Irreflexivo

Debería haber escogido mejor sus palabras, en vez de hacerle caso a las demás personas. Ahora estaba ahí, a solas con el comisario Volkov, queriendo morirse de vergüenza y sin saber qué palabras utilizar para expresarse o tratar de enmendar la situación. Solo podía maldecir a Gustabo en su mente por sugerirle que esta tontería era una buena idea.

—¿Me explica entonces a que se refiere Horacio? —cuestionó el comisario ruso con los brazos cruzados, ante el silencio provocado por su debate mental.

—Eh... —carraspeó— Bueno quizás esa no haya sido la mejor manera, ni el lugar... ni el momento... —Empezó a acobardarse a medida que hablaba, dándose cuenta de la estupidez de haberse declarado de esa forma tan improvisada, pero le había ganado la emoción del momento.

No todos los días sobrevivías cuando tu supuesto amigo trataba de matarte para dar un mensaje al superintendente.

Había tenido suerte de que Gustabo reaccionó rápido y amenazara a Emilio, haciéndole fallar cuando intentó dispararle. Desafortunadamente por lo precario de la situación, Emilio había logrado escapar y Gustabo prefirió mantenerse a su lado, para asegurarse de que no estuviera herido y poder llamar a sus compañeros. Obviamente se habían llevado un buen regaño y algunos porrazos de parte del superintendente, pero aparte de eso, agradecía estar vivo.

Pero eso le llevó a esta situación.

Horacio salió de sus pensamientos cuando el comisario chasqueo los dedos cerca de su rostro.

—Lo siento —balbuceo nervioso—. Yo únicamente quería decirle cómo me sentía, teniendo en cuenta que en este trabajo podríamos morir en cualquier momento y todo eso. —Sus palabras se volvían más bajas a medida que hablaba, sintiéndose repentinamente pesimista.

Volkov hizo una mueca de molestia por sus palabras, aunque no le duró por mucho tiempo. Soltó un largo suspiro, relajando su expresión.

—Supondré que le gusto sentimentalmente. —Ante su asentimiento continuó— ¿Se da cuenta de que apenas y me conoce?

Ante su pregunta se cruzó de brazos pensativo.

—¿Y eso en que influye? —cuestionó tratando de mantener el contacto visual a pesar de sus nervios— El no conocerlo tanto no cambia lo que siento por usted. De hecho, considero que poder conocerlo mejor solo aumentaría mis sentimientos, así fuera conocer lo bueno o lo malo. Quisiera saber más de usted, llegar a conocer cosas que los demás no.

—¿No estará confundiendo eso con atracción? —Se notaba que el comisario tampoco se encontraba muy cómodo con la situación. Pero teniendo en cuenta que no parecía molesto le daba un poco de valor.

—No voy a negar que usted es muy atractivo —respondió avergonzado—, pero no considero que eso tenga nada que ver. Usted me parece impresionante, lo admiro, me gusta su forma de ser, me gusta lo poco que conozco de usted, en verdad quisiera conocerlo mejor. Si simplemente me pareciera atractivo, entonces no estaría en esta situación... Diciéndole mis sentimientos.