Capítulo 10→¿Creen que le guste?

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Ya salí de el hospital, en este preciso momento me dirijo hacia la escuela para recojer mi Jeep. Yo planeaba caminar, pero Lydia se ofreció a traerme.

-Wow, es más grande de lo que creí- Lydia se estacionó afuera de la escuela. Para después bajarse de él coche.

-El ser pública, no lo hace mala- Dije para posteriormente bajarme.

-Sí, sí, a eso no me refería, yo me refería ah... perdón-

-Es broma- Me reí, era fácil de poner nerviosa. -¿Nos vemos en la casa de Scott?-

-No tengo ni idea de dónde es-

-Puedo pasar por tí, si quieres, claro-

-Claro que sí, ¿a las 8:00pm está bien?-

-Pefecto- Recogí mi mochila de el asiento trasero. - Adiós, Lyds-

•••

Al llegar a casa papá no estaba, algo dentro de mí me decía que estaría esperándome, para preguntarme que había pasado, o que tratará de ser un poco más cuidadoso, para decirme que se había preocupado por mí. Debería dejar de pensar cosas imposibles.

Llegué a la cocina y prepare algo más decente de lo que había en el hospital, comí, y guarde un plato para mi padre, que de seguro, no comería, y yo terminaría tirando.

Decidí darme una ducha para quitarme el olor a "hospital". Mientras el agua bajaba por mi cuerpo, yo podía sentir como poco a poco se destensaban mis hombros.

Escogí un atuendo común en mí; una camisa de cuadros, un pantalón de mezclilla y mis clásicos convers negros.

A las 7:30 estaba listo y sin nada que hacer. Me dispuse a sentarme, no tenía nada que hacer y estaba muy impaciente, al pasar 10 minutos salí hacia mi coche, no podía esperar más.

Justo cuando puse el primer pie en el jardín llegó mi padre. Decidí ignorarlo, un poco de su propia medicina le vendría bien.

–¿Adónde vas?– Pasé junto a él y subí al Jeep. –Te estoy hablando, Stiles–

–¿Te importa si quiera a dónde voy?– Se quedó callado, no sé si por vergüenza o por qué en verdad no le importaba. –Eso creí, me voy, no me esperes despierto– Arranqué lo más rápido que pude hacia la casa de Lydia. Al llegar toqué la puerta y espere a que saliera.

–Buenas noches, ¿Está Lydia?–

–Hola, ¿Tú eres Stiles? ¿Cierto?– Era una señora, alta, cabello corto, y de un color entre rojizo y castaño.

–Sí, mucho gusto–

–Lydia dijo que eras guapo, pero nunca imaginé que tanto– Su comentario me tomó por sorpresa, HABÍA HABLADO CON SU MAMÁ DE MÍ, pero, debo mantenerme sereno, eso, no dice nada.

–¡MAMÁÁ!– Gritó Lydia desde lo que supongo es la escalera. –Ignora todo lo que te halla dicho mi madre, por favor– Su mamá hizo un gesto molesto. –¿Nos vamos?–

–Sí, adiós Señora Martín–

–Natalie, cariño– Pensé en responderle un agradecimiento, pero Lydia me jaló hacía el Jeep.

Lydia se subió demasiado rápido no me dió oportunidad de abrirle la puerta.

–¿Todo bien?– Pregunté después de un rato.

¿Amor? -Stydia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora