Hate that I love you • Hyukbin [One shot]

Hate that I love you

- Esto no puede pasar de nuevo. –dijo Hyuk mientras su pecho seguía subiendo y bajando, agitado por lo que acababa de ocurrir. Volvió a acostarse con Hongbin, otra vez había caído antes los encantos de ese pelinegro con adorables hoyuelos. No era la primera vez que tenía sexo con su amigo de la infancia, había ocurrido reiteradas veces en el pasado y Hyuk siempre decía lo mismo “esto no pasará de nuevo” “esto no se repetirá Hongbin” “es la última vez”, siempre terminaba con una frase similar, pero por más que el rubio lo dijera ambos sabían que era una completa mentira, con solo un poco de insinuación por parte de Hongbin el menor se dejaba hacer, quizás el hecho de que llevara años enamorado de su amigo influía en esto.

Pero por más que Hyuk intentara convencerse a sí mismo de que no debería tener sexo con Hongbin cada vez que él quisiera no podía evitarlo, amaba la forma en que él lo tomaba entre sus brazos, la manera en que lo desnudaba lentamente, como sus labios se movían a un ritmo perfecto, simplemente amaba todo lo que él hacía. Pero Hyuk realmente deseaba poder negarse al pelinegro, porque luego de que ellos acabaran Hongbin se marcharía, se despediría con “hasta el rato” y se marcharía por esa puerta dejando al pequeño desnudo sobre su cama, abrazándose a si mismo mientras lloraba por lo tonto que era, por lo fácil que podía llegar a ser, por estar tan enamorado. Porque Hyuk sabía que para el mayor esos encuentros casuales eran solo eso, sexo por necesidad, momentos de deseo, no había sentimientos en ello, al menos no de parte del pelinegro, y eso era lo que más lastimaba el pobre corazón del rubio. Sin embargo allí se encontraba de nuevo sobre su cama, desnudo, con Hongbin a su lado mientras revisaba su teléfono celular. Se giró para darle la espalda y dirigió su vista hacía la ventana, las cortinas estaban abiertas y podía ver las luces de la calle, ya era muy tarde sin embargo la ciudad se veía llena de vida, sin darse cuenta las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas, quizás estaba acostumbrado a llorar después del sexo, pero el problema es que en esta ocasión Hongbin había decido quedarse un poco más porque según él se sentía demasiado agotado. Hyuk trató con todas sus fuerzas detener su llanto, pero le fue imposible, y a los pocos segundos el mayor ya se había dado cuenta de que estaba llorando.

- ¿Hyuk? –lo miró extrañado Hongbin, dejó su teléfono sobre la mesa y se giró para mirar al pequeño.- ¿Estas bien? ¿Qué sucede? –posó sus manos en las mejillas del menor mientras limpiaba sus lágrimas, le dio un tierno beso en la frente.- ¿Te lastimé? Discúlpame, no quise ser demasiado brusco.

Hyuk podía aceptar que Hongbin no le correspondiera porque sabía que eso jamás ocurriría, es por esa misma razón que había decidido jamás confesarle sus sentimientos. Podía aceptar que él tuviera ese tipo de encuentros con otras personas, porque ellos no eran nada para exigirle fidelidad. Podía aceptar que pasara días sin contactarlo, porque ellos eran solo amigos y eso sucede a veces con los amigos. Pero lo que no podía aceptar era esa amabilidad suya, detestaba que se preocupara con él y lo tratara tiernamente, porque eso solo hacía que su corazón se estremeciera y pensara que si existía la posibilidad de que su amor fuese correspondido, aquellos pequeños gestos de ternura hacía él lo lastimaba más que cualquiera otra cosa.

- V-vete por favor Hongbin… -murmuró el menor cerrando los ojos, porque sentía que si seguía observando esos bellos ojos café que tanto le gustaban terminaría confesando todo y arruinando las cosas para siempre.

El mayor frunció el ceño confundido, pero hizo caso a las palabras de su amigo así que se puso de pie vistiéndose rápidamente para luego dejar el departamento, mientras Hyuk continuaba llorando acurrucado entre sus sabanas.

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Había pasado ya casi una semana desde la última vez que había hablado con Hongbin, y el pequeño trataba de convencerse a sí mismo de que quizás él se encontraba demasiado ocupado con el trabajo de medio tiempo y la universidad, sin embargo sabía que probablemente estaba por allí saliendo con un montón de chicas. Y tal como si el destino quisiera restregarle en la cara que Hongbin no era suyo y nunca lo sería, se encontró con él cuando salía de comprar un refrescante helado, el pelinegro estaba a punto de ingresar a la tienda acompañado de una chica. Hyuk le dio una rápida mirada de los pies a la cabeza, era linda, debía aceptarlo, pero el verla tomada de la mano con su amigo simplemente le destruía el corazón.