Noa
El moreno para el coche frente a un enorme edificio clásico del que salen montones de luces, gente y música a todo volumen. Esto no me conviene en absoluto, pero apago la voz de mi conciencia que me grita que vuelva a la residencia y camino junto a ellos hasta la entrada. Al cruzar la puerta, millones de recuerdos llenan mi mente, recuerdos que quiero borrar y que me perseguirán siempre.
-Noa, ¿Estás ahí?
-Sí, perdona, ¿Qué decías?
-Vamos a por unas copas, ¿Vienes? Así te presentaré a algunos amigos.-Me mira entusiasmada. La envidio por su vitalidad y frescura. Porque es todo lo que yo una vez fui y ahora añoro.
-Sí, claro, pero no sé si seré capaz de recordar tantos nombres.-digo sonriendo.
-No te preocupes de todas formas, en unas horas, ellos tampoco recordarán el tuyo.
Llegamos a la cocina a empujones pasando por un salón enorme y ostentoso, vivir aquí debe de costarles caro, sobre todo si hacen este tipo de fiestas a menudo. Uno de los amigos de Katie me pasa un vaso rojo con lo que creo que es tequila con fanta de limón. No tenía pensado beber, pero aun así lo cojo y le doy las gracias.
Sigo a Katie hasta el salón, donde nos sentamos en un gran sofá de cuero negro junto a un montón más de gente. Tengo a mi lado a un tipo castaño que me mira raro y yo me pego un poco más a Katie con la intención de alejarme de él.
-Bueno, chicos, ésta es Noa, empieza este año y es mi nueva compi de habitación así que más os vale ser majos con ella.- dice intentando ponerse seria aunque sin llegar a conseguirlo.-Noa, estos son los chicos.- me mira sonriente.
-Si ya habéis terminado con las presentaciones, que empiece la fiesta. ¡Tom sube esa música que no la oigo joder!-dice Flavia.
La música sube y casi no oigo ni mis pensamientos, la gente se pone a hablar y yo simplemente me siento y escucho. Una parte de mí añora esto, la música, la gente... Siento que alguien tira de mi brazo, es Katie.
-¡Vamos a bailar!- me dice. Niego con la cabeza sonriendo y la veo alejarse con Flavia y Jordan hacia un lado de la casa donde un montón de gente salta y funde su voz con la del cantante. Le envío un mensaje a John.
Buenas noches Jota. Mañana nos vemos. <3
Me contesta a penas al segundo.
Buenas noches Noa. Te quiero.
Mi mirada se pierde en el líquido del vaso, no he bebido pero no quiero tirarlo, no tardarán en darme otro si lo hago.
John ha estado ahí para mí, fue quien me apoyó cuando Paul se fue y las cosas en mi casa se desmoronaron sin él. Mi hermano siempre había sido mi gran pilar, es poco usual pero, nos llevábamos bien. Teníamos nuestras discusiones como todos los hermanos, pero nos lo contábamos todo, era mi mejor amigo. Tenía casi diecisiete años cuando murió desangrado en la calle, sin nadie que lo ayudase y todo por una estúpida pelea. Hacía unos meses sus amigos y él se habían unido a una banda, se juntaban con gente diferente a la que estaban acostumbrados y empezó a ocultarme cosas. A mí no me hacía mucha gracia, pero hacía lo que quería, como yo. Cuando todo ocurrió mi madre se hundió y mi padre no pudo hacer más que apoyarla cuanto le era posible mientras él mismo lo superaba. Yo... bueno, yo tenía quince entonces, y encontré a John, él siempre había sido amigo de Paul, la noche de la pelea tuvo la buena idea de no salir. El día que vino a darnos el pésame, como todo el mundo había hecho durante la semana, me encontró sola en el jardín. Pero él no dijo nada, se sentó junto a mí y simplemente me acompañó mientras lloraba. A partir de aquel día, cada tarde se sentaba conmigo y me veía rondar mis pensamientos en silencio, hasta que decidí empezar a hablar y... luego empezamos a salir. Siempre ha sido muy bueno y lo aprecio muchísimo, no sé qué sería de mí sin él.
Cuando creo que ha pasado lo que parece ser una eternidad; sin bebida, el tiempo en las fiestas se multiplica, salgo para tomar un poco el aire. Saludo a algunos de los amigos que Katie me ha ido presentando. Todos aquí parecen muy agradables y me pregunto cómo habría sido mi vida si algo no hubiese ocurrido como lo hizo.
Fuera hace frío y yo me abrazo el cuerpo. Me siento en el suelo frente la piscina. Oigo pasos tras de mí y veo a un tipo tambalearse en mi dirección.
-¿Tienes fuego?
-No.
-Que simpática.
-Idiota.
-Estirada.
Cuando se acerca un poco consigo verle la cara, es el tipo del parque. Va en la otra dirección y veo como les pide fuego a unos chicos que están junto a la ventana. Me pregunto qué hacía hoy en el parque y por qué parecía tan enfadado con el mundo, me recuerda a mí de alguna forma, solo que él exterioriza lo que siente y yo... simplemente no puedo hacerlo.
Entro de nuevo en la casa y mientras cruzo el salón me topo con Katie, que tiene sujeta a Flavia con el brazo y me mira pidiendo ayuda.
-¿Qué ocurre?-le pregunto alarmada.
-Creo que ha bebido demasiado, la fiesta ha terminado para nosotras...-Dice mirando a su novia con cariño.
Seguramente le habría encantado quedarse un rato más. Yo con John no tengo que preocuparme por eso, casi nunca vamos de fiesta y si salimos no bebemos, él sabe lo que me ocurre cuando lo hago y no es muy agradable de ver así que nos limitamos a bailar un rato y volver pronto a casa. Inevitablemente nos hemos convertido en el tipo de pareja que prefiere peli y sofá a fiestas y locura. Aunque no por propia voluntad. Yo solía odiar ese tipo de relaciones, creo que sigo haciéndolo pero, no quiero permitirme el capricho de disfrutar de una noche sabiendo que, si empiezo, no seré capaz de parar. Volveré a ser a Noa de antes, la que desfasaba, volvía a las tantas, ligaba con quien quería y simplemente disfrutaba. Porque esa Noa tenía un hermano, y ahora yo ya no lo tengo.
-¿Te vienes?- me pregunta Katie.
-Sí, espera, te ayudo.
Media hora después hemos acostado a Flavia en su habitación y estamos cambiándonos para ir a dormir.
-Katie... gracias.-digo ya desde la cama.
-¿Por?-me dice sorprendida.
-Por llevarme contigo y eso, ha sido agradable.
-Oh, no ha sido nada, tienes que venirte mañana, voy a conseguir que bailes de algún modo.-dice riendo.
-Quizá otro día, mañana seguramente vaya con John a cenar.
-Pues la semana que viene, por fiestas no será.
Diez minutos después, tras comentar atuendos, conversaciones y criticar un poco a éste y a aquél, Katie se duerme. Y yo, yo lo sigo intentando...
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Te necesito. I
RomanceTodos creían haber superado la muerte de su hermano excepto ella. Todos pensaban que su vida era perfecta excepto ella. Todos vivían sin querer excepto ella. Pero siempre estaría John el único en quien había podido confiar desde la muerte de Paul, e...