I -Arrival-

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Season / Estación del año:

Julieta llega en Julio a la ciudad.

-Sonaba el anuncio de bajar despacio y con cuidado del avión en un acento español.-

¨Pasajeros, favor de  salir del avión lentamente y asegurarse de llevar todas sus pertenencias, por favor pasar al área de maletas y .... ¨

Esperé un poco en mi asiento para dejar que el cúmulo de gente se desvaneciera, mientras guardaba mis audífonos y mi iPad que usé en el viaje para entretenerme. Me sentía un poco mareada por la champaña que ofreció la aeromoza pero nada que mis lentes de sol no pudieran cubrir. Ví a través de la ventana del avión y WOOOW, por fin el cambio se siente como algo real; ver los edificios madrileños y el cielo tan diferente.

Cuando se despejó el pasillo del avión, me paré y tomé mis cosas de mano y volteé una última vez por la ventana del avión antes de bajar, y prepararme para mi nueva vida y rutina.

Dioooos, ayúdame, creo que el licor ya está MUUY en mi sistema.

Fui por mis maletas a la zona de recolección, con la ayuda de mi guardaespaldas, Santiago. Identifiqué una gran cantidad de gente, -más que nada de adolescentes-, en una de las salidas del aeropuerto. Una celebridad, pensé.

Debía pasar por ahí para salir y tomar el auto que nos esperaba, rápido me puse mis lentes de sol, y era como si lo hubiera prevenido, miles de flashes en mi cara, pensé en lo familiar que es que tomen mi foto los paparazzis aunque aquí no me identificaban.

Subimos al carro y nos fuimos, pobre del/la que esté por salir, fue un total caos.

Llegamos a mi nuevo hogar por los próximos 2-6 años. Un departamento con vista a la Gran Vía, eran apróx. las 5pm y el atardecer se miraba perfectamente de este lugar.

Mis padres eran figuras públicas en México; mi papá un famoso enólogo, con viñedos y hoteles exclusivos en muchas partes del país como Punta Mira, Querétaro, Valle de Guadalupe, etc., y mi mamá, la embajadora canadiense.
Mi guardaespaldas, Santiago, solo venía en mi trayecto desde mi casa en Guadalajara, MX., me ayudaría a instalar algunas cosas grandes (muebles, lámparas, electrónicos) que hicieron falta antes de que llegara a España. Su nombre es Santiago Bertulli, italiano, mi papá decía que eran los originarios de este país suelen ser los más discretos para su trabajo. Santiago tenía años trabajando con la familia y siempre fue muy eficiente, me sentía demasiado segura con él desde pequeña.

Santiago había instalado el soporte de la tv de la sala, cámaras dentro del dpto. para mí, atornillado unos muebles a la pared en caso de temblor, revisado los detectores de humo y todo lo previamente instalado en los departamentos como las cámaras de afuera y las alarmas. ¿Qué más podría faltar?

Santiago: ¨Listo bella, recuerda que solo me quedaré una semana, así que aprovechadme mientras este¨, dice en su tono serio con su acento italiano.

Julieta: ¨Lo sé, Santi, tratare de no destrozar el dpto. antes de que me abandones en la bella ciudad madrileña¨, ambos reímos.

Santiago: ¨Bella, lo digo en serio, tu padre me lo ha recalcado mucho, y yo concuerdo con él, ten mucho cuidado en esta ciudad, es bellísima, pero aún no sabemos si no corres ningún riesgo aquí, solo recuerda, siempre la guardia arriba y no olvides los movimientos¨ dijo preocupado. Santiago me enseñó defensa personal desde los 10 años.

Aproximadamente a las 8:30 pm ordené cena al restaurante de comida Thai de unos edificios al lado, la subieron, comimos y dormimos. Era miércoles, en unos 15 días comenzaba el desvelo, oh bendita universidad.

role models // aron piperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora