🍭 Sweet 🍭

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Saboreó el caramelo de fresa en su boca, su lengua moviéndolo de un lado a otro mientras enrollaba un mechón de cabello en el dedo índice.

Piernas cruzadas, espalda recta y mentón ligeramente alzado, le daban un aire atractivo y sexy. Era el causante de varios suspiros provenientes de las chicas, y gruñidos de los jóvenes que lo rodeaban.

Un par de vueltas más y el dulce se deshizo justo al sonar de la campana.
Se levantó dispuesto a abandonar el aula. Echando su cabello hacia atrás antes de desenvolver otro caramelo e introducirlo a su boca, sonriendo ante los jadeos que sonaron como efecto de su actuar.

Caminó hacia la puerta sintiendo las miradas puestas en él y, dioses, le encantaba.

Abrió la puerta y salió decidido a seguir provocando aquellos suspiros de ensueño en sus compañeras.

Su vista viajó hasta su mejor amigo conversando con un pequeño castaño en los casilleros. El menor tenía un rubor en sus mejillas que aumentaba con cada caricia y palabra que le proporcionaba el contrario, mientras que este último sonreía embobado por las reacciones del más joven. Rodó los ojos hastiado del mismo cuento y se les acercó.

—No tienes idea de las ganas que tengo de morder esas mejillas tuyas, bebé.

—¡Hyung! —lo cortó sintiendo su cara arder.

—Dios. Pareces una manzanita. Mi manzanita.

—Basta, hyung. Moriré de vergüenza si sigues así.

—Y yo de asco. —irrumpió haciéndolos saltar.

—¡JiMin! Que susto. — el mayor lo miró indignado.

Él era a una obra de DaVinci.

Belleza pura.

No tenía derecho a asustarse.

—Hola, JiMin, ¿cómo estás? Oh, muy bien, gracias por preguntar.

—Exagerado.

Soltó un gruñido volteando el rostro cuando su amigo volvió a coquetear con el menor. Tomándolo de la cintura para apresarlo contra su cuerpo mientras repartía rápidos besos en su cuello.

—Tae, ya. Minnie hyung ha de sentirse incómodo.

—Que se joda.

—Sigo aquí, ¿sabes?

Ahora fue el turno de TaeHyung de gruñir. Besó rápidamente los labios del menor y apretó suavemente sus glúteos haciéndolo chillar. Riendo cuando escapó sonrojado de sus brazos, despidiéndose de ambos con prisa para desaparecer por el pasillo.

—¿Cómo puede ser tan tierno? — preguntó con la vista fija por dónde se había ido el menor.

—Te respondería pero apuesto y me gruñes.

—Bien pensado, mi amigo.

JiMin volvió a rodar los ojos, pensando en lo estúpido que se comportaba su soulmate cada vez que se trababa de su novio.

—No sé ni de qué te quejas, eres idéntico a mí en ese sentido.

—No tengo idea de qué hablas. —el menor alzó una ceja, incrédulo.

—¿Seguro?

—Seguro. —sonrió burlón, mirando por sobre el hombre del pelinegro—. Entonces no te molestará que lo salude.

—¿Q-Qué?

—¡Hey, YoonGi hyung!

Abrió los ojos asustado, escondiéndose tras la pared más próxima en cuestión de segundos. Su corazón latiendo a toda potencia ante aquel nombre. Escuchó a su amigo reírse como desquiciado y recién ahí, entendió la broma.

Sweet - pjm & myg -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora