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Desde que en su mismo escuadrón empezaron a molestarlo con la Kuchiki se hizo más consciente de su alrededor cuando pasaba tiempo con ella y no es que se buscaran, no era que quedaban para verse, pero cuando ambos Tenientes se encontraban por las calles o se topaban en ciertos establecimientos de comida pasaban un rato juntos platicando, se había percatado que le era agradable platicar con ella, no era como sus otras amistades que solo era puro alcohol, con ella podía tratar temas serios o simplemente hablar incoherencias. Pero si, tenían razón los de su escuadrón, ya hablaban de ellos ¿acaso era tan raro verlos convivir juntos? Ambos eran Tenientes, si se juntaban pero siempre estaban los demás y pues entre ellos nunca hablaron solos, si cruzaban palabras pero sin mucha importancia. En fin, eran colegas, no tenia por qué ser raro verlos juntos y más ahora que todos lo Tenientes estaban de vacaciones menos ellos, era lógico que estuvieran juntos ¿no?

Si no hubieran dicho eso los de su división ahorita no sería tan consciente de cómo se les quedan viendo, ni de como murmuran cuando pasan a un lado de ellos, algunos trataban de despistarle y otros no eran nada sutiles... y todo se agravó más desde que la menor de los Kuchiki le ayudó toda la noche y ya habían pasado días desde esa ocasión.

Poco a poco empezó a evitarla, no quería causarle problemas con nadie, sabia que ella era de la alta alcurnia y él, pues él era nadie, solo un pobre diablo. Por esa razón trataba de encontrársela lo menos posible, claro siempre viéndose sutil.

Ella no era tonta, podía parecer que no se daba cuenta, pero la verdad ya tenia bastante que no le importaba lo que la gente hablara de ella, las únicas opiniones que le importaban eran de sus amigos más cercanos y por supuesto que de su Nii-sama. Sin embargo tal parecía que a su colega si le preocupaba que lo vieran mucho con ella. Desgraciadamente estaba acostumbrada a ese trato, Renji se lo había hecho y hasta algunos colegas. En fin si esa era la decisión de su... colega la respetaria. Era una lastima, pues había encontrado muy agradable su compañía esos dias, la había ayudado a despejarse y salir de lo rutinario.

Apesar del medio distanciamento de los tenientes, los demás seguían hablando, pues por fin tenían de algo de que hablar y no lo dejarían ir tan rápido. Menos cuando no había mucho movimiento en sus labores.

Sin embargo a cierta Teniente peliverde no le gustaba lo que escuchaba, no, definitivamente no iba a permitir que otros hablaran de su colega y si, por que no ya decir que su amigo, los únicos que podían meterse con él eran los del escudaron y ella principalmente, definitivamente no iba a dejar que otros dijeran que no estaba a la altura de ella, que era imposible que entre ellos hubiera algo y pudiera ser cierto pues entre ambos no había nada en común pero notaba que se llevaban bien como amigos, pero aún así no permitiría que los demás dijeran ese tipo de cosas. Que lo compararan con cierto pelinaranja, en verdad apreciaba a Ichigo y hasta cierto punto no había punto de comparación entre esos dos, pero sabia que su colega Shuhei también podría llegar a la sima, si tan solo se quitará ese lavado de cerebro que le hizo ese traidor.

Enfurecida caminaba por los pasillos de su escuadrón, dirigiéndose exactamente a la oficina de su amigo, que al llegar abre la puerta de la oficina sin previo aviso y con furia, Shuhei solo pudo levantar la vista sorprendido por la actitud se su super Teniente

- Tú.- lo apunta

- ¿Yo?.- se apunta a él mismo sin entender nada

- No puedes permitir tal cosa

- ¿Qué cosa?

- Que digan esas cosas de ti, solo yo puedo molestarte, los otros no deben y no pueden.- empezó a decir atropelladamente la gran Teniente.- asi que para ese perezoso trasero tuyo y sígueme, ya hable con Kensei y esta de acuerdo, aunque puede que la razón no le gusto pero si esta de acuerdo.- el pelinegro no entendía absolutamente nada, solo se limitaba en ver a su colega ahí parada hablando y manoteando para todos lados.- en que pongamos mas intensidad a tú entrenamiento.- se acerca y lo empieza a jalar.- ya basta de que tengas un gran shikai y no le saques provecho y además de un bankai muy inmaduro. Los estás desperdigando Shuhei

Un amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora