Jin Mazama fue siempre la burla de los demás, incluso en su hogar sus padres lo tachaban como un fracasado inútil y sus hermanos como alguien patético y miserable y luego de ser cruelmente humillado en público, el castaño decide en ya no volver en c...
En un mundo donde seres humanos y animales híbridos coexisten en la misma realidad, se podía ver una casa donde vivía una familia la cual aparentaba que todos parecían ser felices, se veía a un niño pelicastaño el cual tenía un semblante bajo y triste debido a que sus padres lo habían castigado sin comer debido a que por no saber a como lavar los platos al castaño el cual solo tenía 6 años de edad habría sido castigado por no cumplir un simple capricho de su madre.
El nombre de este niño sería Jin Mazama el cual desde su niñez había sido la decepción y vergüenza de sus padres los cuales decían que mejor lo hubieran abortado o abandonado en un orfanato sin importarles que su hijo los escuchara, y si eso no fuera suficiente este también tenía que soportar las amenazas y insultos de sus hermanos los cuales lo trataban peor que sus padres.
Aunque la vida había sido injusta para Jin, el castaño aún así seguiría adelante y no dejaría que las agresiones que recibía en casa lo perjudicarán en sus estudios ya que este soñaba en crear un mundo mejor para todos, un mundo donde personas como el sean respetadas por igual.
El tiempo había transcurrido, y ahora el castaño el cual tenía 17 años de edad se encontraba leyendo un libro en el patio de la academia muy alejado de los demás debido a que sus hermanos habían difamado cosas horribles de él desde ser un delincuente hasta pervertido y debido a eso toda la academia lo miraba con odio y asco pero a este no le importaba nada en lo absoluto ya que durante toda su vida este ya se había acostumbrado al rechazo y para el la soledad era su compañera.
El timbre que indicaba que era hora de volver a clases sonaría y el castaño se estaría apunto de marchar lugar pero una voz desagradable la cual el reconocía lo detendría.
Jin: tch... ahora que quieres.
Lo diría con molestia mientras miraba a un joven apuesto de 18 años de cabello castaño el cual era nada más y menos que su hermano mayor.
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( AYATO MAZAMA )
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. . . . . Ayato: Hola hermanito dime hicistes toda mi tarea de biología que te pedí.
Jin: tch... si.
Lo diría con molestia mientras le entregaba los cuadernos de nota a su hermano.
Ayato: je... a si me gusta que seas obediente, ahora harás toda mi tarea de matemáticas y de álgebra, y que no se te olvide que la necesito para mañana.
Jin: oye acaso no puedes hacerlo tú.
Ayato: que dijistes....
Jin: si te sigo haciendo tu tarea tu jamás aprenderás nada y siempre dependeras de los demás y todo tu futuro se irá a la basura.
