prologue; what the heck did i do so wrong?

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Los flashes de las cámaras cegaban la pobre vista del muchacho quien se encontraba vigilado por bastantes personas, estos no le dirigían la mirada y por un lado lo agradecía, ya tenía suficiente con media población frente a él observándolo de manera indescifrable; ¿qué mierda hizo tan mal?

Después de que lo torturaran ahogándolo continuamente en un barril lleno de "agua bendita", la cual era simplemente agua sucia de río, ahora se encontraba ahí sentado con una gran y pesada máscara de metal parecido a un bozal cubriendo la mitad de su cara, su mandíbula comenzaba a cansarse de llevar el peso de esa cosa en su rostro, sus manos estaban inmovilizadas por un tipo de esposas "especiales para los de su especie" y una chaqueta anaranjada anunciaba una clase de uniforme de preso. Bajó la mirada descansando un poco la parte trasera de su cuello y su mandíbula, ya llevaba un tiempo considerable con esa cosa en su rostro por lo que el dolor comenzaba a ser insoportable, pero apenas agachó su rostro una mano lo tomó de su cabello obligándolo a subir y mostrar sus ojos a la multitud. Los flashes aumentaron impidiendo mantener sus
ojos abiertos, mientras varios insultos le eran gritados. Era una pesadilla.

–Pueden detenerse.- una voz demasiado gruesa se hizo presente en el recinto, bajando la intensidad del bullicio. Jackson miró al propietario de esa voz, la conocía bastante bien, por lo que su ceño se frunció al instante.

No soportaba verlo, una enorme gabardina negra descansaba sobre sus hombros, con cada paso que daba un tintineo metálico constante se hacía presente, el sonido de sus pisadas era decidido y si ignorabas cualquier otro ruido exterior podrías incluso hasta escuchar el sonido de su respiración. Jackson hizo un último intento de forcejeo, pero su cuero cabelludo era jalado cada vez con más fuerza, por lo que se resignó a mirar un punto muerto en el piso, ignorando la cercanía del hombre hacia él.

El muchacho se colocó frente a Jackson, dejando que un par de cabellos rebeldes cayeran por su frente, una sonrisa ladeada se dibujó en su rostro al verlo así, el rubio le sostuvo la mirada aún con el ceño fruncido, sus dientes estaban fuertemente apretados intentando controlar su rabia, por que sí, Jackson lo odiaba, pero el mismo sabía que nunca se atrevería a hacerle daño a ese hombre.

–Te dije que ganaría, al final siempre gana la justicia.- Jackson soltó una risita al escuchar sus palabras. –Admito que es algo nuevo verte así, pero al menos ya no hablarás tanto, es un alivio.- habló con una sonrisa.

–Vete al infierno.- murmuró siendo lastimado por la máscara que cubría su boca, volvió a agachar su cabeza por un momento, resistiendo el dolor que le causaba, pero nuevamente sus cabellos rubios fueron jalados. El muchacho frente a él soltó una carcajada.

–Noticia de última hora Jacky, tú arderás ahí antes que yo.- le sonrió cínico antes de levantarse y dirigir su mirada hacia la población. –Lamento hacer esperar tanto a los presentes, ¿les parece si comenzamos con la sesión?- ellos asintieron mientras sacaban varias libretas para tomar notas de lo que el hombre diría. –Bien, empezaré presentándome, me llamo Lim Jaebeom y soy cazador de brujas.- sonrió orgulloso, mientras varias miradas sorprendidas se dirigían hacia él. Jackson rodó los ojos terminando de tallar un pentagrama debajo de la mesa de madera con sus uñas. Los pentagramas eran grandes símbolos para la concentración de energías y apertura de puertas, por lo que no dudó en almacenar parte de la suya ahí, sabía lo que se venía y necesitaba escapar lo más rápido posible. –Como pueden ver, él es un hechicero, Wang Jia Er, mejor conocido como Jackson, es acusado de prácticas relacionadas con la brujería y pactos con el mismísimo diablo.- los murmullos no se hicieron esperar entre la multitud, incluso algunos gritos llenos de insultos se hicieron escuchar. –Lo sé, mi decepción y repulsión es tan grande como la de ustedes, pero ya saben cómo funciona esto.- en ese momento, sintió como el bozal le era retirado, sus manos fueron liberadas de las esposas, donde afortunadamente ignoraron el hecho de sus uñas sangrando, y un pequeño micrófono era puesto frente a él. Alzó una de sus cejas inquisitivo, pero cuando estuvo a punto de preguntar lo que sucedía, el dolor de su mandíbula se hizo presente, por lo que llevó una de sus manos hasta ella. Pudo ver cómo sonreía Jaebeom por el rabillo del ojo, pero no dijo nada, básicamente no podía hacerlo.

–Muy bien, esto es lo que pasará, el acusado tendrá derecho a defender su posición por dos minutos exactos, sin ningún uso de magia...- mientras Jaebeom seguía explicando, Jackson sintió un pinchazo en su cuello, lo que le era inyectado tenía un color brillante, por lo que abrió ambos ojos al instante.

"Mierda".- maldijo en sus pensamientos.

–En este momento, una pequeña cantidad de un potente estupefaciente está siendo administrada por vía intramuscular, impidiendo que haga uso de cualquier tipo de magia relacionada a su escape.- el rubio comenzaba a marearse, sintiéndose mucho más débil y los flashes de las cámaras simplemente empeoraban su estado. –Adelante, defiéndase.- habló con propiedad, aunque ambos sabían que por dentro Jaebeom se estaba regodeando.

"Idiota"- pensó antes de acercarse al micrófono frente a él; liberó una pequeña tos seca para aclarar su garganta, esperaba que se aligerara un poco la tensión, comenzaba a sentirse nervioso, era un desastre.

–J-jódanse.- fue la primera palabra que logró articular, y solo eso bastó para que el bullicio se hiciera presente de nuevo. –No hice nada malo, no soy un hechicero malvado, no le haría daño a nadie sin una razón.- los insultos no se hicieron esperar, pero esta vez Jackson los ignoró, volteó hacia Jaebeom mirándolo con lágrimas en los ojos. –Tú más que nadie lo sabes.- le sonrió antes de volver a toser, esta vez con un poco de sangre.

Algo en la atmósfera había cambiado, comenzaba a hacer calor lo que era algo raro, pues estaban a mitad de invierno, Jaebeom sabía que algo andaba mal. Miró a Jackson con más atención, notando como embarraba sus dedos entre la sangre que había tosido y la llevaba debajo de la mesa.

–Sin embargo, me temo que en esta ocasión han cometido un error.- la temperatura seguía subiendo, incluso afectando a Jackson, quien comenzaba a sudar. –Hagan lo que quieran maldíganme, señálenme, me importa una mierda... pero yo no voy a arder en la maldita hoguera.- cuando Jaebeom se dio cuenta de lo que hacía Jackson ya era demasiado tarde, el lugar comenzó a arder en llamas, la gente gritaba horrorizada, vio al menor levantarse de su asiento deshaciéndose de la chaqueta anaranjada sobre sus hombros y dejando ver su cuerpo lleno de símbolos impregnados en su piel.

–Elegiste mal, esa mierda puede que afecte a los hechiceros, pero yo soy un warlock. Está bastante distraído últimamente, cazador Lim.- murmuró Jackson antes de voltear la mesa revelando el pentagrama que había tallado con anterioridad, abriendo un portal para desaparecer rápidamente, y con él, las llamas que había ocasionado.

Jaebeom miró la escena frente a él, había gente llorando, otros tenían graves quemaduras en su piel y niños gritando por sus madres. Parpadeó múltiples veces y soltó un grito desesperado.

Despertó abruptamente en su cama, su cuerpo estaba perlado en sudor y su respiración estaba bastante agitada, miró a todos lados asegurándose de que había vuelto a la realidad, hasta que el fuerte viento abrió su ventana de repente, logrando escuchar en él esa risa aguda, característica de ese maldito brujo.

–Jackson...- murmuró su nombre, al mismo tiempo, su ventana fue azotada, siendo cerrada por el mismo viento.

Próximamente.

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⏰ Última actualización: Nov 04, 2020 ⏰

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