;;cero uno

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Atención rechazada, actitud altiva, poca cooperación y miedo latente, ambos muchachos en esa habitación estaban inquietos. Uno siguió al otro continuamente, la situación era repetitiva, por lo que no atrajeron la atención de nadie.

— Me molestas, vete.– dijo uno de ellos secamente.

— Eres tan arrogante...– Reclamo el sobrante con una mirada dolida.— Solo quiero estar contigo.

— Y yo te dije que me molestas, vete. No quiero lastimarte.

— No digas mentiras. Tú no podrías herirme, aun si quisieras.

El chico pelirrojo estaba sacudiendo sus piernas de una manera inquietante mientras miraba alrededor. Caminó por la habitación en busca de protección, que no tendría, pero necesitaba. Ve una brecha entre la pared y los estantes, no lo duda, camina y se ajusta a su cuerpo en un lugar pequeño. Ahora se estaba escondiendo, era hora de la medicina y, por un demonio, no quería eso. Apenas encontró una pequeña oportunidad de escapar, corrió y se escondió, el lugar parecía bastante seguro a su discreción, pero como siempre había una pequeña molestia que lo seguía.

— ¡Te encontré! ¿Por qué finges que puedes esconderte de mí?

Todoroki lo miró con ternura y hubo un pequeño dolor en esos bonitos ojos heterocromáticos, un pequeño movimiento de la cabeza se repitió constantemente en sus acciones y esta misma acción lo hizo muy llamativo.

— Mierda, sí, solo no me encontrarás siempre.– Dijo mientras le daba una mala mirada al chico que se agachaba juguetonamente delante de él.

Una risa fuerte se escuchó por todo el lugar.

— No me digas lo que yo sé.

Las enfermeras tomaron a los dos chicos y los pusieron en una fila para que pudieran tomar sus medicamentos de manera pacífica, deberían cooperar pasivamente si no querían recibir la terapia "especial".

— Deja de mover a Todoroki, me irrita.– Le susurro en voz baja a quien fuera que esté frente a él.

"No puedo, no quiero, no me des órdenes."

Ambos chicos salieron de la habitación un tanto mareados y asustados.

De todas formas el tormento de Kirishima pasó más rápido de lo esperado, pero otro viene continuamente; Cómo soportar el cambiante clima todas las tardes desde que los obligaron a salir al jardín por lo que sería aire fresco.

El pelirrojo hoy no tendría que buscar la sombra para refugiarse, ese día estaba nublado, por lo que de cierta manera se volvía un alivio. Se sentó en un banco y miró a su alrededor analizando, tomó un cuaderno que siempre llevaba consigo y apuntó.

Tengo que salir, no estoy loco.

Las voces que lo atormentan están llorando de nuevo, le piden que tome una decisión. Él no quiere seguir escuchando, incluso si él cubre sus oídos todavía puede escucharlas. Todo es inútil, solo hay miradas decepcionadas de personas destruidas frente a él.

¿A dónde debería ir? ¿Hacia qué lugar debería mirar? Muerde sus labios mientras pasa con algo de desesperación las manos por su rostro. Se encuentra con la mirada de Kaminari Denki sobre su persona.

— Kirishima, si te digo que soy un ser que nació en el lado oscuro de la luna, ¿me lo creerías?

— Por supuesto.

— Si te digo que no hay nada que quiera más que volver a ese hermoso sitio, para volver a sentirme vivo, ¿realmente escucharías mis palabras?

— Ya te lo he dicho Denki, por supuesto.

hospital psiquiátrico; bhnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora