NxtWave: El ejército de la montaña.

Capítulo 34: Todo por el reino.

Seis cazadores entran y levantan del suelo a las tres líderes de NxtWave.  Por más que ellas intentan resistirse, las criaturas logran controlarlas y las obligan a caminar.

– ¡Muevanse! –ordena uno de los seres rocosas.

Las chicas no tienen más opción. Encadenadas y rodeadas de enemigos no parece prudente seguir dando pelea. Además sus poderes han sido bloqueados con una diadema puesta en su cabeza por Ordo.

Son dirigidas hasta el patio principal de la bodega. Caminan expectantes sin saber que viene para ellas.

Al llegar, las cabezas de la oscuridad junto a un pequeño grupo de veinte representantes de cada especie esperan por ellas. Los que no están presentes en el lugar son los gigantes, ni siquiera Kilian se encuentra allí.

Las wavers no comprenden lo que ocurre, creen en un principio que están allí para morir.

– ¿Papá? –Christy se lanza hacia el General apenas lo ve entrar custiodado por tres idolums. Ella es sometida por las criaturas esqueléticas y hay un forcejeo violento.

Las otras wavers observan impotentes la escena. Divisus disfruta del momento como si fuera un espectáculo. Por su parte, Ordo y los otras cabezas de la oscuridad se mantienen en una posición sosegada; pero claramente están satisfechos por la situación.

– ¡Christy para! –exclama el General al ver la lucha de su hija. Sus palabras surgen efecto y Static Wave se detiene.
– ¿Qué haces aquí? –Christy sigue sorprendida por la presencia de su padre.

Static Wave pasa de la confusión a la rabia en tan sólo un segundo, pues ante sus ojos aparece aquel que jugó con ella, el amigo que resultó ser un enemigo; Adrián hace su aparición. La imposibilidad de arremeter contra él provoca una terrible agonía en la joven.

– ¡Tú! ¡Eres el ser más despreciable que he conocido! ¿Cómo pudiste? –el enojo sale por los labios de Christy.

Adrián ríe mesuradamente. Se acerca con tranquilidad a Static Wave y la mira por fin con el desprecio que había querido demostrarle desde el principio.

– No sabes cuanto he deseado este momento –la cizaña se pronuncia satisfecho –, verte derrotada y reírme en tu cara.
– Esto no ha terminado –dice Christy.
– Claro que no, pero claramente ustedes no tienen como ganar.
– Hablas muy confiado –interviene Nuclear Wave.

Por un pequeño instante Adrián no habla, y luego, de forma engreída se dirige a Paola:

– Es una lástima que no haya tenido el tiempo suficiente para trabajar contigo y tu amado Gibson. Debo admitir que ustedes dos me resultaron más complicados cuando jugaba con sus mentes, en todo caso, no lo volverás a ver.

Nuclear Wave medita en lo que la cizaña le ha dicho y comprende que también fue blanco del enemigo, su matrimonio se vio atacado y no fueron conscientes de ello.

– Ya hemos perdido mucho tiempo- se pronuncia Mammón.
– Estoy de acuerdo –replica Zigor el cazador.
–  Prosigan –señala Ordo a las criaturas de piedra que someten al General.

De inmediato los tres idolums se abalanzan contra el hombre y comienzan a propiciarle una golpiza. Christy grita impaciente y busca ir al rescate, sin embargo, sus captores frustran su plan. Al igual que ella, Nora y Paola se encuentran desmoralizadas y anhelan intervenir para salvar a su líder principal.

Trágica noche cargada de dolor. Los idolums no tienen compasión y golpean con toda su fuerza.

La agonía del General es horrible. Un puñetazo en la cara lo deja aturdido. El hombre cae al suelo y es como si todo a su alrededor comenzará a suceder más lento, su cuerpo sigue recibiendo golpes, ve a Christy queriendo soltarse de las criaturas y a las otras chicas sin tener cabeza para nada más sino llorar. Tan turbado lo dejo el golpe en la cara que a lo lejos escucha los gritos de su hija, el llanto de las jóvenes y la risa de todas las criaturas.