Doyoung tomó una bocanada de aire y acomodó su ropa, nacer omega, nacer como un chico y ser hijo de un alfa poderoso en la comunidad, era una terrible y horrible suerte.
—¿cómo han ido tus clases?—preguntó su padre, su voz fría y su temperamento duro.
—increíbles, hubo un exámen sorpresa y saqué diez.
—eso sería increíble—enfatizó su padre—si fueras un alfa, lo máximo que lograrás con tu carrera de ingeniería será ser profesor, estoy tan disgustado de que no hayas aceptado el matrimonio con la señorita Seulgi.
—pero ella es más grande que yo y es una alfa ¿dónde quedó yo?—se ánimo a preguntar pero su padre le frunció el ceño de inmediato, así que guardó silencio.
—morirás soltero porque no aceptaré que te cases con un hombre.
Doyoung mordió su labio inferior, nacido omega, con un padre ridículo y obstinado, con una madre que murió en parto y con un hermano mayor alfa y fuerte, nacer omega, gay y lo peor
Con un estúpido fetiche.
Terminó de lavar los platos y corrió a encerrarse en la habitación, suspirando.
Su profesor de matemáticas conocía su desgracia y su secreto, y por haber aprobado su examen con un diez, le hizo un regalo. Doyoung aseguró la puerta y sacó la caja pequeña dentro de su mochila, la abrió con cuidado y encontró en ella ropa interior de seda, tres pares, violeta, celeste y rosa.
Pero Johnny no era solo su profesor, era su enamorado, su amante y el amor de su vida pero él estaba encerrado aquí, debajo del ala de su padre, siendo vigilado y presionado las 24 horas del día.
Fue en el comienzo de la universidad cuando conoció a Johnny, el alfa destacaba con solo caminar alrededor, sus feromonas atraían a cualquiera, incluso a ciertos alfas. Johnny sonreía como si el mundo fuera suyo, y su cuerpo era perfecto incluso con ropa puesta, él se veía y era fantástico.
Doyoung no tardó en caer enamorado pero se sentía tan diminuto y acobardado, ni siquiera se atrevía a mirarlo cada que podía, hasta que después de un año tomó su clase de matemáticas.
Y ese momento fue una revolución en su vida, esos bonitos ojitos caramelo, esas comisuras encantadoras que simulaban una deliciosa sonrisa, su cabello de chocolate, Doyoung amaba las cosas dulces y bellas. Johnny era el alfa con el que siempre había soñado.
Sus sueños y deseos se fueron transformando en un extraño fetiche, quería verse lindo, quería ser adorable y precioso, quería poseer una belleza capaz de cegar al alfa, quería ser tan delicioso como una porción de pastel.
Quería que ése alfa lo comiera.
Pero él era esto, un omega que tenía que vestirse opaco y actuar como un chico serio, al menos para no humillar más a su padre con su existencia.
Pero Johnny... él era... un perfecto pastelero y tal vez un día podría convertirlo en un lindo y delicioso pastel.
—Doyoung tú tienes unas notas increíbles, me he tomado la molestia de revisar tus demás calificaciones—sonrió el alfa cuando lo llamó a su oficina privada—¿cuáles son tus planes? Pienso que con un par de clases extras, podrías incluso adelantar cursos.
—soy un omega—susurró, jugando con sus dedos, bajando la mirada.
Johnny alzó la mirada curioso, mirándolo desde la coronilla hasta los pies, con esas ropas holgadas y de mal gusto que escondían su apariencia, con la mirada baja, incluso había pensando que se trataba de un beta con mucha inteligencia—bueno, Doyoung el omega, tú entraste a la universidad y estás en ingeniería ¿cuál es el plan? Admitiré que estoy sorprendido pero ¿cuál es el problema?
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be my baby johndo
FanfictionDoyoung tiene complejos con su identidad, Johnny le ayuda a reencontrarse consigo mismo.