Joshua Reeves

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Tomó asiento para historia de la magia, Ariana a su lado, sus otras dos mejores amigas en algún otro sitio del salón. Junto a Ariana se sentó Joshua Reeves, quien había intentando persistentemente ligársela durante todo el fin de semana, y no parecía haber comprendido aún el desinterés de McLeroy. Se sentó ahí, obligándose a si mismo a saludar incómodamente a Eliza, pero ni siquiera pudo prestarle atención suficiente para sentirse incómoda, mucho menos para responder, porque un escalofrío recorrió su cuerpo anunciando su llegada y un cosquilleo la invadió por completo cuando lo vio.

Se sentó en algún lugar frente suyo, riendo junto a dos chicos, uno de ellos morocho y el otro de electrizantes ojos azules, sin embargo ninguno, a pesar de lo llamativo que pudieran ser sus rasgos o lo opuestos que se veían en comparación, era visible, por lo menos no para Eliza, que no podía ver a nadie mas que a Draco Malfoy en aquel momento. Se estaba riendo junto a sus amigos. Bueno, quizás riendo era una exageración, pero definitivamente se estaba sonriendo y se veía tan bien.

La clase comenzó y él rodó sus ojos, ya aburrido y con gestos de que tenía cosas mucho mejores que hacer que sentarse ahí y tomar apuntes. ¿Que clase de cosas haría Draco Malfoy en su tiempo libre?

Su uniforme decorado por el verde de Slytherin le quedaba tan bien. Su camisa esta vez no era visible, estaba cubierta por un suéter y solo asomaba el cuello pulcramente doblado; era tan extremadamente limpio y estaba segura de que el uniforme escolar nunca se había visto tan elegante como en aquel momento. Su piel se veía tan lisa y pálida.

Su cuerpo se inundó de calor, su rostro totalmente sonrojado. Pasó toda la clase contemplándolo, y si es que él lo había notado, no lo demostró en lo absoluto.

La clase acabó y todos comenzaron a salir del aula, pero ni siquiera lo noto, estaba tan ensimismada observándolo, hasta que Ariana se despidió de ella y se dio cuenta de que tenía que recoger sus cosas. Estaba saliendo ya cuando sintió un firme agarre en su hombro. Se dio vuelta para enfrentar a Draco Malfoy, quien no dijo absolutamente nada, sino que mantuvo una mirada fría y un gesto serio, y luego se fue. Pero no hizo falta que dijera nada, Eliza supo inmediatamente que se había dado cuenta de que le había observado toda la clase, y no parecía ni halagado ni contento al respecto.

Lo mas extraño de la situación era, sin embargo, que se sentía intimidada y a la vez absurda e inexplicablemente emocionada. Se había quedado estática en el lugar, temiendo moverse, y a la vez mordía su labio casi reteniendo una sonrisa.

—Creí que me seguías—llamo Ariana, tomándola por la muñeca—. Tu ex esta obsesionado conmigo. Es como si los chicos no tuvieran códigos morales en lo absoluto, literalmente terminó contigo hace un par de semanas y ya esta poniendo su juego a prueba otra vez, ¡con tu mejor amiga! Es como si fueran tontos.

—En teoría no es mi ex porque nunca tuvimos nada—respondió, algo fuera de la conversación.

—¿Escuchaste lo que dije?—Eliza asintió—. ¿Y no tienes una opinión?

—Si quieres con él la verdad es que no me importa.

—¡Que no quiero nada que ver con él!—exclamó entrando ya al comedor.

—Si no quisieras absolutamente nada con él lo habrías dejado claro ya—se unió a la conversación Rose, recibiendo la mirada dubitativa de Ariana, Eliza apenas procesaba lo que decían—. Que si de verdad quisieras que te dejara tranquila lo lograrías, no querrás besarle pero tampoco quieres que desaparezca.

Ariana solo rodó los ojos y evitó responder mientras se sentaban a la mesa, y ante la exquisitez de la comida el tema perdió importancia y atención.

Sin que siquiera fuera consciente de ello, sus ojos escaneaban ya la mesa de Slytherin.

—Ernie—saludó a su hermano que acababa de sentarse a su lado. Se le quedo mirando un rato, su mente yendo a kilómetros por hora, antes de decidirse—. ¿Se requiere un pájaro muerto para alguna poción específica?

Ernie se encogió de hombros, totalmente confundido—. Seguro que si, ¿como podría saberlo? No podría decirte cual pero suena bastante probable. Bueno, depende de que pájaro, y tal vez no el pájaro entero, probablemente solo algunas plumas.

—Pero si solo necesitaras unas plumas, ¿por qué matarías al pájaro?

—¿Por qué lo matarías? No hace falta—se quedo callado un momento, su vista fija en algún punto especifico, antes de hablar de nuevo—. ¿Qué hay de Joshua Reeves?

—Nada, ¿qué hay con él?

—Nada.

Entre el almuerzo y la cena hubo algo con Joshua Reeves. Bueno no cara a cara, pero comprendió porque su hermano había preguntado, aparentemente el chico había dicho ciertas cosas de ella.

Se saltó la cena para evitarse la incomodidad y cuando se dirigió a la cocina mas tarde se encontró con Draco Malfoy, otra vez.

—Que coincidencia encontrarme contigo otra vez—habló antes de que el siquiera notara su presencia.

—No realmente, este es uno de los pisos que debo vigilar—ninguna emoción en su voz, su mano señalo la placa de prefecto enganchada en la trabilla de su pantalón. Eliza se sonrojó, no pudo evitarlo al sentirse un poco tonta.

Se hizo un silencio incomodo.

—¿No vas a retarme por estar fuera de mi dormitorio?—lo había preguntando por la presión del silencio, y porque le parecía extraño que no lo hubiera hecho todavía, pero al preguntarlo sonó mas como si quisiera que la retara.

—Me da lo mismo— rodó sus ojos y dio vuelta para continuar su camino.

—Vaya prefecto—lo dijo sin pensarlo, desesperada por ver su cara otra vez, o por recibir una respuesta.

Pero no obtuvo ninguna, ni siquiera un gesto que confirmara que la había escuchado. Así de poco le importaba, solo continuo caminando como si no hubiera dicho nada y la ignoró totalmente.

Flores para ti [Draco Malfoy's fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora