Dicen que la calma a veces es señal de que se avecina una terrible tormenta. Y eso Alba lo sabía mejor que nadie. Ya estaba acostumbrada a que todo le fuera mal en su vida, siempre que le ocurría algo bueno más atrás venía lo malo para equilibrarlo. Pero la vida es así ¿No?
Por estos motivos aquella noche Alba no durmió ni un poco. El constante temor de que algo pudiera salir mal en estos momentos la aterraba. Le aterraba su típica mala suerte. Y aquella noche la alarmaba más.
Era una noche tranquila, demasiado tranquila para su gusto. Solo se escuchaba el sonido de los grillos afuera de la casa, nada más. Pero lo que más le preocupaba era no tener señales de Natalia.
Ni una llamada, ni un mensaje...nada. No sabía nada de la morena desde que se había ido de su casa la tarde anterior, cosa que le parecía raro debido a que desde que la conocía Natalia no había desperdiciado un minuto de su día con ella. Entonces vino a su mente la imagen de ella antes de salir de la casa. Estaba nerviosa, pálida...como si hubiera visto un fantasma ¿Por que? ¿Por que se había comportado de pronto de con una simple charla? ¿Será algo que dijo? No lo sabía y eso era peor. Finalmente concilió el sueño tras dar varias vueltas en la cama, y después de lo que parecieron unos segundos pero en realidad fueron horas, fue despertada por el travieso sol que entraba por su ventana.
-Tengo que comprar unas cortinas- murmuró media dormida mirando la ventana.
Tras estirarse varias veces, consiguió levantarse del todo y cuando estuvo lista para recibir el nuevo día bajó hacia la cocina.
Marina ya estaba despierta, lo supo al ver el café listo en la mesada, pero no estaba en la cocina. Se acercó de a poco y se sirvió un poco de aquel líquido, el cual acompañó con unas tostadas. "Sin duda no se compara con el desayuno de Nat" pensó mientras masticaba las duras tostadas.
Casi como un instinto se acercó a la ventana tratando de ver a la chica que no la había dejado pegar un ojo, pero para su sorpresa la ventana estaba cerrada. Quizás no se haya despertado, pensó encogiéndose de hombros y se fue hacia el salón principal.
Al llegar se topó con Marina viendo la tele, mientras se devoraba su desayuno. Esta al verla sonrió y la invitó a sentarse a su lado, cosa que Alba no dudó en hacer.
-Buen día, hermanita ¿Como va tu cuento de hadas lésbico? ¿Ya te ha besado la princesa?- bromeó Marina, pero ni siquiera sonrió.
-...-
-¿Qué pasa?- dándose cuenta de que algo anda mal.
-No, nada...solo estoy algo preocupada- confesó Alba bebiendo un poco de su café- Natalia esta actuando algo raro-
-¿Raro? ¿Como raro?-
-No sé...a lo mejor solo son ideas mías. Pero ayer estábamos en su casa y la estábamos pasando genial, cuando comenzó a sentirse mal...ella me dijo que solo era un mareo, pero sé que no fue así...-
-¿Te echó?- sorprendida.
-No, bueno sí. Me dijo que si podía dejarla sola. Que me llamaba luego...pero no lo hizo- dijo bajando la cabeza triste.
Marina notó esto y se acercó un poco más a ella dándole unos toques en su hombro como señal de apoyo.
-Alba, a lo mejor solo se sintió mal. Natalia es humana...se puede enfermar- dijo Marina tratando de encontrar una razón lógica.
-Sí, lo sé. Solo que me pareció raro...a lo mejor es que soy boluda y paranoica, pero siento que hay algo más...- dijo Alba pensativa.
-¿El qué?-
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Be my summer / Albalia
Fiksi PenggemarHay momentos en que los problemas entran en nuestras vidas y no podemos hacer nada para evitarlos. Pero están ahí por una razón. Solo cuando los hemos superado entenderemos por qué estaban allí. Dos chicas, un verano y mucho amor. Será este verano...