"Es Linda"

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Ser diferente a las demás niñas, no le impedía a Lalisa Manoban hacer lo que realmente le gustaba, escuchar a su mamá decirle todo el tiempo que se suba los pantalones, usar vans, y playeras anchas, ropa realmente cómoda.

Lisa como le decían sus conocidos, a pesar de tener tan solo doce años, ella estaba conciente de lo que realmente es. Le gustaba ir de paseo con los amigos de su papá, le gustaban muchas cosas de él, y sobre todo lo admiraba como tal.

No habia problema o confusión con ello, ya que a los seis años, los señores Manoban se dieron cuenta quien realmente era Lisa. Y negados a dejarla sola, estuvieron con ella en cada paso, en cada cambio que presentaba a través de los años.

Desde rechazar las barbies que su madre le regalaba en navidad, hasta enloquecer por los autos de juguete que su papá le traía en cualquier momento.

Eso fue una de las tantas señales que Lisa le dio a sus padres, y ellos lo agradecían. No se imaginaban ahora si Lisa cambiaba su forma de ser, ya estaban acostumbrados a ella, pero en realidad, apenas iban a medio camino.

Estaban un poco asustados por cómo iba a realizarse  pero se habían preparado, los señores Manoban habían asistido a una de esas charlas ocasionales, sobre niños transgénero, y hasta ahora, habían hecho todo al pie de la letra.

Sin mas preámbulos ahora Lisa se encontraba en plenas vacaciones, en su habitación, recostada disimuladamente en la madera que estaba bajo su ventana, con ojos esperanzados y curiosos, en dirección a la ventana de Jennie Kim.

Los Kim, llevaban viviendo al lado de los Manoban aproximadamente siete años, y desde que tiene memoria Lisa, Jennie era muy misteriosa.

Y no se confundan ellas, ellas nunca se han hablado, por el hecho de que no se daba oportunidad, y porque Jennie era muy tímida.

En cambio sus madres eran muy unidas desde que comenzaron a ser vecinas, algunas veces en las tardes se ponían a tomar te en el jardín, y aunque Lisa salía a patinar en la vereda para ver si veía a Jennie... Jennie solo la miraba desde su ventana.

La ventana de Lisa quedaba a un lado de la casa, a su izquierda se encontraba igualmente la de Jennie, asi que podía verla cuando mantenía las cortinas recogidas. Las casas en esa residencia eran un poco lujosas, todas estaban muy unidas y al igual que las barridas comunes tenían un parecido.

Y para nada, Lisa era una acosadora, solo tenía curiosidad por aquella niña de mirada profunda, cabello castaño, largo y sedoso que brillaba demasiado. Eso decía ella en esos momentos, por que por fin se dio cuenta de sus sentimientos hasta ese dia.

Mientras la observaba detenidamente como Jennie doblaba la ropa de cama, escuchó un grito proveniente de abajo que la hizo saltar.

-¡LALISA!-escucho la voz de su madre, y rápidamente despertó de aquel sueño en el que estaba.

-¡Ya voy!- le respondió enseguida para ponerse de pie y correr por las escaleras una vez que salió de su habitación.

-Llevo llamándote por mas de cinco minutos para que vengas a desayunar ¿que tanto hacías? -le decía la señora Manoban en cuanto la vio asomarse por el margen de la puerta- Y ¿cuantas veces te he dicho que no corras por las escaleras?

Lisa tomaba asiento frente a su madre, y antes de que tomara una rebana de pan del tazón, su madre le pegó en la mano.

-Me lo has dicho muchas veces mama...-respondió dejando caer su mentón sobre su mano derecha, apoyada sobre su codo.

-Eso pensé, debes tener cuidado no querrás estar en el hospital en tus vacaciones ¿o si?- decía su madre casi gritándole.

-Y ¿ahora que pasa?- hablando el señor Manoban con una sonrisa y un elegante traje. Ya era propio de su esposa que estuviera hablando de esa manera con Lisa.

"SHE" (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora