Todas las noches me dirijo donde te encuentras, y en un instante mi caminar cada vez se acelera mas cuando estoy por llegar al lugar en el que estas. Mi mente solo divaga en querer volver a observar tu belleza que tu misma consideras que es imperfecta.
Al llegar al lugar lo primero que hago es observar esa gran ventana a ver si estas, pues, pienso en ti todo el día, esperando con anhelo el verte asomada en la ventana de tu casa, mirando a la nada con un rostro lleno de melancolía y tristeza, que es levemente alumbrado por la luz de la luna.
Y como todas las noches, allí estas, esperando algo que yo no te puedo dar.
Se que siempre estas perdida en tus pensamientos; me dedico a observar y contemplar tu hermosa figura a lo lejos, y así tomar coraje una vez más y llamar a tu nombre 3 veces para que sepas que estoy aquí, justo de bajo de ti.
Tu mirada se posa en mi y con un nudo en la garganta me pides que espere un poco mas, mientras te veo cerrar las cortinas.
En unos momentos te encuentras abriendo la puerta para darme una vez mas la bienvenida.
Al entrar a tu hogar, lo primero que haces es darme un café y preguntarme el como estuvo mi día, para que así, de a poco compartamos nuestras experiencias vividas durante el día. Mientras me hablas de tu día, es inevitable el no fijarme en tus labios pálidos por el frío de la noche, los cuales poco a poco se pintan de un color rojo intenso al momento en que bebes tu caliente café amargo.
De la nada ya son las 12. Esta es la hora en la que todas las noches decides si me voy o me quedo a tu lado.
Lentamente te vas acercando, retirando tus prendas una por una, hasta quedar completamente desnuda frente a mi. Tus pálidas manos toman suavemente mi rostro, para acariciarlo y juntar nuestros labios, lo que significa que esta noche, me quedo a tu lado.
Nuestro beso se intensifica, y mis manos por si solas comienzan a recorrer tu suave y pálido cuerpo siguiendo un camino que ya esta gravado en mis huellas. Tus labios se alejan y me piden iniciar nuestra acalorada velada en la habitación. Con suavidad levanto tu cuerpo y siento como tus labios se posan en mi cuello mientras me dirijo a tu habitación.
Con delicadeza recuesto tu cuerpo sobre la gran cama que se vuelve pequeña cuando estamos los dos. Tus manos quitan mi ropa de forma apresurada para sentir el calor de mi cuerpo lo mas pronto posible. Contemplar tu cuerpo es lo que siempre quiero, y esta es una de las noches en las que puedo contemplarlo a profundidad.
Siempre que tengo la oportunidad, reparto besos y mordidas, mientras que mis manos recorren tu figura y mis oídos escuchan tus jadeos. Quiero seguir escuchando esa melodía que sale de sus labios.
No es necesario pensar en todo lo que quiero hacer.
Se que tu piel se eriza cuando mi lengua comienza su recorrido por tu blanca piel, hasta llegar a la senda de tu sexo. Tus muslos me parecen apetitosos ¿puedo morderlos?.
Que mas da, los muerdo, beso y aprieto cuanto quiera, total, me has dado tu permiso para hacerte sentir amada. Cualquier cosa que haga con tigo se quedara dentro de estas cuatro paredes, así que dejare que se escuche el eco de tus gemidos, cuando sientas mi respiración cerca de tu hermosa flor. Jalas mi cabello con la intención de decirme que comience a trabajar para producir la dulce miel que voy a saborear con cada lamida que dé.
Gemidos, gemidos y mas gemidos harán que mi cabeza explote ante tal agonía de acabar ya. Pero la noche es joven aun, déjame jugar mas, quiero volver a memorizar cada parte de ti que se estremece con mi tocar. ''Rápido, lo quiero'' te escucho susurrar mientras que me obligas quedar bajo tu entidad. Con agrado me dejas entrar sintiendo el calor de mi miembro dentro de tu infernal deseo de mas. A medida que tu voz se alza con gemidos de placer, me centro en tu rostro, pues lagrimas veo caer. Lo que hacemos esta mal, queremos llenar un vacío que ni nuestra alma es capas de llenar, solo somos capaces de utilizar el sexo como escusa para sentirnos vivos en nuestro propio infierno. Estas por acabar, con cada estocada y gemido te debilitas mas.
Tus lagrimas caen sobre mi rostro.No llores amada mía, que esta noche me entrego a ti para que juegues con migo todo lo que quieras, para que te sientas llena por un instante con el amor que te puedo brindar.
Nuestro acto acaba con tu cuerpo rendido sobre el mio, esta vez lideraste nuestro encuentro y terminaste agotada de tanto trabajar. Jadeos que de a poco van cesando, y desnudos tratamos de aprisionar el calor que se va.
Dormida te encuentras ya, momento ideal para contemplar tu preciosa complexión, piel blanca con cicatrices de guerra, estrías que parecen conexiones de ríos que derivan en tu mar y lunares que encanta contar. Me doy cuenta que tu cabello oscuro tiene destellos claros, tus largas pestañas parecen olas, y tus notorias venas parecen ramas de árbol y tus labios rojos cual carmín, cambian de color a rosa palo,ya que, tu cuerpo en pocos segundos se enfría sin importar si esta cerca del mio. A mis ojos, eres perfecta, no necesitas cambiar, te amo como eres real mente, quiero besarte un poco mas.
Ya es de mañana y me hace falta tu presencia a mi lado, te busco por la cama sin éxito, debo abrir mis ojos para ver si estas. Miro por toda la habitación, hasta que te encuentro, sentada frente a tu espejo, arreglando tu cabello, mientras tus ojos tristes observan tus ''defectos'', tocas cada parte de tu existencia y no te das cuenta lo hermosa que eres.
Lentamente me acerco a ti para abrazar tu frió cuerpo y entregarle mi calor, mis labios se posan en tu mejilla y con gusto recibes mis besos.Tu sabes que estoy dispuesto a todo con tal de verte feliz, pero, solo tengo permitido el verte sufrir.
Entiendes que te amo, y a la vez me amas, pero me rechazas para cumplir tu única misión, el cual es, amarte a ti misma.
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Solo tengo permitido verte sufrir.
Short StoryUn sentimiento instantáneo en mi corazón, que palpita sin mas, al observar su imperfecta belleza que no puedo aprisionar. Me enamoré de una mujer hermosa, que se siente sola, pero que respeta su mayor anhelo.