ʙᴏᴋᴜαᴋα ωєєᴋ ²⁰²⁰

⁰⁰ Cᴏʟᴅ

Todo era tan... Frío.

Hacia frío, el viento era frío, el suelo de asfalto en el que fue tirado era frío y la expresión tan dura y llena de ira que él le dirigía era como la estaca de hielo que se incrustaba en su corazón y congelaba hasta el aire que respiraba. ¿Cómo acabaron así? ¿Cómo comenzaron a gritarse de esa forma? ¿Cuando comenzaron a pelearse de esa forma? Todo le hacía sentir enojado, parecían unos niños cuando la decisión del otro es completamente diferente a la suya y solo terminan golpeándose hasta que uno se rinda, sentía lava bullir dentro de su estómago derritiendo el hielo con el que fue congelado y lo hizo, grito.

- ERES UN INMADURO! -sintió que la mano alrededor del cuello de su camisa se paralizaba, mientras que el puño levantado en su dirección se detenía a medio camino de su rostro pero no se inmutó- UN IDIOTA, UN ESTÚPIDO, DESPRECIABLE ¡TE ODIO!

Nunca había explotado de esa forma, con nadie, si le hubieran dicho que alguna vez se desquitaría y sería con él, seguramente lo habría tomado como una broma pero no, ahora ahí estaban. El rostro contrario se contrajo en un sinfín de emociones, el enojo, la confusión, la tristeza... Hasta que las manos parecieron perder sus fuerzas.

Pero estaba tan ciego en sus propios sentimientos que no se detuvo, porque ahora que lo hacía no se sentía ahogado. Y sabía que se arrepentiría, se arrepentiría demasiado.

- TE ODIO, TE ODIO, TE ODIO!

Le pega, con sus puños le pega en el pecho a pesar de que él también ha perdido la fuerza para hacerle daño, porque en realidad no sabe lo que está diciendo. Llega a quitárselo de encima por lo menos lo suficiente porque él sigue sentado encima suyo.

No..

No!

Tu no quieres esto...

Ah, esa maldita voz. Si mal no recordaba era su razonamiento, y la verdad es....

Que no tiene idea de cuál es la verdad.

Tú no quieres esto.

- CÁLLATE!

Ahora él es quien lo toma del cuello y lo zarandea en un movimiento lento, débil. Y habla con voz quebrada y cabeza gacha :

- Por qué? -es la única pregunta que puede formular, toma aire aunque sabe que no le servirá de nada pues ya quedó en evidencia- ¿Por qué siempre quieres la atención de todos? ¿Qué hay- -un atisbo de resentimiento brilla en sus ojos cuando le mira- ¿Qué hay de especial en eso? No lo entiendo.

Hubo silencio al principio, un silencio que decía muchas cosas y que luego se torno duro. Después de un rato dónde creyó que su pregunta no tendría una respuesta los soles brillantes se fijaron en él, una mirada molesta que lo acusaba de algo que no entendía y que lo hizo estremecer.

Para luego decirle algo a lo que por primera vez en su vida no pudo responder.