VIII

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Del día que nos conocimos hasta hoy... y nuestro futuro..


—Es insufrible. No la soporto. ¿Cómo es que una persona así tiene que enseñarnos modales, tradiciones y leyes mágicas? Solo sabe decir que todo nuestro comportamiento está mal y que el ministro es la máxima autoridad, por lo tanto, solo debemos acatarnos a las normas y leyes que el ministerio apruebe; por si fuera poco, que cualquier otra forma de pensar es equivoca.

El adolescente entro despotricando sobre la nueva maestra de cultura mágica, Dolores Unbrich, o unbitch como decían sus alumnos.

—Buenas noches a ti también Harry —fue lo que recibió el alumno antes de sonrojarse.

—Yo... lo siento. La mujer me pone de nervios —respiro profundo acercándose al escritorio—. Buenas noches Severus, ¿Cómo estuvo tu día?

—Bastante normal, gracias por preguntar —contesto sin agregar nada. El chico lo miro largo rato sin moverse—. Bien, ¿Qué hizo la mujer para ponerte así?

—¡Me puso detención! Y antes de que lo mal intérpretes, no hice nada malo. Estaba en el patio con los chicos cuando ella llego gritando y regañando a una niña de segundo año de Hufflepuff —tomo asiento frente al escritorio— la niña tenía el uniforme desacomodado por estar jugando con una pelota muggle y esa mujer le dijo que, "Esa no era la manera en que una respetada bruja se comportaba y mucho menos descuidaba su apariencia de esa forma".

—Y tenías que ir a su rescate por tal injusticia. Eso lo entiendo, pero no es la primera vez que lo hace. ¿Qué termino por ponerte así? —cuestiono curioso. "¿Y porque no fui informado? Tendré que hablar con ella, nadie castiga a mis serpientes sin decirme"

—Bueno, en su despacho durante el castigo intento hacerme usar una pluma de sangre —Snape se vio visiblemente horrorizado— discutimos sobre su nulo poder para infringir castigos de tal magnitud. Que si esa era la forma de educar del ministerio la sociedad de padres estaría muy enojada y decepcionada. Al final tuve que usar la carta Malfoy para salir de ahí.

—Uno pensaría que con el estatus de tu padre sería más que suficiente.

—A ella no le agrada papa. Piensa que es un vago que solo quiere hacer su santa voluntad proclamado la igualdad de razas para quedar bien —se encogió de hombros, algunos sangre pura pensaban así, pero su papa y padrino lo hacían por Remus; lo de vago no era algo que se pudiera defender, la verdad sea dicha.

—Ya veo. El profesorado no está más contento que ustedes por su presencia, todos preferimos encerrarnos en nuestra oficina antes de estar en la sala de profesores con ella —confesó, olvidándose de su taza de té—. Ni siquiera Albús fue capaz de detener la, cuándo exigió cancelar el baile de navidad.

—¡Eh! ¿Cancelo el baile? —el mayor solo asintió— ¡Que fastidio! Luna se esforzó tanto en hacernos las máscaras.

—¿Dejaron a Loovegood hacer las máscaras? —eso sí era sorprendente, con su peculiar estilo para vestir tenía intriga del resultado.

—Es la única que sabe sobre ese tipo de cosas, además tiene un excelente estilo para vestir a los demás, ella eligió el traje de Victor para el baile —comento alegre, como si esa fuera toda la explicación para dar su punto—. ¡Oh! De hecho, no venía a quejarme de Unbitch. Luna nos dio las máscaras en la comida y me entrego la tuya.

—¿La mía? Soy chaperón de un montón de adolescentes hormonales, ¿para qué quiero una molesta máscara limitando mi visión? —dijo más curioso que molesto.

Del día que nos conocimos hasta hoy... y nuestro futuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora