera mejor que te vayas, empezara a llover y en el paraguas solo quepo yo, así que si viniste a comprobar si existía, pues ya me viste así que hagamos como si nunca nos hubiéramos conocido, será mejor para ambas-
— ¿ Por qué? –
— ¿por qué? ¿qué?-
— ¿Por qué me alejas de esa forma?, ¿solo porque pertenezco a la clase alta? Se que tal ves nos conocimos de una forma inusual, ambas nos debemos la vida, aquella noche estaba dispuesta a ponerle fin a todo pero tu apareciste y mi vida no tuvo un punto final sino puntos suspensivos-
Ella me miro un tanto compasiva, como si mis palabras de alguna forma tocaran su corazón.
— Valentina no te alejo de mí, te protejo de mí que es diferente, si pensaste por un minuto que esto se trataba de clases sociales, estas equivocada, yo también tengo una familia pudiente, no seremos multimillonarios como tu familia y tampoco salga en portadas de revistas pero si vivo con lujos materiales claro esta-
Me quede sorprendida, ¿Por qué no sabia nada de ella? He fotografiado a todas las familias pudientes de este país y les puedo asegurar que nunca vi a Juliana en mi vida.
— Valentina ¿con que aquí estabas? –
Voltee a ver a Eva furiosa que caminaba hacia nosotras.
— ¿ Qué haces aquí Eva?
— Renata me llamo, se ve que no puedo confiar en Lucia ni en ti, par de mentirosas, tu debes estar en reposo, así que vamos a la casa, ahora –
— Eva estoy bien además no tengo cinco años y estoy con una amiga –
Eva me miro un tanto sorprendida para luego dirigirse a Juliana.
— ¿Quién eres? No sabia que Valentina tenia un espíritu solidario para tener una amistad pobre-
Juliana la miro firmemente, pensé que estas dos empezarían una tertuliada afilada, pero en ese momento llego nuestro ángel salvador.
— Con que aquí estaban chicas, ¡oh! Eva no sabia que eras una stalker profesional y nos seguiste, eso habla muy mal de ti-
— Cállate Lucia, no sabia que el parque hermoso que iba a fotografiar era mas bien esta covacha llamada universidad-
Lucia la miro con decepción,  supongo que ella odia lo que todos odiamos de Eva, ese afán de menospreciar a todos que ella considere que no esta a su altura.
— Supongo que ese humor tuyo se debe a que estas hambrienta, así que solo iba a decirle a las chicas que la reservación ya estaba hecha, así que estas de suerte Eva la mesa es de cuatro, así que haremos un acto de caridad contigo- sonrió de forma triunfante - ¿Qué dices nos acompañas o te quedaras echando humo como una vieja amargada? –
Eva tomo su móvil, escribió algo y nos miro.
— Supongo que no tengo alternativa si no cuidas a Valentina- dijo mientras caminaba con Lucia.
— ¿Vamos?-
Le dije poniendo mi mejor sonrisa, ella me miro algo dubitativa, asintió levemente y tomo mi mano para caminar.
Mientras caminaba solo deseaba que esta forma rara de cita se la primera de muchas mas.

Amarga Melodía (JULIANTINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora