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—¡VÁYANSE TODOS AL CARAJO!— Corría sin pensar en un destino en concreto. La última esperanza de vida que tenía o al menos eso creía era mi salvadora. Ella era la única que me entendía. Quería ir con ella y sonreírle como nunca pude hacer con nadie, pero como todo lo demás, ella me había abandonado y ahora me siguen unos tipos que me quieren meter al reformatorio.
No quiero, es lo mismo en todos lados. En ningún lugar soy aceptado, y me torturan tanto físicamente como mentalmente.
Quiero irme de esta maldita vida qué me dio mi madre. Después esta mi hermano que me engañó y mintió, todos me terminan abandonando... Lo peor es que yo confío en ellos hasta el final, pero ya nadie me verá la cara de idiota... ¡No más!

—¡ATRAPEN A ESE MALDITO DEMENTE!—

Eso es lo único que se escuchaba a mis espaldas. ¿Demente...?, raro, loco, idiota, escoria... entre muchos más insultos. Era ya costumbre oírlos.
Seguía corriendo, mi respiración era agitada y ya me estaba cansando... no soy bueno en la condición física. No estoy orgulloso de eso, tampoco de mí.
Soy muy bueno escondiéndome... así que empezaré con mi nueva vida con otro nombre, otra vez.

[3 meses después].

—Señor... tiene que comer toda su comida para que no le duela el estómago— Una chica peli café ayudaba en el cuidado de ancianos ya que le recordaban lo horroroso que puede ser no tener a nadie en sus últimos momentos, justo como había pasado con un familiar de ella.
No todos los ancianos cooperaban, lo cual en ciertas veces le molestaba. "Eran ancianos ya habían vivido lo que tenían que vivir", decían algunos empleados. Pero ella no quería dejarlos en malas condiciones sólo porque ya vivieron sus vidas.
Sus papás no estaban orgullosos del trabajo que ella laboraba, porque no le pagaban muy bien no importa cuanto tiempo empeñara, los jefes tenían preferencias en aquellas personas que no le importaban la vida de los pobres mayores.
Eso no le agradaba para nada. A ella no le gustaba como eran las reglas en este lugar, pero sin duda era su trabajo favorito. No por el hecho de ser "fácil", si no porque le agradaba ayudar a la gente.
Pero en su pasado ella no era para nada así. Sufrió, claro que lo hizo. Pero odiaba hablar sobre eso, lo que más odiaba y maldecía con todo su alma, era aquellos recuerdos desesperantes que le causaban una pequeña ansiedad en su ser y pensamientos.

—Señorita Mai, ¿tiene un minuto?— Su jefe le había hablado por primera vez en el día, lo cual la alarmo mucho. Ya que él nunca hablaba con ella por razones desconocidas, o al menos para ella.

—Oh, ¡claro!— Camino donde se encontraba su intimidante jefe, de ojos apagados y sin una pizca de simpatía.

—Está despedida, de su paga se le descontará los medicamentos que le dio de más a los ancianos— Y sin más le dio un sobre y desapareció dejando a una chica muy confundida.

—Oh... Mai... no llores querida...— Uno de los ancianos se acercó a ella para consolarla. Era verdad le dio medicamentos de más, pero porque las medidas que ellos les daban no alcanzaba para que se sintieran mejor. —Todos aquí te tenemos una pequeña sorpresa por tus cuidados—

—N-no... yo sólo hacía mi trabajo— La chica dio una leve risa a la anciana.

—De verdad, insisto. Hazlo para que tengas un lindo recuerdo de nosotros— Ella asintió levemente dando a entender que aceptaba el regalo de los ancianos. —Esto es por todo lo que hiciste por nosotros. Cada uno de nosotros dio un poco de sus ahorros, incluso el viejo cascarrabias de Tomas—

—No puedo aceptar esto... es de ustedes... me sentiría muy mal— Tomó el pequeño sobre donde venían los ahorros de los mayores.

—Nosotros nos sentiríamos muy mal, pero puedes pagarnos viniendo a visitarnos debes en cuando y cuando nos vayamos al más allá vayas a nuestro funeral— La anciana de baja estatura abrazo a la dulce chica que se encontraba enternecida y sollozando.

—Está bien... los vendré a visitar a todos y les contaré de cómo me va en mi día a día. Incluso vendré a darle muchos abrazos al Tomas— El viejo rió por segunda vez en su vida a lo cual todos se sorprendieron. —Los voy a extrañar a todos... lo digo enserio...—

Después de una despedida conmovedora la chica castaña salió de el lugar donde pasó unos 2 años trabajando. Para algunos era mucho pero a ella ni siquiera le eran suficiente, realmente iba extrañar a cada uno de ellos, exacto, ella se encariñó y cumpliría con cada una de las promesas de ellos.
Lo que más variaba en ella era sus principios, uno de ellos era nunca romper una promesa.
Eso lo adquirió cuando se dio cuenta que la mayoría de su familia hacía tratos y promesas sin siquiera cumplirlos.
Por eso odiaba a la gente que nunca cumplía sus promesas.

[...]

Después de una larga caminata a su departamento, llegó y se dio una larga y tranquila ducha. Le seguía preocupando el trato que ahora recibirían los ancianos.
Pero ellos le dijeron que no se preocupase por eso y que consiguiera un mejor trabajo donde no la sobre explotasen.
No le gustaba la idea de ir a trabajar a un lugar diferente.
Ella era muy buena en muchas cosas, lo malo es que no sabía cómo organizarse. Básicamente sus horarios serían un desastre.
El apartamento lo compartía con una ex-amiga, la cual se fue porque se iba a casar. Dejando sola a la castaña. Así que se le ocurrió una gran idea, rentar el departamento para que cuando se vaya a trabajar no pase algo malo.
Era la mejor idea que le pasó por la mente en todo el día.
Sus pensamientos se detuvieron al momento de tocar su cuerpo la cama.
Mañana sería otro día totalmente diferente, un día raro e incómodo para ella.
Así que prefiere dormir hasta que se levante por los pájaros o por el hambre. O cualquier cosa.
Lo bueno es que ya se había organizado, primero tendría que ver alguien que quisiera rentar apartamento con ella y después saldría a buscar trabajo.
No sonaba tan difícil para ella, así que mañana pondría manos a la obra.




[Pequeño aviso]
La gente que estaba leyendo la otra historia. Lo siento mucho T-T, pero no me estaba gustando el resultado así que mejor hice otra. Tarde en pensar que iba a hacer así que por favor denle mucho amor uwu. Es todo y gracias T-T.

''🍥''   ''тαкє му нαηԃ.''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora