— Ei, Es hora de que reanudes la terapia especial conmigo.– El Dr. Bakugou habló frente al sofá de Kirishima.
— Te he dicho innumerables veces que no necesito terapia, doctor.– Kirishima se toca la cabeza y deja escapar un leve gemido, el dolor le marea, parece estar aumentando, pero no se queja, solo le molesta internamente. Se sienta en silencio y mira a la pared, una acción desesperada por evitar esos ojos que lo miran.
— No sé qué pensar de ti.– El doctor volvió a hablar. Kirishima suspiró, Bakugou era muy exigente.— Intento ayudarte, dejarte abrir, te aconsejo qué hacer, te hago preguntas pero no contestas, te hablo pero no escuchas. Estás sentado en la silla de siempre con una mirada perdida, mirando a la pared con esos ojos vacíos. A veces parece que estás a punto de estallar en lágrimas, en cambio, no muestras emoción.
Kirishima sigue mirando la pared, indiferente a las palabras. Sin embargo, Kirishima piensa que Bakugou es el único al que realmente parece importarle tratar a los pacientes con placer. Kirishima piensa que el tipo solo lo hace debido a las condiciones deprimentes del hospital, aunque es solo un joven médico que aspira a despertarse un día y que los problemas de sus pacientes mágicamente desaparezcan.
— Tiemblas, ¿sabes? – Kirishima sonríe y lo mira. Bakugou parecía estar fuera de sí.— Incluso ahora estás temblando.
— Es que eres tan frágil que temo que puedas romper con una simple sonrisa.– respondió él.
Cuando el Dr. Bakugou salió de la habitación, Kirishima sintió que el espacio en ese lugar estaba disminuyendo gradualmente y comenzaba necesitar más aire, así que se levantó y respiró tratando de dar oxígeno a sus pulmones, pero nada parecía funcionar y sin mucho que hacer, más una sensación desagradable, caminó con dificultad hacia el edificio de la habitación.
Le dolía enormemente la cabeza y solo quería descansar. Caminó y no miró a su alrededor, mucho menos hacia dónde iban sus pasos. En el momento en que llamó a la puerta, descubrió que algo andaba mal con todo eso.
"No sé qué pensar de ti", mentía el Dr. Bakugou. Él sabe.
— ¡Oh Dios! ¿Estás bien, Kirishima? – La voz preocupada llamó su atención, no se parecía al tono de Todoroki, asumió que debía ser el golpe, y siguió mirando al suelo porque estaba avergonzado.
— Shoto, sí, estoy bien.– Respondió con sus mejillas ligeramente rojas, quizás un producto del que se estaba ahogando.— Yo... gracias por hoy... sabes que... bueno, te amo.
— No soy ese chico "Shoto".– La voz áspera lo hizo dudar e inmediatamente levantó la cabeza. Blasty lo miró de la manera difícil, sus labios eran una línea recta y sus puños estaban cerrados, el chico estaba estático en su lugar.— ¿Por qué tienes sangre en tu ropa? ¿Quién te golpeó?
— Creo que nunca llegaré a mi habitación.– murmuró para sí mismo y no cuestionó nada al respecto, y sin más opciones se sentó en los escalones de la entrada y Blasty lo siguió.— Apareció un paciente del tercer piso, se hizo cargo de decirme lo loco que estaba y agrégale que comenzó a golpearme.
— ¿Y por qué te golpeo en primer lugar? – Le pregunto Blasty mirando el lamentable estado del pelirrojo.
— A algunas personas les gusta molestar a otras.– dijo Kirishima.
— ¿Nadie te defendió? – Blasty mordió oscuramente.
— Sabes, más personas me defendieron de lo que esperaba.– Confeso con una mirada más allá de la cara de Blasty.— Midoriya enterró un lápiz y Sero enterró un tenedor en uno de sus ojos, fue muy divertido.
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hospital psiquiátrico; bhna
FanficAquí nadie es un psicópata, pero todos han pensado, en donde tirarían un arma homicida.