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Los recuerdos de aquella noche aún seguían allí y el aroma de su Omega continuaba impregnado en las sábanas que cubrían toda la cama.
No podría continuar más tiempo alejado del cálido abrazo de su pareja y mucho menos podría soportar seguir con aquel dolor que le invadía el alma por completo.

La cintura del Omega se amoldaba perfectamente debajo de la palma de su mano. Las curvas de su cintura eran algo que TaeHyung jamás había apreciado antes en ningún Omega. Pero aquel joven era diferente.
Había algo en él que lo llevaba a desear observar cada pequeño detalle del cuerpo frente a sus ojos.

- TaeHyung - la suave voz del contrario lo sacó de su ensoñación - debes recostarte, así podré traer algo para que baje tu fiebre.

Entonces como si lo hubiesen bañado por completo con agua helada recordó el porque estaba actuando de aquella manera; su celo se intensificaba y el tener a aquel Omega en su habitación no lo ayudaría.

- Debes irte - demandó quitando al instante la mano de la cintura del muchacho como si está estuviese echa de fuego.

- No voy a irme a ningún lado - objetó el Omega acercándose un paso más hasta encontrarse con los demandantes ojos del Alfa - dije que te bajaría la fiebre y eso haré - habló sin vacilar ni un segundo.

- No lo entiendes ¿Acaso? - preguntó casi en tono de burla al observar el rostro preocupado del Omega frente a él - esto no es una simple fiebre que puedas controlar con paños húmedos - continuó hablando mientras una sonrisa un tanto rara se hacía presente en su rostro - estoy entrando en celo y tenerte aquí no me ayuda para nada - concluyó pasando sus manos por su rostro en señal de frustración.

- No me importa si estás en celo TaeHyung - la voz del Omega salía de su garganta en tono bajo, como si intentara convencerse de algo - permíteme ayudarte a que ya no tengas dolor - susurró tomando una de las manos del Alfa y haciendo ligeras caricias con sus dedos.

- No estás seguro de lo que dices - habló sorprendido por las palabras del Omega - podría lastimarte - aseguró deteniendo las caricias del contrario y apretando suavemente su mano - preferiría pasar mil veces el dolor del celo yo solo a saber que gracias a el he lastimado a un Omega inocente - añadió suavemente guiando su mirada al suelo.

- No me lastimarás - afirmó el contrario mientras intentaba en vano que el Alfa alzara la mirada hasta dónde él se encontraba.

Cuando lo logró, el Alfa lo miraba con ojos profundos y deseosos.
Deseosos de algo que durante el celo podría obtener de cualquier Omega que estuviera disponible en "ayudarlo".
Las manos del Omega se guiaron hasta su rostro y una de ellas se apoyó suavemente sobre su frente. Su fiebre iba en aumento y si no lo ayudaba a bajarla en aquellos momentos, sería peor para el Alfa luego de unos minutos.

- No quiero hacerlo - la voz del príncipe retumbó en sus oídos, mientras volvía a observar el suelo; estaba dispuesto a sufrir aquel dolor él solo con la intención de no dañarlo.

- TaeHyung, mírame - lo alentó con su dulce voz - necesitas hacerlo, será peor para ti luego - añadió sin obtener respuesta alguna del contrario - estoy dispuesto para ayudarte - concluyó de manera inaudible.

- No quiero que estés dispuesto a "ayudarme" o complacerme - la voz de mando del Alfa retumbó en todo su ser; era la primera vez que una voz de mando le afectaba tanto como aquella - no quiero que un Omega esté conmigo porque siente que es su deber hacerlo - su voz se hacía cada vez más grave y se notaba como iba en aumento debido al enojo.

- Yo no quiero ayudarte porque es mí deber - dijo el Omega apartándose unos pasos hasta encontrarse ambos en lados distantes.

- ¿Ah No? - preguntó levantando su vista y observando como el joven abrazaba su cuerpo, intentando contener el miedo que lo invadía - ¿Entonces por qué lo haces? ¿Por qué estás aquí ahora? Si no es para "ayudarme" - atacó escupiendo cada una de sus preguntas con clara molestia.

- Estoy aquí porque quiero - gritó el Omega tapando su boca de inmediato con sus manos, como si lo que hubiese dicho fuese el peor error de su vida.

Los ojos del Alfa se abrieron tanto por la sorpresa que pudo sentir como su corazón se aceleraba a un ritmo totalmente extraño.

- ¿Qué fue lo que dijiste? - preguntó suavizando su voz y su mirada hacia el contrario.

- Lo que escuchaste - respondió el joven completamente rojo y sin dejar de abrazarse a si mismo intentando controlar sus latidos para que el Alfa no los oyera.

- Repítelo - ordenó el príncipe acercándose lentamente hasta dónde se encontraba el Omega - repítelo por favor - era la primera vez que suplicaba el escuchar algo así.

- Estoy aquí porque así lo deseo - contestó el Omega apretando aún más sus brazos con sus dedos - estoy aquí porque quiero - añadió sintiendo un calor excesivo instalarse en sus mejillas.

- ¿Lo deseas? - preguntó el Alfa acercándose hasta quedar frente a frente con el Omega - ¿Realmente lo deseas? - volvió a preguntar haciendo que el joven retrocediera y quedara recostado sobre la pared.

Las manos del Omega sudaban de manera incontrolada y los latidos de su corazón se volvían cada vez más erráticos debido a la proximidad del Alfa.
Si continuaba de aquella manera, podía jurar que podría morir en aquel instante por la falta de oxígeno en sus pulmones.
Los ojos del Alfa eran de un verde tan intenso debido al celo que cualquier joya se vería insignificante a su lado.
Los dedos del Alfa recorrieron su mejilla hasta su mandíbula provocándole un ligero escalofrío, que fue imposible para él contener un suspiro luego de su tacto. La alzó ligeramente hasta quedar a la altura de sus propios labios.

- Dime pequeño Omega ¿Aún lo deseas? - preguntó rozando sus labios con la yema de su dedo sintiendo la entrecortada respiración del contrario.

Asintió aún con el dedo del Alfa sobre sus labios cuando sintió la respiración del contrario tan cerca de su boca.

Los ojos de TaeHyung se cerraron casi al instante luego de juntar ligeramente sus labios con los del Omega.
Se sentían tan bien, que le era imposible no querer morderlos. Y así lo hizo. Profundizó el beso acercándose aún más y colocando una de sus manos sobre la cintura del joven.
Debía controlarse o se volvería loco en un abrir y cerrar de ojos. Sus besos se volverían una adicción incontrolable.

Los labios de HoSeok sabían a Frutillas.

Ya no podía, ni quería parar. Necesitaba más de aquel pequeño Omega. Lo necesitaba con desesperación. O creería que realmente moriría si llegara a negarse.
Aumentó la presión sobre la cintura del contrario con su mano y comenzó a guiarla hacia arriba en un toque suave y necesitado.
Su beso se volvía cada vez más desesperado; jamás había sentido nada igual y por ningún motivo detendría aquello.

Se separó solo un momento para observar los hinchados labios de HoSeok y como su boca se abría de manera lenta en busca de aire. Lucía endiabladamente hermoso en aquel momento y se golpeó mentalmente por no haberlo visto de aquella manera antes.

- Eres tan hermoso - susurró pasando sus dedos nuevamente por los labios del Omega - tan hermoso - volvió a repetir acercándose nuevamente mientras rozaba el labio inferior del contrario con sus labios - quiero que repitas lo que me dijiste hace un momento - añadió besando suavemente los labios del Omega - hazlo, dilo de nuevo - suplicó recibiendo un suspiro de parte del joven frente a él.

- Deseo estar aquí - habló el Omega correspondiendo el beso y separándose para acomodarse sobre la pared de manera en que sus manos pudiesen acercarse al rostro del Alfa - quiero estar aquí contigo - y diciendo aquello fue alejado de la pared, por el Alfa que lo tomó en sus brazos.

TaeHyung continuaba besando con desesperación los labios del Omega que se encontraba con él en su alcoba. Si aquello era un sueño no quería despertar.
Lo depositó de manera tan suave sobre la cama, que se sorprendió a si mismo viendo lo sensible y suave que se había vuelto en tan pocos días con aquel Omega.

No iba a dañarlo.

No sé perdonaría el lastimarlo.

The beast and HoSeok [Vhope Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora