Capítulo 26: Octavia

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Greninja se mantuvo a la defensiva, frente a sus compañeras, mientras escuchaba con atención una conversación al final del pasillo. Pese a su oído atento, el alboroto que provenía de los ajetreados pisos inferiores le impedía distinguir con claridad qué estaba sucediendo en la sala de espera. Tan solo alcanzaba a distinguir que el soldado del Team Rocket que les había conducido hasta allí estaba manteniendo una conversación con alguien más; una voz que le sonaba de algo, pero que no reconocía.

Tras varios minutos durante los cuales Greninja apenas alcanzó a distinguir palabras sueltas dentro de un confuso mensaje, el mismo hombre que les había guiado hasta la habitación de Sabrina volvió a ser visible al final del pasillo y comenzó a hacerle una señal a su compañero al cargo de vigilar aquella puerta para llamarlo. Aquel otro soldado del Team Rocket encubierto abandonó su posición sin darle importancia y comenzó a caminar a paso ligero hacia el final del pasillo hasta desaparecer tras la esquina junto a su compañero.

- ¿Qué está pasando aquí?- Preguntó Gardevoir.

Greninja no respondió a la pregunta de su compañera, pero su mente estaba empezando a imaginar respuestas poco optimistas. Aunque aquellos soldados del Team Rocket no eran una compañía agradable, en aquel momento y lugar eran posiblemente lo único que podía mantener el orden. Su desaparición implicaba que se habían quedado solos frente a quien fuera que los había estado siguiendo.

La conversación al final del pasillo prosiguió durante un breve instante y fue sucedida por un momento de silencio, tras el cual una nueva figura dobló la esquina y se dejó ver al final del pasillo. Se trataba de una mujer humana ataviada con un elegante traje de chaqueta negro y una camisa blanca. Era alta y esbelta, y caminaba con una artificiosa elegancia. Su cabello era largo y rubio; casi dorado. Por alguna razón, su aspecto resultaba inusualmente siniestro. Conforme se iba acercando, Greninja alcanzó a distinguir una expresión apática en su rostro; tan inexpresiva como una muñeca de porcelana.

Aquella mujer continuó caminando despreocupadamente por aquel pasillo en dirección a ellos, hasta que finalmente se detuvo a poco más de cinco metros de Greninja. Sin duda, no parecía ser miembro del Team Rocket; lo cual hacía que a Greninja le resultase aún más inquietante el hecho de que ninguno de los guardias la hubiese acompañado hasta allí. De alguna forma, aquella mujer había logrado que aquellos criminales le dejasen el camino libre hasta la habitación de hospital de una de sus oficiales. El Team Rocket nunca se había caracterizado por su civismo; pero incluso para ellos, aquello parecía ser demasiado imprudente.

Sin pensárselo dos veces, Greninja adoptó una postura de combate y materializó una cuchilla de sombras en su mano derecha. A su espalda, pudo notar como tanto Mawile como Gardevoir también estaban alerta y listas para atacar. Aquella mujer permaneció inmóvil frente a ellos durante unos segundos, paseando su mirada por los tres Pokémon que tenía frente a ella, sin inmutarse lo más mínimo ante aquella hostilidad. Finalmente, se decidió a hablar.

- Soy la Agente Octavia, de Rey Arceus- Se presentó, hablando en un tono calmado- Vuestro... "Maestro"... está tras esa puerta, ¿verdad?

Aquellas palabras hicieron que Greninja se pusiese aún más tenso. Si aquella mujer era consciente de ante quiénes se encontraba, su elección de palabras no había sido muy acertada. El hecho de encontrarse de nuevo cara a cara frente a una agente de Rey Arceus hizo que Greninja evocase su enfrentamiento contra Lucius, la noche anterior. Aquel hombre había sido sin duda un rival competente y le había dado un combate que no olvidaría con facilidad. Sin embargo, en aquella ocasión, él no se encontraba solo. Con Mawile y Gardevoir tras él, aquel combate iba a ser muy poco memorable.

- ¿Y qué si lo está?- Preguntó Gardevoir hablando mediante telepatía en un tono de voz desafiante.

Octavia fijó su mirada en el insidioso rostro de Gardevoir, para a continuación inclinar levemente la cabeza hacia un lado y dedicarle a la Pokémon una maliciosa sonrisa.

Pokémon: Alma de AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora